de mi valija se rompe debido a la carga de ropa que
usto, no me había dado cuenta de que estaba detrás d
bien,
o minutos,
olpeo la cabeza contra la pared repetidas veces, tratando
ar un poco más de atención a Alex, tratando de descubrir qué era lo que tenía que tanto me hechizaba. Supuse que eran sus ojos azules tan atrayentes o esa mirada cargada de complicidad que me dedicaba, pero también descubrí algunas otras cosas que lo hacían aún más encantador, como la manera en la que suc
Pongámonos manos a la obra, hay muchas cosas por guardar… —agrega tomando con dos dedos una f
se la saco con rapidez. Él suelta una carcajad
evitar mirarlo de reojo y se me escapa una sonrisa. Incluso hoy, un día normal y corriente, haciendo cosas en casa, está vestido con su traje gris e imp
devolviéndome la mirada, esb
de hombros con desinterés
me estás mirando —repli
ama con un bufido, sopesando la idea d
ergüenza
. Su cercanía comienza a erizarme la piel, y me remuevo en el lugar c
or de la infancia con quien hubieras querido casarte o alguna chica que te gustara? —quiero saber, y comienza a hacer
volucrar de manera sentimental, ni me interesa, y no quiero casarme con n
as hecho si
unque iba a ser difícil… Igualmente, te lo prop
—pregunto con tono irónic
s, los clientes ni siquiera dan propinas y, perdón, pero te veías necesitada de dinero, si no, repito, no estarías trabajando en un lugar así y menos el último día del año, y tercero, me pa
a una ceja—. Bueno, en parte sí, no voy a mentir, pero al
ardía. Me muerdo la lengu
a embarro más—. Lo que quiero decir es que tienes carisma y una
ertido—. Entonces, ya que soy tan
nvencer —expreso dándole un pequ
calor en este invierno tan frío? —quiere saber sin dejar
con mil kilos de frazad
cuando hace frío —manifiesta volviendo a
uieres que s
por completo de haber hecho aquella pregunta. Juro que
modos con el otro, vamos a pasar juntos dos meses y creo que lo mejor es conocernos bien… puedo poner una
labras. Es increíble el p
ue digo antes de ponerme en movi
cias, ya es hora de partir y dejar este pequeño depar
onmigo toda la tarde, no me vea llorar, aunque creo que es tarde. En cuanto sube a su a
ien? —me
eplico acariciando el regazo de mi gato, qu
” vida, pero dijimos que hoy empezabas una nueva y este es el primer paso —cont
otizada con sus ojos azules. Se encoge
e nadie… —Suspira y comienza a manejar
interés. ¿Acaso él también borró una antigua v
las heridas del pasado, pero al mismo tiempo, espero averiguar qué secretos
lverme transparente y darse cuenta qué es lo que tanto guardo, voy a ten
a lo que él llama como "hogar, dulce
r en par. Mi gato salta de mis brazos, contento, para
edo a que se lo coman, pero me tranquiliza dic
hasta la puerta de entrada y, en el recorrido de unos breves metros, me voy encontrando con pequ
creíble, Al
r parte —susurra en mi oí
tito cuando, pensando que iba a estrellarme contra el piso, termino ca
edes ir viendo la casa e ir poniéndote cómoda
termina dando media vuelta para volver a salir, dejándome sola en
ventanales y columnas blancas que sostienen el hogar, como si fuera la realeza. Comienzo a subir los escalones,
mino por el pasillo estrecho. Dijo que él es vicepresidente de una líne
spiración un poco agitada y desalineado,
ta—. Vas a tener que ayudarme a
ojos. ¿Por qué tiene que mirarme con
ás rápido que yo y me toma de la cintura antes de que me
poco más la voz, casi en un ronroneo que llega hasta lo más profundo de mi ser y me hace fantasear con cosas
r, probablemente notando que estoy más roja q
o se note lo que provoca en mí, ¡no puedo sonrojarme ante el primer movim
e a esa sensualidad que tiene y dej