e temblaban de forma involuntaria. Con una bolsa de papel en manos, donde llevaba un pedazo de
al extremo calor y el sol, típico de aquel clima tropical. Las caricias frías,
a en que se acercaba a la pequeña heladería de decoración
e se asfixiaba. Después de varios minutos de debatírselo, D
mirada en Franco, quien est
nita», pensó mientras
Ven, siéntate aquí. —Él la llamó a donde él se encontraba y esta accedi
daron solos en el negocio, Franco le levantó el mentón y buscó
ogrando que ella lo mirara a los o
a se s
aci
staba actuando ella, aunque este se imaginaba
mamá. —Le extendió la bol
ue, aunque la había acompañado varias veces
decirle que era un regalo,
erle esto a Franco. De seguro me mal in
r la que la mamá de Daniela le envió un regalo, entonces el temor lo embargó, ¿y si
ato en silencio. De momento sintió que fu
os hablar. —
No fue mi intensión besarte, de verdad, iba a apartarme, pero no calculé bie
ó que dijera lo primero
ico? —Franco estab
percibir el tono brusc
imer nombre que l
con disgusto—. Vaya, me habías dicho que no lo que
confundida con su actitud. ¿Acaso se habí
desde que dijiste que yo le gusto
chico para ti, ni siquiera te resp
ecto, te lo digo porque no quiero qu
escalofrío recorrerla cuan
ana—. Entonces no tenemos más razones par
o por unos segundos, tratando de
mpiendo el incómodo silencio qu
evolvió él co
arte ni hacerte enojar cuando decid
irse, mas Franco la sostuvo por el brazo y
abello—. No me molesta que hayas venido, es que he estado de
ró y asintió
resuró a atender al señor con las mejillas sonrojadas. Cuando estos se
ablando tonterías y haciendo chistes
s al extranjero
leo para que pueda participar sin probl
es tu sueño hecho
es mi sueño. Me gustan los deportes y ejercitarme me hace
la sorprendida—. ¿Cómo
l techo d
o no es profesión para mí, que yo nací para la fama y el reconoc
to? Es decir, ¿le has dicho qu
da miedo enfrentarlo y decepcionarlo.
e puedes hacer ambas cosas —le animó
uál es tu sueño? —p
ersidad. Tal vez me busque un empleo para ayudar en la casa en lo que pien
nte que puedes s
a con esa sonrisa tan se
rera misteriosa
no quiero q
rlaré, lo
jas y la miró por
no se lo d
imuló que cerraba
diar gastronomía
es cocinar? —pre
o m
qué la
do los programas de cocina que pasaban en la tele, me impresionaban todos los plato
según él, era un juguete de niñas. Estaba confundido al principio, preguntándome qué hice mal. Luego jugaba con mis vecinas a es
on ojitos llorosos, debido a lo
verdad te gusta la cocina. Es que no te imagino
temporada. —Franco se levantó de su asiento y tomó una cucharilla que, usó
ponían y lo exaltada que estaba. Daniela abrió la boca y, cuando el objet
—dio su
¿Quieres c
gar con la cabez
uedo comprarlo.
cupes, la c
bes ha
u pantalón y lo puso en la caja regi
ser vendedor y clie
aci
—Le pasó el helado
dio una lamida al cono, pero se
tan cerca, Franco detalló aquella mirada singular con admiración.
nda? Me lo estás poni
grandó los oj
me voy a enamorar de ti.
y por un momento sintió
¿Él iba a besarla? ¿Ac
nó en el lugar, lo que provocó que e
focó su atención al otro lado del mostrador, s
cio hasta los hombros, cuerpo delgado y vestida de forma sensual y llamat
er a la chica allí; por su parte, Daniela observa
ndo ella se percató de su presencia—.
como buscando una explicación, con la esper
reguntó la joven, detallando
a, una amiga. Daniela;
*
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ddle of my hea
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do it all
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