n Dom

de su espalda, puedo sentir su respiración contra mi rostro. —Solo... déjame c

ra con odio y trata de darme una cacheta

hacia su escritorio y me siento en su silla. —Siéntate. — mando a lo que ella tensa su mandíbula, pero siente. —Buen

orte, Domenech. — responde c

la silla rodeando con lentitud el escritorio, pongo los dos brazos en la silla donde esta sent

tando de ser fuerte, pero esta

vanto haciendo que abra su boca logrando así poder apropiarme de ella con ferocidad. Paso mis manos por sus nalgas y las acerco por zona intima hacie

viejo. — la vuelvo a mirar antes de abrir la puerta. —Te aseguro que te daré más pla

Gonz

ntra la oficina de tutorías. Siento como alguien se detiene delante de mí, alzo mi mirada y ahí está… c

rando como lo tengo en mi brazo. —Dame acá. — pongo los

detenga, lo miro con el ceño fruncido. —Ven. — alza su abrigo, lo miro sin

culpándome, dejando pasar su tono molesto

elo y hace que me gire para subir el zipper hasta donde esta mi cuello. Observo como aguanta una risa, aunque falla en

. — comento poniendo voz chillon

su garganta para darme la espalda e irse sin decir nada. Mi corazón late rápido y no es por la ansiedad, su abrigo huele a

os e hinchados y sus mejillas estas rojas, pongo los ojos en blanco. Pido disculpa y sin más entro a mi peq

oah, su rostro… doy un chillido Su mano en mi espalda… doy otro chilli

esos pensamientos. —Solo voy a trabajar y

tra Joselin junto a Yarimar y Leo cerrando la pu

a Joselin. Estos se sientan para no quitarme los ojos de encima, esperando una respuesta. Pero notan como estoy

era a Nathan y eso que lo conozco desde que me case.

as, pero esa manera nunca. Ni con su esposa era así. — h

o de la mano para asegurarnos que no iba hacer algo loco. Lo otro… solo me prestó su abrig

— preguntan alargando las palabras mirá

ejar ser yo el tema principal, saliendo victoriosa al ellos acercarse para escuchar mejor. —Una maestra que c

do mientras chasquea su dedo. —Yo se los dije, si April no esta disponible tomará a l

mbro. —Cabrera ayer la regaño por encerrarse con seguro con él en su oficina

lusionada. —Nathan no cambiara, no lo hizo con su esposa. ¿Por qué con

preocupes. — respon

ca a mi y señala el abrigo. —Quítatelo. —

¡Con razón! —

o mirando mi ropa creyendo q

los hombres babean, aunque enseñes un poco de tu tobillo si estas completamente cubierta. — otra vez subo el zipper ocultando mis dotes c

e cerrar la puerta, doy un gran suspiro al ellos irse y sigo centrada en mi trabaj

n el director junto a una señora muy amigable. Sonrió y hago una seña de q

orden. — me disculpo tratan

eocupes, el mío esta

presentarte a la Sra. Vázque

cho gusto. — de

í que deben tener comunicación buena para darle beneficios a los jóvenes. Cuando empieces las tut

numero Sra. Vázquez. — lo apunto a u

usto al fin conocerte. — respo

os para que siga trabajando. — avisa

ara sentarse con nosotros al igual que la hija de Yelimar, Lara. Mis compañeros le men

ja Noah molesto por las burlas de la

stiono al recordar su itinerario de clase, su cara cambia de u

de mi padre? — pregunta observando el ab

espondo con simplicidad escuchando ese sonido

la oficina haciendo que todos los presentes se alegren al

y lo saluda con un abrazo. Esta mira a todos con una gran sonrisa y sus ojos oscuros se posan en los míos

. — se presenta estirando su mano

il. — le respond

e levanta y hace lo mismo que hizo su padre hace una

oncuerda Eduardo revolcando el cabello del niño

do que todos se rían. Me lo bajo hasta por encima del pecho ante las burlas, mirando con desaprobación a Noah que me s

ión antes de que toque el timbre. — lo incito h

ejercicios. El niño necesita aprender mejor la tabla de multiplicación. El t

la puerta, pero antes de que cerrara aparece. —No se qui