la bañera con los ojos cerrados, se aplicaba una máscara facia
ó de la bañera y se secó con una toalla limpia; lueg
o y estaba lista para dormir; y como estaba sola
puerta del baño, desnuda, pero se s
se abrieron en estado de shock al mirar al homb
o escuchó el sonido y su mirada se
lagado", dijo con voz ronca mientras se levant
. Anne estaba tan asustada que retrocedió un paso. "Eres un hombre de nego
acercándose. Sin otra opción, se apoyó contra la pared,
nó de pies a cabeza y la profundidad
y le preguntó con voz ronc
de la cama durante tres días, y hasta tuvo que aplicarse una pomada durante un mes.
esos ojos profundos como un pozo y
fijamente el hermoso rostro durante un largo rato
errarse la puerta; corrió al armario a to
duchaba, se secó el pelo rápidamente con el secador y se met
no te hará nada s
imó la intensidad d
ormida, la desp
y despierta, y lo primero que vio fue e
el pecho y volvió a recordarle: "Hoy es miércoles; dijist
í que ya es jueves", contestó él en
iró el reloj de pared; er
corazón y se quedó muda por un momento, pero e
él con calma, mientras le desa
e quejó Anne. Sus ojos se abrieron de miedo y parecía agra
tigo de madrugada ¿verdad? Entonces, ¿qué regla rompí? De tod
. La joven he
ntes apretados: "¡George Liang, ere
e estas palabras; apartó el cubrecama y
ído mientras apretaba los dientes enojado
inal sufriría igual, así que decidió
la cama? Si tomas demasiados afrodisíacos, vas a sobrecargar tu físico y además, tienen efectos secundari
lta para no meterse en problemas, pero esta vez, su esposo la ha
n y pensó: '¡Dios mío! Está lívido de rabia; parece
nta? Todavía eres un hombre lleno de vitalidad; sin embargo, los seres humanos no podemos competir con las leyes de la naturaleza. Todos somos iguales, solo asúmelo. Después de todo, ya viviste tu juventud y experimen
tro de la joven y, pronunciando cada palabra con enojo, dijo: "Cuando yo estaba en
rada enojada y dijo con cautela: "Bueno
: "Tú tienes veinticuatro y yo treinta y tres. ¿Cómo sería más de diez años mayor que tú? ¿Ac
estaba a punto de discutirle, p
eza. Él le susurró al oído: "Déjame mostrarte si mi fuerz
el C Group y un hombre de palabra, así que
n precio muy alto p
icen que no hay que ceder ante el poder. ¡Mentira!'. Al final
tó de la cama cuando sonó el despertador por última vez. Después de lavars
falta de sueño; aunque intentó disimularlo con varios cosmét
ada todavía cuando vio a su ma
ajos y cebollas: '¡Maldición! Él fue quien ejerció t