che y con evidente molestia,
, Anne miró a su alrededor para comp
ió del auto sin dirigirle una palabra, ni siquiera la miró. Ella n
pronto", le ordenó George. Luego se
e le ocurrió ir a cenar antes de volver a casa?', pensó en silencio. 'Y ahora quiere que cocine para él', siguió renega
limpiar y cortar todas las verduras; luego, después de comer, tenía que
un así, con mucho tacto, le sugirió: "Sr. Liang, la verdad no soy buena cocinera. ¿Qué tal
rencia en sus fríos ojos. Realmente, él no dijo nada, pero
da para llevar no es muy saludable que digamos. Voy a cocinar para ti inmediatam
i horario de trabajo ya terminó y se supone que es mi tiempo de descanso; no entien
y lo único que pudo hacer fue quejarse en sus pensamientos. Ya en
l y en eso no podía fallar. Pasada la media hora, sali
de inocencia, le dijo: "Yo... honestamente no soy muy buen
os y se los llevó a la boca. Luego de ese
a punto de comer, escuchó el ruido
vamente y le preguntó at
un tanto incómodo le dijo: "Ese restaurante de comida delici
enmud
rimir sus emociones y le dijo en voz baja: "Luego de tomarme el trabajo de cocinar
sombreció y dijo: "No puedo
acostumbrarse a que sea su esposa, pero no se co
ecerlo. Mientras que él le pagara los millones de dólares
ara él pidió uno de los platos más costosos y le dijo enojada: "Transf
se que
vaba y traía a la oficina todos los días. Por lo anterior, pensó que era un abuso de su parte pedirle que pagara una cena de doscientos t
ió los doscientos treinta dólares. Estaba a punto de guardar el
omento tranquilo, de g
is en cada palabra: "Señor Liang, soy Queenie Liu, una joven universitaria
e puso tan tensa cuando escuchó esas palabra
cido se dio unos golpecitos en el pecho, intentando respirar sin problemas. Con un sentimiento de cu
fijos en ella con una mirada peculiar. "Señora L
saliva antes de levantar la cabeza y mirarlo a los ojos. Aparen
ondió George
dió: "Agrégala, por lo que entiendo, ha
en voz baja: "Sra. Liang, ¡qué generosa es! ¿No le da un po
lo más hondo de su corazón, le imploraba a Dios que alg
unas personas están destinadas a estar juntas y yo, si
la intención. La sonrisa de su rostro se de
ideció y dejó caer los palillos sobre la mesa. Est
los y fingiendo estar tranquila señal
salo, o me dices la verdad o sufri
untó: "¿Qué quieres decir? ¿Por qué asu
ene dinero", dijo mirándola fijamente. "Así que
at. Además, esa chica es hermosa, con unos pechos y unas nalgas voluptuosos. ¡Es realmente un buen partido!
mente; en el fondo sabía que solo estaba fingiendo
íos: "¿Podríamos dejar de hablar sobre d
nsferirme los doscientos treinta d