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Historia

Capítulo 3 Buscando pistas

Palabras:1533    |    Actualizado en: 26/12/2022

vista d

rutando de su café. Solo vestía pijama y su cab

a mujer menuda de pelo gris y un poco gordita. No tuvo hijos y tampoco formó una fami

a la famosa Gabriela con la man

iempre lo hacía. Le enc

re, pero cuando la miro, realmente n

ciones de decírtelo. Ahora, si me disculp

alguien lo había enviado para que la cuidara, no volvió a hablar con nadie. Se encerraba en su habitación y solo salía cuando tenía una reunión de negocio

a situación, sea lo que sea lo podemos resolver

nte invitándolo a pasar. La habitación estaba envue

ía necesito esta puerta—

s liberarte. ¿Qué pasó con Orlando? Todo lo qu

ema, todos lo evitaban. Giró la cabeza porque no quería que nadie viera sus lágrimas.

que probablemente pienses que soy un bicho raro porque entré en tu apa

on un socio comercial. Se negó, diciéndole que era un día importante, pero yo insistí en que fuera porque sabía que volvería en media hora.

cambiado tanto. No se trataba solo de la muerte de su amor, ella se sentía culpable por lo que había p

tu alma. Prometo no decirle a nadie qu

y tomó otro

X

vista d

hablar c

e en los últimos tiempos que quería como un simple amigo. El grave

e— gritó la mujer, tratando de hacerse oír desd

dijo mientras se levantaba y

habitación. Ella se acercó de nuevo a la cama y le indicó a Stefan que abriera el paquete. Con cuidado el hombre lo abrió y se sintió aliviado al ver que no había ninguna bomba a punto de ex

se puso de

asi las 12. Stefan, mira el mapa a ver qué pistas

un motel en Brooklyn para que hasta las personas más humildes pudieran disfrutar de los servicios de su compañía. Se rizó el cabello y se puso un pantalón elegante y una camisa con un pequeño escote. Se maquilló con

evarla jovencita?—

lo más que puedas porque llego tarde

de champán porque la limusina ya estaba frente al edificio en cuestión. Max volvió la cabeza hacia ella y luego salió del auto para abrirle l

— gritó mientras se apoyaba cont

arde señorit

nía problemas o cuando llegaba tarde. Era el jefe de un gran consejo de empresarios y sabía cómo manipularlos hablando bien de su pro

prendedores. Después de dos horas de discusiones, todos acordaron que el plan era bueno y que valía la pena apoyarlo. Firmó to

al momento, pero no es bueno que a una mujer famosa como tú siempre le den cotilleos sobre pasar ca

la regañaba. Lo respetaba mucho y sabía que solo quería lo mejor para ella, también salió del ed

¡¿

un círculo y que se habían pasado algunas coordenadas. Vine a veri

mensaje de texto con la

a y le dijo nuevamente que se diera prisa. Tenía miedo de que

los enormes edificios y los luj

e dan cuenta de la

ue estaba bien. Dejó su maletín en el auto, toma solo su teléfono y se bajó. Varias ancianas estaban sentadas en el banco frente al apartamento y se preguntaban qué hacía una limusina aquí.

o?— dijo, sosteniendo en su mano la bol

eparada q

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