img Los chicos también se enamoran  /  Capítulo 4 . Atención | 7.14%
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Historia

Capítulo 4 . Atención

Palabras:1147    |    Actualizado en: 30/12/2022

e de la pena que pasé durante nuestro primer encuentro y mostrarle mi simpatía; pero en ninguna otra clase coincidimos. Eso me pareció muy extraño, u

os siguientes días, nada más pude verla en los pasillos de la universidad y ni siquiera en esas ocasiones pude hablar con ella. Siempre que la veía, estaba apurada o conversando con al

aba; puesto que ya había captado la atención de la otra chica nueva y estaba rond

de semana, ya ten

despampanante Yesenia, quién ya conocía las reglas de nuestra salida, solo diversión. De ese fin de semana, únicame

a, en la siguiente clase de proyecto, allí volvería a verla y ella estar

día de la tan anhelada y

na impresión, nada más. Normalmente, no me esforzaba tanto por una chica, únicamente mi encanto natural, es suficiente.

mé el asiento junto a ella, simulando no verla, cómo si lo hubiese hecho inconscientemente. Estoy de espaldas a ella, hurgando en mi mochil

sé, que se burlan de mí, por lo sucedido en la clase de la semana pasada. Se ríen abiertament

aparentemente ni había volteado a mirarme, no parecía tener interés alguno en lo qu

o, haciendo bastante ruido. En ese momento, entra la otra chica nueva, parece que se le

co el trasero en la

muy bien por qué, creo que probablemente sea por la burla de los muchachos. En mi vista periférica puedo notar que Anabel se mueve, volteo un poco para ver mejor y noto que nos ha puesto cuidado. Vu

ce mucho énfasis y sigue su camino hac

proyecto. Yo volteo hacia Anabel, quién la está mirando entrar y tiene una auténtica expresión de alegría. Entonces, me do

, por lo menos un momento tuvo

ás emocionada, me observó un momento, me dio un “Hola” efímero, prácticamente por decencia y se centró en charlar en voz baja con la chica, entre susurros, co

harlaron?”. “Si, pero nada fuera de lo común, el proyecto, el clima, ¿De qué más hablaríamos?”. “No sé, yo solo pregunto, curiosidad

sora, todos se acomodaron en s

dido ¿No habíamos apenas entregado las propuestas la semana pasada?. Me mordí la lengua, no quería quedar como idiota otra vez y obedientemente me ac

el chico roquero comenzó a revisar unos papeles con notas que había sacado de la mochila mientras se los mostraba a Paul. Yo los m

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