Los días mejoraron y Brandon me saludaba, era cordial y debía decir que los ánimos se habían calmado sustancialmente. Él no volvió a hacer propuestas de salir ni a acercarse a mí de otra manera más que meramente profesional así que yo estaba de verdad contenta.
Más bien lo veía con mayor frecuencia en temas relacionados con la boda de Annie, y menos en la oficina. Creo que realmente tenía mucho trabajo que hacer y se le había olvidado la obsesión con este pequeño departamento que incluía una diseñadora que él solía conocer.
Deben ser cosas del destino, pero creía merecerme este viaje a Aspen, había pasado muchas cosas en Atlanta, especialmente para poder hacerme notar, y sentía que lo había logrado. Jamás imaginé que por un cliente iríamos a viajar, menos a un lugar como este, pero realmente estaba emocionada, tanto que intentaba ocultar mi sonrisa. ¡Yo! ¡Adelaida! ¡Viajando a Aspen por trabajo!
En pocos días estábamos en Aspen, y desde que llegamos al aeropuerto estaba impresionada. Es uno de los lugares más lindos que vi en mi vida y con razón las personas pagaban bastante por estar aquí.
Se sentía como algo especial y había mucho movimiento de esquí, de disfrutar la nieve, de patinaje, y de todo de vivir la experiencia en la nieve y en las montañas. Por supuesto que el frío era aterrador, pero yo me había venido lo mejor preparada que pude.