rad

l mañoso, zascandileando sin detenerse a pensar, aunque el suelo bajo sus pies descalzo picaba demas

no dejarse caer, con la autoestima por el suelo y el llanto a punto de salir no se permitió lamentarse, de modo que con el dolor en las rodillas

la preocupación que muestra ese desconocido. Sin embargo, ese hombre había sido demasiado bueno c

ía seguir, pero le parecía de muy mala educación, dejar a ese hombre tan amable con la palabra en la boca, su

trataba de la preocupación de su jefe. Quien se niega a aceptar que se muere por esa mujer, y lo disfraza de odio, incluso ha visto que su obsesión por Ignaci

dillas y vio que es

me sentiré mal si pasa eso— le explicó debatiéndose en aceptar la ayuda, puesto que de ese modo p

que no es de esos tipos de personas, us

erdo el trabajo— Ignacia abrió con prontitud los ojos y corrió a montarse logrando que Daniel sonriera satisfecho. Ignacia llenó sus pulmones con el aroma masculino y

le que ese olor no era el suyo, porque parecía parte del

dentificar si el hombre idiota que le dijo esas palabras olía así, ya que se e

miraba desde un pu

o consigo mismo— bueno, en realidad Dan

as y se rió bien irritado antes

cia miraba a Da

ncómodo con su escrutinio—

no de manera chistosa, su tristeza no lo permitió—

or decirle a ese desconocido que acaba de ser repudiada de la manera más baj

ta, aunque con semblante triste—, Daniel sabía que n

ugares que más frecuentaba con su jefe obsesivo que no paraba de vigilar a esa mujer; sin embargo, decirle que sabe dónde ella

a historia de ellos, también reconoce que Matías tiene deseos macabros, e idea que no son para na

jo, por el merc

lo miró, pero lejos de suponer por qué él la había visto

po— mintió y pasó por alto su respuesta, puesto

ayuda mucho

lugar que no era su sitio de trabaj

ere cobrar el favor» habló internamente, arrepintiéndose de tomar el c

trabajo— dijo antes de intentar abrir la

nte, solo me detuve porque necesito buscar algo en este sitio, pero prometo qu

vidente? —

ue poseo me dejó saber que ese era su temor—, D

o vio que Daniel se había deteni

edo, ni debo aceptarlo— h

descalza a

que el suyo y si no llego mostrando el motivo de mi r

ho peor que el mío al verla llegar de esa manera la va a echar más rápido. Mire qué se lo digo yo, un buen conocedor de jefe

porque me siento demasiado abusiva, aceptando tanta ayuda de su parte, — en el momento que Ignacia s

espero verlo pronto— Ignaci

de lo que supones—expresó en voz baja dand

a una voz a su espalda y detuvo su andar cuándo per

minuto el silencio reinó entre ambas, aunque estaba muy desesperada por lleg

inconsciente, Patricia trataba de quitarle las

do por ti y mis nietos para que vivan mejor—Ignacia enarcó una c

y te lo advierto Patricia, sí hiciste algo indebido para tener dinero, empieza a pensar en una manera de como pagarlo porque no te ayudaré ni mis hermanas tam

dea de hablar con ella y también que no aceptaría su d

el camino nuevamente a la casa de Matías, donde le habían permitido quedarse hasta cumplir con la promesa. Aunque iba vestida con ropa limpia y elegante, no tenía un solo cent