o

ns. Sus abdominales fueron unos de los que me sal

bajo. La gente no se interesa en nosotros a menos que sea para acercarse

ndable que no se entere aún —advierte mientras caminamos fuera del estadio—. La cuestión es que dentro de unas semanas en su cumpleaños, y junto a los Sharps le conseguimos entradas para el próximo juego de los Saints. Sé que

uedo hacer —pr

rson y yo pedaleamos juntos hasta Los Hígados. Puede que él no sea ecologista y se transporte en bicicleta solo porque sigue ahorrando para comprarse un coche, pero me g

, pero todo parece ir demasiado bien —a excepción de que casi mato a alguien—, como para seguir de esa for

y pregunta por mí, ¿de acuerdo? Es sabido entre los estudiant

o puede se

las bicis fre

erta y lueg

abro la puerta con m

esquivarlo. El tomate sigue de largo y se estrella cont

a un chico agazapado tras el sofá ante un pepin

con los codos por el suelo. Mi hermano me contó que hay una celebración que se llama la «Tomatina» en Bu

estrecha la mano antes de doblar el cuello en

tomate aquí. —Apunta mi ceja—. Y aquí. —Limpia un mechón de mi cabello con los dedos—. Lamento lo de Mei, se

ene tendencia

aludida—. Hace cuatro días que cenamos esta porquería. Quiero pizza, hamburguesas, cualquier cosa que

caníbales, t

a perturbador, se ríe. Me tapo la boca. No quiero q

recrear el experimento de la «serpiente negra» cuando hay tanto ruido? —G

emasiado tarde, el jugo de un

que en esta casa se hace el amor y

or con cualquiera que me consi

ía medio oculta tras la puerta corrediza de la cocina. Para ser gemela de Akira, es

impias este desastr

ra eso? —espeta haciendo un a

no limpiar

nsiste—. Los nuevos

piso los días que le toque hacerlo. Ahora discúlpate co

mo si estuviera saludando a un vecino que

idad al gemelo malvado, ¿pero quién lo es aquí? ¿La chica que juega

e, indiferent

l

o la cabeza en la almohada por primera vez desde las cuatro y media de la mañana. M

las todos los días. Si viviera en la casa con mis amigos tendr

, frustrado. Miro la pila de boletas sobre la pequeña mesa de la cocina y recuerdo cuando no tenía problemas económic

cero. La primera vez que me lo contaron, pensé que estaba loco porque, queramos o no, los signos de dólar representan grandes oportunidades para quienes los poseen. Marcus Hensley podría haberse queda

parado el baño de la habitación. En esa época, conoció a mi madre, una reina sin corona pero con súbditos por doquier, que se ena

cuando te

en el mundo, como él lo había hecho, pero no contó con la poca suerte que tendríamos y que el orgullo dividiría a la familia. Ahora, Kendra trabaja

pequeños no son conscientes de los problemas que acarrea la adultez porque están demasiado ocupados siendo niñ

s circunstancias y no p

o intento, sé que él ve los problemas

De vez en cuando, me dan ganas de llorar por no ser capaz de facilitarle la vida a mi familia. Arrastro el caballete que hay bajo la mesada

de una canción o el recuerdo de un roce. El pincel tiembla

ara no tener que pintar un e

agmento d

ó a ella. Contra todo pronóstico social, juntos, b

n abrazo dado con los ojos; ell

eron. Ahora son custodiados por memorias a las que no tengo acceso, pe

renunciado a

su memoria por ella. Y