H
escogido el peor día del año para hacerme rabiar. Nuestro hermano acababa de llegar, sin em
Brook Stanton, muchas fueron las ocasiones que le hube advertido que ese i
Chase!” O un florido: “¡Deja de meterte en mis jodidos asuntos!” que me hacían cuestionarme sobre quién se había encargado de
den por detrás!” le salían muy bien, a mí no se me habrían ocurrido. No obstante sus
mi hermanita de
oderme por medio de ella desde una noche que lo vi besarla desde el
ctrica. Más de no haber sido por mi padre que me observaba por la ventana de su recamara como un gato al ac
o que na
za habría sido per
r y volarle las bolas,
o— como para correr en su búsqueda. En la práctica de la cacería no se
peros en todo Montana, incluso nuestro Rancho era mucho mejor conocido por la calidad de los equinos, las reses y, en últimas fechas también el tequ
mucho menos después de lo que había sucedido un año antes, cuando el
on trampas; lo único que hice fue ofrecerles mejor precio a los ingleses que gustosos pagaron lo que les pedí por una
oferta y la d
ra mi punto débil y si lo que quería era cobrarme la
to lo creía capaz de darme el tiro de g
vaqueros desgastados y una camisa que a duras penas abotoné. Hasta el hambre se me había quitado pese no haber probado bocado desde
texana a medio acomodar sobre mi cabeza de cabellos
instalados en su recámara —descansando del viaje— como hubiese sido lo lógico y mi padre como siempre, encerrado en su d
al Audrey acompañaba a Shaun y a decir verdad, es que tampoco me importaba tanto. La alegría de tener
í ningún tipo de curiosidad. Me la imaginaba insípida, una de tantas mojigatas citadinas sin chiste acostu
del a
¡Patr
e conducía a cavilar sobre los dramas que debía armarle al inocente de Shaun, a
s org
a provocárselos, dudaba de que ella
contré notas cariñosas de alguien entre sus libros, diciéndole lo especial que era y cuá
ho de experiencia con las mujeres, que probabl
veinticinco años siguiera si
e papá, quien le pasaba una franela al vehículo, lim
demasiado tarde para r
el bolsillo del pant
, abriendo la puerta y entrando de un salt
argó Anoki —respondió, da
itch y el
naba todo imposibilitando la audición — ¡Si mi padre pregunt
contemplando por el retrovisor la nube de polvo
on tendría que
+
Rancho de su padre, me hizo incorporarme. El cofre de una camioneta no es un buen lug
el sombrero y caminé a su encuentro. Había decidido esperar lo suficientemente lejos del acc
o tuvo más remedio
de que te baje yo
mirada y Brook hacerse el héroe, bajan
, o el verde de sus ojos adormilados que se combinaba
do, se nota
clara, pómulos ligeramente desarrollados, labios gruesos, b
o lo que se le viene en gana. Alguien a quien no se le enseñó en su niñez lo que eran las reglas, las nor
al par
miré, fue como
jo. Le estaba buscando tres patas
aba yo, tenta
ma de mi mano ma
na no se
a, pero eso a
fruncía a cada nanosegundo que transcurría — ¿qué p
ha
es sí
ero ya comprobé que no, S- to
s labios
que delante de mi hermana no sacaría su verdadero ser. No le convenía. En c
Pensaba, sin embargo no l
etó los puños, a la
o único que hizo falta
nte hacia lo que me había
ue le dije. A regaña
a camione
tazo a mis espaldas m
algo tienes en contra mía arreglémoslo como hombreso bueno que me hab
como si quisiera morir ahí mis
r que se me abra de piernas d
to y ahí estaba por fin, el pretexto para a
incierta y el
una sirena a pocos metros, aproximándose por el camino, me s
cil Foreman me subiera a la patrulla y me llevara preso, eso hubiese significado dejar a Esther a me
Brook. ¿
mí —. Solamente vine a recoger a mi hermana y aproveché para saludar
on un movimiento de su ma
asi
te en problemas, Messe
e, Foreman? —formulé, cruz
los bares de Montana ha
más noble tiende a patear si no se le t
a, simpleme
hos. Es lo ú
os dedos índice y medio de mi derecha, formando el símbolo
ejar de lanzar advertencias silenciosas que pedía al cielo fueran
encendí la má
ra insultarme o maldecir. Contrariamente a eso recostó su frente en el cristal
eso cr
era por su bien, porque la vida tendría que brindarle lo mejor mientras yo vivi
guntarle para esclarecerla n
é como último recurso, cerrando el switch frente a la casa.