OS DÍA

lamaba Marisa con emoción al ing

chica entrar por la puerta de manera alegre. Le sonrió levantándose de su asiento p

acepto un no por respuesta –amenazó la chica apenas s

eré –le aseguró un momento de

. No quería que la siguieran viendo como la niña mimada de papá que nada sabía hacer. Quería demostrar lo que podía lograr. Rebecca se sentía muy orgullosa de su amiga, así que aunque no solía asistir a bares, estaba comprometida e

ESE

hica rubia que estaba

incontables ocasiones. El chico permanecía oculto en el piso del copiloto al tiempo en que la rubia maniobraba de manera ágil aquel automóvil intentando escapar. Iban tan rápido como la

tió. Respiraba agitadamente. Sentía su corazón saltar en su pecho casi a punto de salir

dirección. Sabía muy bien de qué se trataba, era la mafia enfrentándose nuevamente. Los odiaba. Ella

s de poder huir logró ver a un chico que corría desesperado y que terminaba siendo acorralado por un grupo de matones. La rabia invadió a Reb

rado escapar por completo sin saber que aquellos matones habían tomado nota de la matrícula de su auto.

e cubierto de sangre, por lo que no podía ver bien su rostro. Únicamente sus ojos esta

manera –le explicó su inesperad

ió la chica sin dejar de mirar a los ojos de ese hom

cualquier cosa que quieras te la daré –le dijo agradecido. La chica negó con la cabeza aun absorta en sus pensamientos– y que tal… ¿a mí? ¿No me quieres a mí? –propus

staba y por qué no había llegado. La joven salió de su trance y le aseguró a la chica del otro lado de la línea que llegaría pronto. G

saber tu nombre

imitó a dec

camino, así que decidió mentir. Rebecca se despidió y arrancó el auto en cuanto el chico bajó. Este se quedó observando cómo se alejaba aquel vehículo. Repitió el nombre de aquella hermosa dama como intentan

resuró a entrar al local y buscar a su amiga. No dudó en contarle lo que

ofundo y tomó el shoot que le entregaba Marisa. Lo sorbió d

zcas a tu próximo novio –Rebecca mir

de un soltero muy codiciado. Pertenecía a una familia respetada y muy cercana a su padre. La joven pensaba que

erdas? –aseguró Rebe

o –aclaró su amiga. La

chica y conocer al joven, ya luego buscaría una excusa para retirarse del lugar y alejarse de él. Pero las cosas no salieron de acuerdo a su plan. Tras esperar un par de horas, su

notar sus hermosos ojos marrones, pero a diferencia de lo que tenía pensado antes de su llegada, decid