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Historia

Capítulo 7 Lo quiero

Palabras:1245    |    Actualizado en: 13/04/2023

Aunque hubiera podido ser traviesa y decir que quería irse a casa, no deseaba parecer demasiado atrevida. Pero sí le daba gusto provocarle más.

Carolina tomó la mano de Máximo y la apretó contra sí misma como una invitación. Al principio, quizás un poco tímida antes de permitir que sus dedos ingresaran en ella. Entonces, vio cómo sus pupilas se dilataban debido al placer.

Máximo la estimuló con ellos, llevándola hasta la delgada línea de no retorno, esa que separaba la conciencia del clímax. Sin embargo, se detuvo para desabrocharse el pantalón. Debió esperar un momento para permitirle adaptarse a él.

"¡Máximo!", gritó minutos después mientras llegaba al orgasmo.

El chico también gimió entre dientes. "Eres tan... apretada", susurró sin aliento.

Apoyó una mano en el vehículo mientras la otra sujetaba la cintura de Carolina y su cabeza descansaba en el hombro de ella.

Su esposa exhaló un quejido cuando abandonó su interior.

En seguida, sin siquiera esperar a que se recuperase, la llevó de vuelta al auto, le abrochó el cinturón y tomó asiento en el lado del piloto. Condujo y el resto del viaje transcurrió en un incómodo silencio en el que no se oía otra cosa que sus respiraciones.

Carolina pasó todo el trayecto luchando contra emociones opuestas. No podía deshacerse del sentimiento de debilidad y arrepentimiento por haber dejado que Máximo hiciera lo que quería con ella, cuando en el fondo sabía que debió haberse resistido.

'Sinceramente, mujer...', se dijo a sí misma, tratando de encontrar las palabras correctas. No pudo. Estaba llena de enojo y vergüenza por igual.

Por su parte, Máximo se sentía confundido. Siempre pensó que ninguna mujer se acostaría por voluntad propia con una criatura como él, pero Carolina demostró ser mucho más profesional de lo que había previsto en un principio. Sabía cómo complacerlo a la perfección, dejándolo encantado y haciendo que se olvidara, aunque fuera solo por un momento, de que ya no era el hombre deseable que solía ser.

Cuando llegaron a casa, Carolina abrió la puerta del automóvil; no obstante, Máximo la detuvo. La muchacha deslizó la vista desde el lugar en el que tocaba, subiendo por su brazo y el pecho, hasta llegar a su rostro.

"¿Qué pasa?", preguntó ella, con más brusquedad de la que pretendía.

Él la miró con los ojos entrecerrados, pensando que era una maldita desagradecida.

"Solo iba a pedirte que esperaras un momento, para poder ayudarte con las escaleras", dijo mientras su paciencia se agotaba.

"¡No tienes por qué ser grosero!".

"¿Yo? Fuiste tú quien me miró como si fuera...". Cerró los ojos y respiró profundo. "Te ayudaré, ¿de acuerdo?".

Ella cabeceó accediendo.

'¡Qué mujer tan temperamental!', pensó mientras rodeaba el coche y se acercaba a Carolina. La encontró mordiéndose los labios como si estuviera pensando, con una mirada baja que lo hizo sentirse deseoso de nuevo. Tenía labios hermosos, perfectos para... La mente se le llenó de ideas. '¡Contrólate de una vez!', se regañó.

"Toma, bloquea el auto en cuanto cierre la puerta", le dijo, entregándole la llave. La chica asintió.

Se inclinó, de inmediato ella se aferró a su cuello. Le pasó los brazos por debajo de las rodillas y alrededor de la espalda para sacarla del coche. En cuanto oyó el clic de la puerta, ella levantó la mano y pulsó el botón de 'cerrar' de la llave que le había dado.

Dolores vio acercarse a la pareja y al principio se sintió feliz; sin embargo, cuando se fijó en el pie vendado de su patrona, corrió hacia ellos con rapidez.

"¡Ay, señora!, ¿qué le pa...?".

"Dolores, por favor, abre la puerta de mi habitación. Carolina se quedará conmigo", la interrumpió Máximo.

La chica se lo quedó mirando con la boca abierta, pero él la ignoró.

En cuanto ingresaron y cerró la puerta, Carolina pudo por fin echar un buen vistazo al lugar. La primera vez que la visitó, la habitación se encontraba a oscuras y no tenía ni idea de cómo se veía.

Mientras que su dormitorio era limpio y luminoso, el de él tenía paredes de color gris oscuro, excepto una que era de un tono más claro detrás del televisor. La ropa de cama también era sombría y la ventana estaba cubierta tanto por una película como por una cortina opaca.

'Esto es tan oscuro y deprimente', pensó.

Cuando la dejó en la cama, ella se ruborizó de inmediato al recordar su primera noche juntos.

"¿Por qué tengo que quedarme aquí?", preguntó para concentrarse en otra cosa que no fueran las imágenes en su mente. "Mi habitación es suficientemente cómoda".

"No se trata de comodidad para ti, sino para mí".

Cuando él se sentó en la cama y se quitó los zapatos, la muchacha arrugó el entrecejo.

"No entiendo".

Ni siquiera se giró para mirarla.

"Quiero vigilarte. Tienes un pie herido y alguien debe ayudarte. Los criados no se quedarán contigo. Así que es mi trabajo. Y no pienso levantarme continuamente para ir a tu habitación en mitad de la noche a ver si necesitas algo".

"Pero...", dijo ella, "podría mandarte un mensaje. No tendrías que venir a mi habitación para...".

"¿Quieres ducharte?", la interrumpió, lo cual no le hizo ninguna gracia; pero de todos modos ella se mordió la lengua. Carolina no quería empezar a pelear de nuevo.

Con los ojos entrecerrados, lo vio dudosa.

"Quieres algo más que darme un baño".

El chico se encogió de hombros.

"¿Te molesta?".

Ella sacudió la cabeza.

"No".

"Estupendo. Vamos a quitarte la ropa, entonces", respondió en tono sugerente, y cuando ella lo miró a la cara, a pesar de que tenía una parte cubierta con la máscara, pudo notar que estaba siendo cínico.

'Siempre desprecié a este tipo de hombres, y ahora me encuentro aquí, encontrándolo hermoso. ¡Qué ridículo, Carolina!', pensó burlándose de sí misma.

Le quitó la ropa con cuidado, aprovechando para besarla aquí y allá. Aunque la máscara se interponía, no representaba una gran molestia; con todo...

"¿Máximo?", lo llamó con suavidad. Él respondió con algo que sonaba como un 'hmm' a la vez que continuaba pasando la lengua por su pezón. "¿Por qué no me besas en la boca?".

Él succionó por última vez y levantó la vista.

"Ya te besé en la oficina, ¿no?", habló en tono ronco.

"Pero...". Abrió los ojos y se lo quedó mirando. "¿Por qué no ahora?".

"La máscara estorbaría".

"¡Entonces, quítatela, duh!", exclamó como si fuera lo más natural del mundo.

"¡No! Si me la quito, no querrás ni besarme". Se levantó y se apartó de ella, tocándose la máscara. "¡Soy horrible!".

"Eso no es verdad", habló siendo honesta por primera vez en cuanto a los dos, más específico sobre cómo se sentía respecto a él. "No me pareces para nada...".

La interrumpió con una cruel carcajada. "Querida, solo has visto el lado que no está dañado. No querrías ver lo que el fuego le hizo a mi cara. Ninguna mujer quiere. Ni siquiera yo...", susurró con la voz rota.

Las palabras de Máximo pesaron en el corazón de Carolina. Pensó en pedirle que lo intentara de todos modos, no obstante, ¿qué pasaría si de verdad tenía un aspecto espantoso y lo único que ella lograba era poner una expresión de repulsión? Sería humillante para él.

"Bueno, es tu cara y conoces tus límites", le dijo. "No te presionaré para que hagas algo que te incomoda".

'Es decente, al menos en ese sentido', pensó.

"¿Nos damos una ducha?", sugirió mostrando una débil sonrisa.

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Contenido
Capítulo 1 Cásate Capítulo 2 Noche de bodas Capítulo 3 Exigir explicaciones Capítulo 4 De descanso Capítulo 5 Se fue Capítulo 6 Lesionada Capítulo 7 Lo quiero Capítulo 8 Vibrador Capítulo 9 Lo volvió a hacer Capítulo 10 Doctor Capítulo 11 Mi mujer
Capítulo 12 No te traicionaré
Capítulo 13 La amaba
Capítulo 14 Ansioso
Capítulo 15 Visitar al médico
Capítulo 16 Por poco la pierde
Capítulo 17 Confía en mí
Capítulo 18 Cuidarlo
Capítulo 19 La familia Castillo
Capítulo 20 Te ves más sensual que nunca
Capítulo 21 No puedo soportarlo
Capítulo 22 La fiesta
Capítulo 23 Malentendido
Capítulo 24 Encuentro
Capítulo 25 Una distracción
Capítulo 26 Ella golpeó al alcalde
Capítulo 27 Seremos padres
Capítulo 28 Confía en mí
Capítulo 29 Engañada
Capítulo 30 Máximo regresó
Capítulo 31 Va por buen camino
Capítulo 32 Otra vez
Capítulo 33 El chisme del pueblo
Capítulo 34 Nueva etapa
Capítulo 35 Cenar con los pequeños
Capítulo 36 Vas a apestar
Capítulo 37 Esto es un error
Capítulo 38 Los papeles de divorcio
Capítulo 39 Buscar a Carolina
Capítulo 40 Sí
Capítulo 41 En la clínica
Capítulo 42 Fuera de mi camino
Capítulo 43 Ayúdame
Capítulo 44 Decisiones
Capítulo 45 Decidido
Capítulo 46 Casi
Capítulo 47 Mi hijo
Capítulo 48 Recuperación
Capítulo 49 Bernardo
Capítulo 50 La llamada
Capítulo 51 Videollamada
Capítulo 52 Mío
Capítulo 53 Juego limpio
Capítulo 54 Aceptas
Capítulo 55 Pequeño error
Capítulo 56 Conspiración
Capítulo 57 Juntos
Capítulo 58 Un príncipe
Capítulo 59 Atractivo
Capítulo 60 Recuerda
Capítulo 61 Gala
Capítulo 62 Gala 2
Capítulo 63 Contrólala
Capítulo 64 Sí
Capítulo 65 Cómo está ella
Capítulo 66 Revelaciones
Capítulo 67 Secretos
Capítulo 68 Regresar a casa
Capítulo 69 Un momento importante
Capítulo 70 Él se puso extraño
Capítulo 71 Salir del hospital
Capítulo 72 Disimulado
Capítulo 73 Ayudar
Capítulo 74 Otra vez
Capítulo 75 Té de la tarde
Capítulo 76 Recuerdos
Capítulo 77 Estresada
Capítulo 78 Encuentro
Capítulo 79 Viajar
Capítulo 80 Me crees
Capítulo 81 Qué quiere ella
Capítulo 82 Resuelto
Capítulo 83 Cartas sobre la mesa
Capítulo 84 Desaparecida
Capítulo 85 Compromiso
Capítulo 86 Compromiso II
Capítulo 87 Un paseo por el museo
Capítulo 88 El resultado de la prueba de embarazo
Capítulo 89 Los preparativos de la boda
Capítulo 90 La boda
Capítulo 91 Muéstrame tu celular ahora mismo
Capítulo 92 De regreso a la finca
Capítulo 93 Emilia
Capítulo 94 Cómo sucedió
Capítulo 95 La verdad
Capítulo 96 Seguir la tradición
Capítulo 97 Respira hondo
Capítulo 98 En el hospital
Capítulo 99 Traición
Capítulo 100 Mantener las apariencias
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