Todos los presentes se paralizaron y miraron hacia la dirección donde provino la voz.
Theodore, quien iba en su silla de ruedas, apareció en la puerta; llevaba ropa informal, pero se veía muy limpia y cómoda, junto con una manta suave que le cubría los muslos. El sujeto tenía los dedos entrelazados y los hombros en alto, postura que lo hacía ver como un rey que estaba sentado en su trono.
Detrás de él estaban dos hombres, uno de los cuales era el hombre bonachón y de anteojos con el que Ariana se topó ayer; el otro vestía un traje formal y llevaba un maletín en la mano. El segundo sujeto portaba una expresión seria y estaba envuelto en un aura que imponía respeto.
Los ojos de Theodore se entrecerraron mientras miraba a las personas que tenía enfrente; a pesar de estar en una silla de ruedas, seguía mostrándose condescendiente con todos los presentes en la sala de estar.
Tras varios segundos, se volvió hacia Brielle y la fulminó con la mirada: "¡Más vale que tengas una buena razón para explicar por qué le estabas jalando el cabello a mi esposa de esa manera!".