zó por mis muslos, alcanzando la ropa interior mojada. Con el dedo, acarició la tela, provocando, siguiendo el contorno del encaje y presionan
is labios, pasando la punta de la lengua por mi labio superior. — ¡Esto es lo que los lectores desean, sentir los to
rocedió y me dejó a
Pregunté c
por mí todos los días hasta que sienta que has alcanzado mis expectativas! — Se sentó relajado en el sillón, sirv
da con una son
cción, Sra. Lis, ¡ten paciencia
la computadora portátil y mis cosas con tanta rapidez que
O, nunca había sido atrevido conmigo. Normalmente, las mujeres se lanzaban a sus brazos, pero su manera brusca las alej
ué todo cambió?
a trabajar allí! Determinada, me acosté para descansar después de algunas copas de vino, arriesgando un n
í, entregándome a sueños atrevidos con el CEO. Mi celular sonó, pero lo ignoré. No volvería al trabajo nunca más. Oí sonidos en la puerta. Pensé qu
as! — Sonr
Me froté los ojos, pensando qu
¿quieres escuchar? — Patrik
par en par, saltando de la cama — ¿Cómo?
rasada para el trabajo! — El CEO encogió los hombros, ignorándome, salie
me de arriba a abajo, sin quitar la sonrisa divertida que jugueteaba en sus lab
e entró en mi apartamento? — Respiré calmadamente, trata
trik respondió con naturali
en par, sentándome en el sofá y poniendo
sí que lo compré y puse seguridad. Con la gestión adecuada, ¡este lugar prosperará fác
star bromeando… — Suspi
trasados para el trabajo… ¡Detesto esperar! — El tono imp
tiene el derecho de inv
mío, ya que compré el edificio…
boquia
trik — Reflexioné al responder — Y ya envié mi carta de renuncia a nuestro depart
rpeta que estaba en el brazo del sofá — Señorita, tiene muchas deudas, su cu
la casa de reposo de Seattle. Recon
a de mis registros! — Me levanté irrita
arrándola fuerte y apretándola, mirándome despiadadamente — Entonces, no ponga a prueba
la froté, quedándo
Patrik? Siempre hemos tenido una buena re
sus ojos enigmáticos — Tiene diez minutos para arreglarse, una
y deslizándome por ella, sentándome en el suelo, te
de la puerta, obligándome a levantarme apre
a, leyendo el capítulo que había escrito sobre el efecto d
ndo la computadora p
ductoramente, se levantó, recorriendo los dedos por mi camis
te ayer. — Mordí mis labios tímidamente — Tenemos una
ro el CEO no se movió, aun
a. Lis. — Patrik pasó por la puerta,
amente, habland
cil de trabajo, nada má