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después de la muerte de sus padres Natacha, comete ciertos errores que la encaminan a una difícil decisión, poseía dos meses de embarazo, sin saber que más hacer, Natacha, tenía pensado suicidarse, pero es justo cuando conoce a un señor, que la ayuda, después de mucho tiempo, Natacha siente que su vida está empezando a recuperarse, pero es justo hay cuando se entera que el padre de su hijo regreso, después de esa noche, ella no volvió a verlo nunca más, ver al hombre que la abandonó junto a su jefe, que también fue su salvador es una noticia sin precedentes para ella, pues ahora resulta que ese hombre es el hijo mayor de su salvador.
Cuando era niña, mi madre murió por causa de una enfermedad. Mi padre quedó a mi cuidado, por su parte, Mi abuelo era un empresario importante y bien reconocido, después de la muerte de mi madre, mi padre se negó a heredar la empresa y termino cortando todo lazo con su familia. Cuando cumplí los 16 años, mi padre murió en un accidente de auto. Fue la primera vez después de muchos años que vi el rostro de mis familiares.
Cometí muchos errores en mi vida, hay algunos de los cuales me arrepiento, pero, haber procreado una vida, fue el mejor regalo que pude haber poseído, Con todo en contra, mi carrera siempre fue mi motivación, sin ayuda de mis padres, ni de mis familiares, me tocó buscar un trabajo para mantener mis deudas y a cierta personita que es toda mi vida, aquí es donde entra mi jefe.
Cullen Mclaren; un empresario reconocido como el rey de las finanzas, el conglomerado Mclaren, es una de las empresas más importantes en nueva York. Conocí al Sr.Mclaren en una etapa de mi vida muy difícil, no solo me ayudó, sino también me apoyo como ninguna otra persona lo hizo.
Soy su secretaria, asistente y la persona que mantiene su vida en orden, conozco todo sobre él, su vida privada y su vida empresarial, he estado pensando en denunciarlo por explotación laboral, pero como podría, es un señor que paga una suma de dinero como ninguna.
Mi madre era arquitecta, durante su vida planeo y estructuro su propio hogar, una obra maestra conocida como la mansión de cristal, es reconocida como la arquitectura moderna más bella de todos.
Con la muerte de mi madré, el terreno y la propiedad pasaron a nombre de mi padre y con su muerte, debería de haber pasado a mi nombre, pero siendo una menor de edad, no pude heredar la propiedad, cuando cumplí los 19 años reclamé mi herencia que por derecho me pertenecía. Pero hubo problemas legales.
Cuando mi padre murió, mi tía y hermana de mi madre, reclamo la mansión de cristal como suya, siendo hermana de mi madre, el estado dejo la propiedad a su nombre hasta que yo pudiera cumplir mi mayoría. Actualmente, poseo 20 años, y mi tía se ha negado a darme la mansión de cristal.
Mi jefe Cullen Mclaren, tiene 52 años, este año será su último año antes de retirarse y jubilarse, ahora existe una gran disputa por quien heredará dicha empresa, pues en total existen tres herederos varones.
Era sábado por la noche y también el cumpleaños número 54° de mi jefe. La gala comenzó y muchas personas de la farándula han asistido. Mientras todos disfrutan de una gala llena de lujos, yo me encuentro recibiendo a los invitados en la puerta del hotel CIU.
Pregunté el nombre de uno de los invitados y con decoro pronuncio su nombre, se llamaba kellen lúe. Busque su nombre, percatándome que no se encontraba entre la lista de invitados.
Es algo que suele suceder muy a menudo, le pedí amablemente que se retirara, pero con enojo me pidió que volviera a revisar la lista. Viéndome en un gran enrollo, el jefe de seguridad se acercó y preguntó por la situación, le expliqué y él se encargó del sujeto.
Mis piernas estaban adoloridas y mis manos pesadas, llevaba más de tres horas recibiendo a los invitados. La voz de mi compañera sonó por el audífono de la radio. "¿Qué pasa?" Le pregunté.
El Sr. Cullen, estaba preguntando por la llegada de su esposa y sus hijos. Mire la lista en mis manos y confirme que ninguno de ellos había llegado. Pasaron unos segundos y parecía que todos los invitados ya estaban dentro, volví a escuchar la voz de mi compañera. Esta vez me pidió que entrara pues, el Sr. Cullen, estaba pidiendo mi presencia.
Cansada, pero, no derrotada, entré y este se encontraba hablando con unos congresistas importantes, al verme, pidió disculpas y se dirigió hacia mí.
-¿Dónde estabas Natacha?-Me dijo. Le expliqué que estaba recibiendo a los invitados, me miró y preguntó por el paradero de María. Para no causar su enojo le mentí. -¡María se sintió un poco mal, es por esto que fue al hospital por unas pastillas, pero ya confirmo que regresando!
El Sr. Cullen, es un jefe educado que se preocupa por sus empleados, no dijo nada y prosiguió al tema principal. Su esposa e hijos no habían llegado, debido a esto, los rumores estaban esparciéndose rápidamente, pues debido a problemas intrafamiliares ambos estuvieron a punto del divorcio.
Me pidió que me contactara con ellos, segundo después, su mujer entro en escena, era una señora no mayor a los 37 años, bastante más joven que el Sr. Cullen.
Acto seguido los paparazzi rodearon a los dos, por mi parte salí a fuera, para poder seguir mi trabajo, siendo la asistente personal del Sr. Cullen, es mi responsabilidad que todo vaya según lo planeado. Mire la lista y solo faltaban cuatro personas, su hija menor y sus otros tres hijos varones.
Por supuesto, conozco muy bien a los dos hijos menores y a la pequeña y joven Daniela. Pero debido a que su hijo mayor se fue a estudiar al extranjero desde muy temprana edad, nunca antes lo había conocido.
Un auto deportivo se estacionó y de él bajaron dos hombres y una joven, me sentí bastante aliviada, pues esto representaba que mi trabajo estaba por culminar. El joven Carlos, me miró tachando su nombre de la lista, me saludo y preguntó la razón del ¿Por qué estaba recibiendo a los invitados? Normalmente, mi trabajo es estar junto a su padre.
Me excusé de la misma manera ya dicha y estos tres sin más que decir, entraron al hotel. Pasaron treinta minutos y un taxi se estacionó. Bajando apresurada y terminando de ponerse los tacones, María, había llegado.
-¡Lamento llegar tarde!-Me dijo con un rostro bastante cansado. Enojada, la golpeé con la lista de invitados. "¡Cómo mínimo podrías llamarme, el Sr. Cullen por poco y se da cuenta de ausencia!"
Enojada le entregué la lista de invitados, pues nuevamente el Sr. Cullen, estaba preguntando por mi presencia. María, vio la lista y preguntó ¿Quién faltaba por llegar?
Ojeamos la lista y solo faltaba un nombre. Harry Mclaren. Ambas nos miramos, ¿El hijo mayor del jefe? este, aún no había llegado. Siendo sus asistentes, sabemos muy bien la disputa que se forma por culpa de este individuo.
Siendo su hijo mayor, es el principal heredero, pero habiendo crecido en suelo extranjero, Harry Mclaren, empezó su propia empresa la cual ha tenido un buen inicio, debido a esto, se ha negado a seguir los pasos de su padre. Llevo dos años trabajando para esta empresa y cada vez que hay un evento o cumpleaños, este individuo se niega a venir desde Canadá, esto enfurece al Sr. Cullen, lo cual significa que nos empeora el trabajo a nosotras.
Suspiramos, suponiendo que nuevamente Harry Mclaren, no vendrá, lo cual significa que nuevamente nos espera un día de estrés y complicaciones.
Por mi parte, regrese a mi lugar junto al Sr. Cullen, como de costumbre me tocó apuntar muchos contactos de viejos y nuevos amigos, pertenecientes a futuros empresarios. Nada raro de lo normal, como de costumbre el jefe, no empezó la velada esperando la llegada de su hijo.
Normalmente, espera más de una hora, si en ese tiempo no se presenta entonces da inicio a la velada. Desde hace más de treinta minutos su rostro parecía muy molesto, no era difícil adivinar la razón.
Se acerco a mí y me pidio que diera el comienzo a la velada. Cómo de costumbré, estaba dando su discursó ante todos los ya presentes, de un momento a otro, la voz de María, me indico algo, debido a mi trabajo, le pedí que no hablara durante el discurso del jefe. Ella con voz aguda grito el nombre de "Harry Mclaren"
¿Qué? Era imposible, entonces era cierto que está vez si tenía pensado asistir al cumpleaños de su padre. Los bullicios de los paparazzi alertó a los presentes. Viendo todo esto, el jefe sonrió de alegría. Con entusiasmo pronuncio a su primogénito.
Entro y todos quedaron impactados, era justo como se suponía, un hombre alto de cabello oscuro, una barba bien cuidada y un estilo de saco moderno y lujoso, sus ojos eran azules y sus cejas y pestañas gruesas y negras. Una belleza como ninguna.
Debido al bullicio de las personas no pude divisarlo con exactitud, solo pude ver su figura, pero me parecía conocida. No dije más, por el audífono me informaron que el pastelero había llegado. Salí a recibirlos, pero cuando llegue María ya estaba atendiéndolos.
Mis pies no pudieron más, por lo tanto, caí sentada en una de las sillas. Me sentí prácticamente acosada por las preguntas de María.
-¡Lo viste! Es muy guapo, ¿Hablaste con él?-con enojo la caye. "¿Cómo podría yo hablar con él?" Le dije. Ciertamente, era imposible que en un momento como este alguien aparte de su familia pudiera acercarse a él.
Llevaba todo el día sin poder probar comida, me sentía débil. Entramos al comedor y sin dolor alguno olvide toda la dieta estricta que me había impuesto, tome cinco pastelillos y me los guarde.
Estaba comiendo el tercero cuando escuché la voz del escolta del Sr. Cullen. Me limpié las manos y me dirigí hacia él. Mi jefe deseaba que el fotógrafo les tomara una foto familiar para la portada de la revista. Busque al fotógrafo y fuimos hasta donde se encontraban, fue justo ahí donde lo vi con claridad.
Ciertamente, era hermoso al igual que sus hermanos, pero tenía una aura más adulta y menos gentil. Cubrí mi rostro apresurada y salí del lugar. No solo era el hijo de mi jefe, sino también el sujeto con el cual poseía un pasado oscuro.
CONTINUARÁ...
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