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Cassidy le dio todo a Franklyn. Ella le dedicó cinco años de su vida y él la abandonó: se iba a comprometer con otra mujer. Con corazón roto, se fue desesperada. Ella comenzó una nueva vida en otro lugar, sin saber que que el CEO inaccesible y frío la buscaría por todas partes. Cuando sus caminos se cruzaron de nuevo, se veía cien veces más hermosa y tenía a otro hombre a su lado. El arrepentimiento lo inundó. No pudo soportar más, le expresó su amor a la mujer: "Cariño, te extrañé mucho. Por favor, vuelve a mí. Prometo tratarte bien. Puedo darte lo que quieras. No puedo vivir sin ti". Sin embargo, Cassidy simplemente le dedicó una sonrisa desdeñosa. "Si no puedes vivir sin mí, ¿cómo es que todavía estás vivo? ¿Sabes qué? No quiero tener nada que ver contigo nunca más". El corazón de Franklyn se rompió en pedazos. Cuando la vio mirándolo, le cubrió los ojos y dijo con voz ahogada: "Por favor, no me mires con una daga en tu mirada. Algo me dice que todavía me amas". ¿Quieres saber qué les depara el futuro a Cassidy y Franklyn y cómo superarían los obstáculos que se interponían en el camino de su amor? ¡Ven a leer este libro!
En mitad de la noche, el silencio se vio traspasado por los gemidos de placer de una mujer. Al sentir el aroma del hombre que tenía encima, Cassidy Wright cayó en trance.
"¿Qué tienes en mente?".
Franklyn Pierce pareció darse cuenta del despiste de la muchacha. Dejó de besarle el cuello un segundo y levantó la cabeza para mirarla. Sus ojos eran muy amables, como si no fuera la misma persona poderosa que dirigía el Grupo Apex.
Él era innegablemente guapo. No solo tenía el rostro perfecto, sino también el cuerpo perfecto. Cassidy se sintió mal por distraerse en un momento así, así que le acercó la cara y le acarició con suavidad sus sensuales labios.
"Oh, nada... Solo pensaba en cómo conseguir el pedido de Empresas de Vanguardia".
El muchacho supo que mentía y su expresión se ensombreció.
Al momento siguiente, sus dedos vagaron hacia un lugar prohibido, y la chica no pudo evitar gemir. Los finos labios de Franklyn se curvaron alegremente, y espetó: "Ese es el castigo por tu distracción".
Él sabía a la perfección lo que ella quería en la cama.
Tras una apasionada ronda de sexo alucinante, Cassidy solo descansó unos minutos antes de levantarse para prepararle un baño.
Pero, a punto de querer abandonar la cama, Franklyn la agarró de la mano y le preguntó de repente: "¿Te preocupa el dinero o algo así? ¿Por qué pensabas en el trabajo mientras hacíamos el amor?".
Mientras hablaba, los ojos de Franklyn se fijaron en el hermoso cuerpo de Cassidy. A pesar de que acababan de atacarse como conejos, la joven aún podía sentir que la ardiente lujuria de sus ojos no se había extinguido por completo.
Sacudió la cabeza en respuesta a su pregunta. Como este hombre era siempre tan generoso, no le preocupaba el dinero.
En apariencia, Cassidy y Franklyn tomaban lo que necesitaban el uno del otro. Él codiciaba su cuerpo y ella, su dinero.
Pero solo Cassidy sabía que, en el fondo, ya no se trataba solo de dinero, sino que se había enamorado perdidamente de él a lo largo de los años.
Pero no podía decírselo, no la fueran a echar.
"No". La chica negó con la cabeza y cambió de tema. Sus ojos eran claros y sinceros. "¿Te vas pronto? Si no es así, te prepararé un tentempié nocturno".
Nada más decir esto, el celular del varón, que estaba en la mesita de noche, empezó a sonar. Al verlo, Cassidy cerró la boca de inmediato y procedió a ponerse el pijama de seda.
Entonces oyó que Franklyn le decía al celular con voz cariñosa: "Está bien, ya voy".
Tras colgar, él se giró y se levantó. Estaba por completo desnudo, pero no era nada de lo que avergonzarse. Se veía perfecto, como una escultura griega clásica.
"Surgió algo... Tengo que irme".
Al oír esto, Cassidy asintió obediente, aunque acababa de escuchar con claridad la coqueta voz femenina al otro lado de la línea.
Fue al guardarropa, le sacó su ropa y ayudó a Franklyn a vestirse. Cuando le arreglaba la corbata, no pudo evitar mirarlo a la cara y preguntarle: "Es bastante tarde. ¿A dónde va, señor Pierce?".
Él no le contestó y se limitó a fruncir los labios. Entonces, Cassidy supo que había dicho algo incorrecto, por lo que cerró la boca y le abrochó los gemelos en silencio.
Este hombre había nacido con una apariencia de noble; además, debido a su trabajo, su vestuario consistía únicamente en trajes de alta gama. Como resultado, parecía frío, distante e inaccesible.
La muchacha tomó la chaqueta y se dispuso a ponérsela. Al hacerlo, tocó sin querer una caja cuadrada que se encontraba en el bolsillo.
No tuvo que mirar dentro para saber lo que contenía. Evidentemente, era un anillo de compromiso.
Pero no para ella.
Tenía la corazonada de que su turbia relación con Franklyn terminaría después de esta noche.
Al día siguiente la despertaron las vibraciones de su celular. Cuando comprobó sus notificaciones, vio que el grupo de chat con sus colegas bullía con noticias emocionantes.
Lo esencial de la noticia era lo siguiente: Franklyn se iba a comprometer.
Ella siempre había mantenido un perfil bajo. Muy pocas personas de la empresa conocían su relación con el jefe, concretamente la secretaria de Franklyn y su propio ayudante.
La discusión en el grupo de chat estuvo muy animada.
Algunas chicas decían que se arrepentían de no haber intentado conquistar a Franklyn antes, pero era evidente que solo bromeaban.
Cassidy tenía la mirada perdida en la pantalla del celular. Había intentado seducir a Franklyn, ¿pero a dónde la condujo eso? Al final se quedaría sin nada...
Cuando por fin recobró el sentido, pulsó el enlace del chat de grupo, que la llevó a un sitio web de noticias. Como era de esperar, vio la atractiva cara de aquel hombre en la portada.
El título del artículo llamaba mucho la atención.
"El CEO del Grupo Apex se compromete el 15 de este mes con la hija soltera del presidente del Grupo Ascendente".
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