/0/11826/coverbig.jpg?v=d29de71d2efbfccdeeff31016cb0dfef)
Cuando Amy Reeve comenzó la universidad, lo único que quería era jugar al voleyball con todo su ser. Y lo consiguió, junto con una fama arrolladora. Pero un error trajo consigo el desprestigio y se convirtió en la muchacha más odiada de la escuela de la noche a la mañana. Su mala prensa cobró el nombre de monstruo y Amy apenas sobrevivió su primer año. ¿Cómo se enfrentaría al segundo, con esa carga a cuestas? ¿Existiría la posibilidad de remendar sus faltas y volver a empezar?
Déjame contarte mi historia, quizás te sientas identificado, quizás me detestes. No serías el único, ni el primero. Yo misma me detesto, el desprecio que siento hacia mi persona está arraigado y no puedo librarme de él.
¿Cómo comenzó todo? Bueno, aunque no lo creas, lo sé con exactitud.
¿Nunca has sentido que perdiste el camino? ¿Que la persona que solías ser quedó atrás y que ya no tienes el mismo objetivo?
Yo sí. Aunque no siempre.
Para mí todo había estado claro hasta que empecé la universidad.
Ni siquiera con la temprana muerte de mis padres me había desviado. Siempre supe qué iba a hacer y quién iba a ser. Nada más importaba en mi mundo que mis objetivos.
Pero ese año, cambié. Las líneas se desdibujaron y lo que me importaba pasó a un segundo plano.
Empecé la facultad como lo tenía planeado. La nueva rutina, profesores que me admiraban, compañeros que deseaban tenerme en su grupo, los entrenamientos que no representaban ningún desafío. Todo es sucedía tal y como esperaba que fuera. A eso se le sumó la vida en el campus, las fraternidades con sus iniciaciones, las fiestas en las que todo era válido.
Las cosas iban viento en popa, hasta que me crucé con el grupo de chicos populares. Entonces todo se volvió más intenso y confuso y ya no estuve tan segura de mi objetivo. Dejo de interesarme ser una buena deportista. Me concentré más en agradarles que en sacar buenas calificaciones. Yo era parte de ellos y no había mejor sentimiento que el de pertenencia. Hasta su líder fijó su atención en mí.
Jonathan parecía ser un gran chico, agradable, carismático y dedicado al deporte. Era un rompecorazones, el deseado entre las chicas y me incluía en la lista. Me esforcé por llamar su atención y luego de muchos meses, resulté ser de su agrado. No voy a mentir, ese hecho me hizo subir a las nubes, como una ganadora. ¿Qué más quiere una chica, que el chico popular se fije en ella? Es el típico cliché, pero créanme, la historia no se trata de eso.
El amor puede convertirse en obsesión y en toxicidad. Y entonces nos destruye.
Así como averigüé con el pasar del tiempo, no todo es lo que parece, no todo lo que brilla es oro. La fama es una vanidad, es algo que fácil viene y fácil se va. La gente se cansa de ti, aunque hoy seas su juguete nuevo, no tardan es buscarse otro mejor. Jonathan me lo demostró y sin importar qué tanto me esforcé por ser de su preferencia, no dudo en buscarse otro entretenimiento para pasar el tiempo.
No tardé en golpearme con la pared de la realidad, un muro conciso, que además fue sumamente doloroso. Lo sentí como una traición, como algo imperdonable, pero no tendría que haber reaccionado de esa manera. No tendría que haber hecho lo que hice. Mis acciones en respuesta a su traición fueron malas, lo admito y me arrepiento.
¿Por qué tuve que hacer eso? ¿Por qué no pude ser una mejor persona? ¿Por qué no pude aceptar las cosas como eran?
Desearía regresar el tiempo, pero es imposible. Desearía que todo hubiese sido un sueño o una cruel imaginación. Pero no, es algo que sucedió, es algo que hice y no se puede cambiar el pasado. Solo queda reparar el daño a partir de ahora, cambiar nuevamente, pero esta vez, para mejor.
Pero no es tan sencillo enmendar un error. Ni siquiera puedo perdonarme a mí misma por lo que hice, ¿cómo puedo pretender que otros lo hagan?
Ese accidente me costó todo lo que había conseguido. Mi vida social se fue al diablo, al punto de no solo no ser aceptada por ellos, sino de convertirme en una paria. Todo tipo de rumores sobre mí, se expandieron en el campus universitario. Y comenzó el apodo: monstruo. Cuando me miran, solo veo desprecio y asco. Si pudieran devolverme lo que hice, lo harían. No dudo que hasta lo intentarán.
Quisiera redimirme a sus ojos, pero ¿cómo reparar tus errores cuando nadie desea acercarte a ti?
Pero no puedo culparlos por sus hechos, son las consecuencias de mis acciones. Tengo que hacerme cargo y asumir la responsabilidad. No puedo pretender que sea igual que antes. No lo será y es mejor que lo acepte rápido.
Terminé el año a duras penas. Rendí satisfactoriamente casi todas las materias. Recuperé mi relación con las chicas del equipo, aunque tuve que hacer mérito bastante tiempo. Pero mi reputación no se salvó. Sigo siendo el monstruo horrible que te destruirá si te acercas.
Ahora tengo que comenzar mi segundo año con la carga de mis errores en la espalda. Y lo peor de todo, es que siento que perdí el rumbo y ahora nada tiene verdadero sentido.
Dime, ¿es posible volver a encontrarle sentido a las cosas? ¿A la vida? ¿Es posible restaurar la persona que habíamos sido?
No tengo la respuesta a ninguna de estas preguntas, pero créeme que la estoy buscando. Estoy hundida en las profundidades de mi propia miseria, en el mismísmo fondo. Con el orgullo y la autoestima heridos, con un deseo de auto destrucción muy fuerte. Sé que nadie me ayudará a salir de aquí, tengo que hacerlo sola. No sé cómo hacerlo, lo único que puedo hacer es seguir adelante y dar lo mejor de mí. Sin importar cuánto me tome, sin importar el costo que deba pagar.
¿Debería simplemente rendirme? Dejar que la situación tome el curso inevitable y me destruya sería el camino más sencillo. Pero he llegado demasiado lejos como para dejar las cosas como están. Al menos tengo que intentarlo.
Quiero perdonarme. Quiero cambiar. Quiero que las personas que amo no se preocupen por mí. Quiero dejar de ser una carga. Pero más que nada, quiero convertirme en una mejor versión de mí misma y dejar de sentir este asco cuando me veo en el espejo.
Tengo un camino largo por delante.
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
"¡Ahh!". Ella solo podía gemir, a pesar de que no amaba a ese hombre; de hecho, lo odiaba. Las manos del hombre recorrían todo su cuerpo. Ella jadeó cuando él comenzó a bajarle el cierre del vestido. Este terminaba en su cadera, así que terminó con la espalda y la cintura descubiertas. "No me toq... ¡mmm!". El hombre movió sus dedos por su espalda descubierta y presionó su cabeza contra una almohada. Los toques le provocaron escalofríos a la chica. "Haré que te olvides de sus toques, besos y todo lo demás. Cada vez que toques a otro hombre, solo podrás pensar en mí". ---- Ava Adler era una omega nerd. Los demás la molestaban porque pensaban que era fea y poco atractiva. Pero Ava amaba en secreto a un chico malo, Ian Dawson. Él era el futuro Alfa de la manada Mystic Shadow. Sin embargo, a él no le importaban las reglas ni las leyes, solo le gustaba coquetear con las chicas. Ava no era consciente de la arrogancia de Ian hasta que su destino se entrelazó con el del joven. Él la descuidó y la hirió profundamente. ¿Qué pasaría cuando Ava se convirtiera en una bella capaz de conquistar a cualquier chico y, al verla, Ian se arrepintiera de sus decisiones? ¿Y si ella tenía una identidad secreta que aún no había descubierto? ¿Y si cambiaban las tornas e Ian le suplicaba que no lo dejara?
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".
Celia Kane proviene de una familia adinerada, pero perdió a su madre a una edad temprana. Desde entonces, ha vivido una vida difícil. Peor aún, su padre y su madrastra le tendieron una trampa para que ella se casara con Tyson Shaw en lugar de su media hermana. No dispuesta a aceptar su destino, Celia se escapó el día de la boda y, accidentalmente tuvo una aventura con un desconocido. Al día siguiente, ella se fue en secreto y, más tarde, su padre la encontró. Habiendo fracasado en escapar de su destino, se vio obligada a convertirse en la novia sustituta. Inesperadamente, su esposo la trató muy bien después de la boda. Celia también conoció poco a poco que él tenía muchos secretos. ¿Descubriría Celia que el hombre con el que se acostó era en realidad su marido? ¿Tyson sabría que Celia era solo una sustituta de su media hermana? ¿Cuándo iba a descubrir Celia que su anodino marido era en realidad un magnate misterioso? Descúbralos en este libro.
Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
Tras ser drogada con sustancias afrodisíacas por su prima, Yvaine, pasó esa noche, su primera vez con un desconocido, que la salvó de perder su virginidad a manos del viejo que había contratado su prima para vengarse de ella. Por la mañana Yvaine, huyó, sin poder olvidar la experiencia más excitante y única, que había vivido en brazos de un hombre. La vida de la protagonista se desmoronó. Su tía la trató como una prostituta, su novio la dejó por su prima, descubrió que el hombre con el que pasó la noche era uno de los hombres más rico, e influyente de Estados Unidos, y finalmente descubre que está embarazada de gemelos. ¿Qué más podia salir mal?, ¿Qué podia hacer?, sólo le quedaba hacer una cosa, huir... Lo que nuestra protagonista desconocía era que, para Norman Miller, CEO de Miller Holding, y padre de sus hijos, ya había decidido, que, tras esa noche, ella es suya para siempre... Y él era un hombre que siempre tenía lo que quería. ¿Qué sucederá?