/0/11836/coverbig.jpg?v=1567180ecb7052276d6e9588eba2fa15)
Para cumplir el último deseo de su abuelo, Stella se casó con un hombre al que nunca había visto. Sin embargo, los dos continuaron llevando sus vidas sin ser molestados. Un año después, Stella regresó a Seamarsh con la esperanza de conocer a su misterioso marido. Pero para su sorpresa, él le envió un mensaje pidiéndole el divorcio. Apretando los dientes, ella respondió: "¡Entonces divorciémonos!". Poco después, Stella se convirtió en empleada de Grupo Prosperity y trabajó directamente para el director ejecutivo del grupo, Matthew. Se decía que el apuesto CEO estaba casado y amaba mucho a su esposa. ¡Pero Stella no sabía que él era en realidad su misterioso marido! Decidida a centrarse en su carrera, Stella deliberadamente se mantuvo alejada del jefe, aunque no pudo evitar notar sus intentos de acercarse a ella. Un día, su marido cambió repentinamente de opinión y se negó a seguir adelante con el divorcio... ¿Cuándo descubriría Stella que Matthew era su marido? En medio de una mezcla de dulzura y mentiras, ¿adónde los llevaría el destino?
En el aeropuerto de Seamarsh, Stella Anderson aguardaba en la sala de espera, con una maleta grande a sus pies.
Miró de nuevo su reloj, solo para descubrir que ya habían pasado treinta minutos desde que se bajó del avión. Y, sin embargo, su marido, con quien se había casado un año atrás, no estaba a la vista.
Frunciendo el ceño, la chica se abanicó con los dedos. Sorprendentemente, ya tenía una mala impresión de alguien a quien nunca había conocido.
Se suponía que ese sería su primer encuentro. ¿Cómo era posible que el hombre llegara tan tarde?
Mientras la chica observaba a la gente ir y venir, no pudo evitar recordar su apresurado matrimonio, el cual sucedió un año atrás, después de que su abuelo enfermara de gravedad.
Stella, quien se encontraba en el extranjero en aquel entonces, volvió a casa rápidamente para ver al anciano. Fue entonces cuando su abuelo le dijo que esperaba verla casada pronto.
La chica quería negarse, pero cuando recordó cómo su abuelo la adoptó de un orfanato y la crio hasta convertirla en la adulta que era, no tuvo el corazón para decepcionarlo.
Y así, se casó con el hombre que su abuelo eligió para ella, alguien a quien nunca había visto.
Para su sorpresa, el novio no estuvo presente el día de su boda. Alguien más asistió para realizar los trámites del registro del matrimonio.
Por esa razón, Stella no conocía a su marido en lo absoluto. Lo único que sabía acerca de él era su nombre y que era un hombre de negocios.
Hasta ese día, la chica no estaba segura de si su matrimonio fue una decisión acertada, ya que su supuesto marido no estaba dándole nada para que se enamorara de él.
Entonces, la chica miró su reloj por enésima vez... Ya habían pasado diez minutos más.
Ante eso, suspiró con exasperación. Justo cuando sacó su celular para llamar a su abuelo, un sonido chirriante atravesó el aire, y casi le revienta los tímpanos.
Un Aston Martin plateado se detuvo delante de ella, con un chirrido exasperante. Un instante después, la ventanilla del asiento del conductor se deslizó hacia abajo, y la chica dio un paso atrás. Luego, cuando vio un rostro familiar, preguntó:
"¿Qué haces aquí?".
Al volante se encontraba la última persona que esperaba ver en esos momentos; su primo, Oliver Palmer.
"¡Ay! ¡Eso me dolió mucho!", exclamó el chico, al mismo tiempo que se apretaba el pecho, como si estuviera realmente herido. Después de bajarse del auto, hizo una mueca, y declaró:
"Stella, tu regreso es muy importante para mí. Hace mucho que no nos vemos. Como tu primo, no pude resistir la tentación de venir a recogerte. ¿Por qué eres tan mala conmigo? ¡No es justo!".
La chica no se sorprendió ni se dejó engañar por la mala actuación de su primo.
Simplemente puso los ojos en blanco y se mordió el labio inferior, negándose a hablar.
"Súbete. Debes de estar cansada y hambrienta. Te invito a almorzar". Después de agarrar la maleta con una mano, Oliver colocó la otra sobre el hombro de Stella, y la empujó hacia el interior del auto.
"¡Aguarda! No puedo irme contigo", declaró la chica para detener a su primo.
"¿Por qué?", preguntó Oliver mientras se detenía. Un momento después, cuando algo se le ocurrió, esbozó una sonrisa burlona, y preguntó: "¿Es por tu marido? ¿De verdad quieres seguir esperándolo?".
Stella no pronunció ni una sola palabra, sin embargo, su semblante lo decía todo.
Después de soltar un resoplido, el chico instó:
"No lo esperes más. ¿Necesito recordarte que desde que se casaron nunca se ha puesto en contacto contigo? ¿No te parece eso suficiente para irte conmigo?".
Al escuchar las palabras de su primo, la chica se quedó muda.
"Si ese tipo realmente hubiera querido venir a recogerte, habría aparecido antes que yo. ¿Cómo puedes confiar en un hombre que ha ignorado tu existencia durante un año?", agregó Oliver en un tono más sarcástico.
Después de entender las palabras de su primo, Stella replicó a la defensiva:
"Pero el abuelo dijo que Maverick vendría a recogerme".
La chica creyó que su marido cumpliría su palabra, puesto que se lo había prometido a su abuelo.
Oliver se sostuvo el puente de la nariz y suspiró con impotencia, después de lo cual declaró:
"Incluso si quieres seguir esperándolo, no tienes que estar en el sol. Súbete al auto, hace mucho calor aquí afuera".
Mientras los primos discutían, una figura alta apareció entre la multitud, y se dirigió hacia ellos.
Matthew Clark estaba hablando por teléfono.
"Ya estoy en el aeropuerto. Tómate tu medicamento ahora".
A continuación, una suave voz femenina llegó desde el otro extremo de la línea.
"Recuerda, trae puesto un vestido rojo, y tiene el pelo largo y rizado. Además, su maleta es negra...".
"Ya la vi, abuela. Ahora, ¿puedes dejar de preocuparte tanto?", replicó Matthew, cuyos ojos estaban fijos en los dos chicos que se encontraban a metros de distancia.
Frunció el ceño cuando vio una mujer que encajaba con la descripción que le dio su abuela.
Incluso el color de la maleta coincidía.
Sin embargo, la susodicha se subió al auto de un hombre, mientras este le abría la puerta.
De repente, el tono de Matthew se volvió frío.
"Abuela, ya tengo que colgar. Hablaremos más tarde".
El rostro de Matthew se ensombreció, al mismo tiempo que un brillo gélido aparecía en sus ojos profundos.
Y así, después de guardar su celular, se dio la vuelta y se marchó.
Ya en su auto, agarró el volante con fuerza, mientras observaba a las dos personas que se encontraban en el vehículo deportivo.
De pronto, vio al hombre entregándole a la chica una botella de agua. Mientras ella bebía, el joven le alisó el pelo con cariño. A pesar de que Matthew no podía ver el rostro de la chica, eso ya no le importaba, porque estaba hirviendo de ira por dentro.
De repente, se rio de sí mismo.
¿Por qué le pareció eso tan sorprendente? Debió haberlo sabido desde hacía mucho tiempo, ya que su supuesta esposa había estado fuera de la ciudad durante todo un año, después de que se casaron. Por si eso fuera poco, nunca se habían conocido. Ni siquiera habían hablado por teléfono, de modo que era comprensible que se hubiera conseguido un novio.
Apretando los labios en una fina línea, y con una expresión sombría, Matthew sacó su celular, y escribió un mensaje.
Tan pronto como presionó enviar, encendió su auto y se alejó a gran velocidad.
----
Más tarde ese mismo día, Stella se puso un sencillo y elegante traje de negocios de color claro, y se dirigió al Grupo Prosperity, la cual era una de las empresas líderes en Seamarsh. Los empleados eran, de una forma u otra, la élite de la ciudad.
Y así, la chica entró en el magnífico edificio que albergaba la sede del grupo. Gracias a su excelente currículum, había conseguido el puesto de agente personal de relaciones públicas del CEO, Matthew.
La directora del Departamento de Relaciones Públicas, Luna James, llevó a Stella a conocer a su jefe.
Sin que Stella lo supiera, el hombre para el que trabajaría era en realidad su marido, Maverick.
Debido a que Matthew no confiaba en la gente, no usaba su nombre real. Sin embargo, cuando se casó, tuvo que hacerlo. Solo las personas más cercanas a él conocían su verdadero nombre: Maverick Clark.
Tras ser expulsada de su casa, Harlee se enteró de que no era hija biológica de su familia. Se rumoreaba que su empobrecida familia biológica favorecía a los hijos varones y planeaba sacar provecho de su regreso. Inesperadamente, su verdadero padre era multimillonario, lo que la catapultó a una inmensa riqueza y la convirtió en el miembro más apreciado de la familia. Mientras esperaban su desgracia, Harlee poseía en secreto patentes de diseño valoradas en miles de millones. Por su brillantez, fue invitada como mentora a un grupo nacional de aviación, atrajo el interés de varios pretendientes adinerados y llamó la atención de un misterioso personaje, ascendiendo a la cima del mundo.
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
La vida de Estelle era como un cuento de hadas, llena de amor y promesas. Sin embargo, la tragedia llegó el día de su boda. El padre de Estelle y los padres de Cristofer estuvieron involucrados en un accidente automovilístico que les quitó la vida al instante. La pérdida fue devastadora para Cristofer, lo que lo hizo caer en una profunda tristeza y enojo hacia Estelle. Una tragedia tras otra, Estelle se encuentra luchando contra el cáncer, la desilusión y el engaño. En un mundo donde todo parece perdido, Estelle debe profundizar para encontrar la fuerza para luchar por lo que más ama. **** La voz magnética pero fría de Cristofer sacó a Estelle de su ensueño: "¡Firma el papel de divorcio ahora!". Estelle se recostó, se sentó y preguntó: "¿Bebiste?". "No es asunto tuyo." "Beber es malo para el estómago". "Necesito beber para no sentir asco al tener sexo contigo". "¿No podías esperar para divorciarte de mí?" Su voz sonaba débil. Ella le dio la espalda cuando el humo casi la sofocó, y comenzó a toser de nuevo. "Sabes eso, ¿verdad?" Cristofer respiró deliberadamente una bocanada de humo en su dirección y se sintió inexplicablemente satisfecho al verla toser y temblar.
Una chica que solo quería llegar a ser alguien en su vida. Nunca espero que su madrastra y su hermana tuvieran el plan más malvado, de quitarle la su más preciado. Una noche bajo una lluvia intensa. Shasha Yan, perdió su virginidad por un hombre desconocido. Tras ser humillada por su familia, huye. Ocho años más tarde regresa con tres tesoros, que la vida le regalo. Tras ser una mujer fuerte y exitosa ahora. Su vida es otra. Regresando como una diseñadora famosa, y sus tres hijos en busca de quien es su padre real. ¿Podrá shasha perdonar a su familia?, ¿podrá ella, volver a amar después de la traición? ¿Aceptará ella, a este hombre que se identificó como el padre de sus hijos?
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Rachel pensaba que con su devoción conquistaría a Brian algún día, pero se dio cuenta de que se había equivocado cuando su verdadero amor regresó. Rachel lo había soportado todo, desde quedarse sola en el altar hasta recibir un tratamiento de urgencia sin su presencia. Todos pensaban que estaba loca por renunciar a tanto de sí misma por alguien que no correspondía a sus sentimientos. Pero cuando Brian recibió la noticia de la enfermedad terminal de Rachel y se dio cuenta de que no le quedaba mucho tiempo de vida, se derrumbó por completo. "¡No te permito que mueras!". Rachel se limitó a sonreír. Ya no necesitaba a ese hombre. "Por fin seré libre".