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Katherine Wells es la única heredera del trono británico. Debido a las constantes guerras entre la mayoría de los paises y para buscar apoyos, su padre decide casarla con uno de los grandes... Antes de la boda deciden que pase una temporada en el palacio de su futuro marido con la esperanza de que, de ese modo, resulte menos traumático. Al llegar se encuentra con que el principe la desprecia, con total seguridad por ver limitados sus escarceos amorosos con con una de las criadas. Katherine se encuentra en una encrucijada. Seguir a su orgullo y abandonar a ese hombre que no la quiere allí, o cumplir su papel de princesa e intentar por todos los medios conquistarlo para que su familia no sufra la humillación de ser rechazada.
Tenía un libro entre mis manos. Uno de tantos que me había obligado a leer papá, según él: una princesa debe conocer la historia de cabo a rabo, lo que no quita que sea un aburrimiento total.
Tocan a la puerta.
- Adelante - contesto al sonido dejando el libro sobre la cama. Agradecida por tener una excusa y dejar de leer.
- Princesa Katherine, su padre requiere su presencia.
No sé de que querrá hablarme ahora. Alguna ley, alguna propuesta nueva o simplemente ponerme a prueba para demostrarme lo verde que sigo estando y todo lo que debería esforzarme para ser una reina como mi madre.
Salto de la cama. Me atuso el vestido por si hay alguna arruga invisible de la que él se daría cuenta con solo echarme un vistazo y camino hasta su despacho con paso firme.
Tras tocar a la puerta, la abro sin esperar que me dé permiso.
- Padre ¿Quería verme?
-Siéntate, por favor - pide algo nervioso.
Da vueltas a mi alrededor sin quitarme el ojo de encima, casi parece que está haciéndome un examen, y por su ceño fruncido apostaría a que no lo estaba superando.
- Llevo un tiempo manteniendo el contacto con los reyes Stone. Tienen un hijo de tu edad - no entiendo porque me cuenta todo esto. Por regla general los chismorreos no van con él - Nuestro país es pequeño Katherine y su ejército mengua cada año. Necesitamos aliados y no hay aliado más poderoso que los Stone.
-Entiendo padre - Una clase de historia presente. Si el libro era aburrido esto es aun peor.
Se frota la barbilla, ansioso por continuar.
-Solo hay un modo de que esta alianza sea fuerte y duradera. Mediante el matrimonio.
Suelta la bomba sin sentir ni una pizca de remordimiento. Absolutamente nada en su mirada o su rostro me dice que es una broma.
-No voy a casarme con... ¡ Ni siquiera se su nombre, padre! ¿Cómo pretende que me case con alguien a quien no conozco de nada?
Está loco. Ser el rey le ha trastocado. Hace siglos que nadie se casa por esos motivos. Los matrimonios concertados ya no existen.
- He pensado también en eso. Hemos llegado al acuerdo de que permanecerás con ellos un año. Podréis conoceros bien y tendréis tiempo para ello. Transcurrido ese año, se programará la boda.
Si, ahora lo veo claro. Está como una cabra.
- No voy a casarme con ese tal Stone y no puedes obligarme. Solo tengo veinte años.
Me levanto de la silla dando por terminada la conversación.
Golpea la mesa con las palmas de las manos. Me quedo quieta donde estoy sin atreverme a mover ni un solo músculo.
-Te casarás - sisea acercándose a mi - porque tu rey te lo ordena. Ahora ve a preparar tus maletas. Sales mañana a primera hora.
Antes de salir de su despacho dando un portazo que hace temblar todas las ventanas de palacio, le lance una última mirada. Jamás iba a perdonarle esto y él lo sabía.
Entro en mi habitación echa una furia ¿Quién se ha creído que es? el rey, me contesta mi subconsciente. Da igual ¡no tiene derecho a hacer eso! si no quiero ni casarme, al menos todavía no. Quiero viajar, quiero vivir, quiero hacer muchas cosas que ya nunca podré.
Me dejo caer sobre la cama y pego la cara contra la almohada. Dejo que las lágrimas salgan silenciosas en un torrente que poco a poco va mojando el cojín.
- ¿Alteza? - dice Noah entrando - tenemos ordenes de su padre de preparar todas su cosas.
Hago un gesto con la mano dando el visto bueno, aunque mi corazón grita por dentro que no permita que hagan mis maletas y me hagan cruzar miles de kilómetros.
-No esté triste. Nosotras vamos con usted.
Sé que intenta consolarme y debería estar agradecida, pero no son más que palabras vacías.
- ¿Os vais a casar vosotras con un desconocido? NO.
Dejo que deambulen por la habitación vaciando poco a poco todo su contenido. Cuando terminan es casi de madrugada. Todo está tan vacio... mi habitación ya no está. Si mi madre estuviera aquí, no lo permitiría.
Por la mañana temprano y sin haber podido pegar ojo. Estoy muy nerviosa. Salgo de palacio sin despedirme de mi padre, aunque él espera al final de las escaleras.
- Padre - sigo caminando ignorando los brazos extendidos hacia mí.
Un coche me lleva hasta el avión privado. Una vez acomodada, pienso en como se ha terminado mi vida de un día para otro. Un año en un palacio desconocido, con una familia desconocida. Un año prometida de un joven al que ni conozco ni quiero. Un año eterno que no se terminará nunca porque solo va a terminar en boda.
- ¿Alteza? - La voz de May me despierta - estamos llegando.
Toda la noche sin poder dormir me ha pasado factura y al poco de despegar el avión me dormí. Si pudiera dormir todo esté tiempo... Si hubiera una fórmula mágica para que todo esto pasara sin que me enterase, la tomaría sin dudar.
Bajo del avión con las piernas entumecidas por el viaje. Un coche nos espera en la pista para llevarnos hasta el palacio. Durante el trayecto miro por la ventanilla blindada. Enormes prados verdes hasta donde alcanza la vista nos rodea. Todo está lleno de tulipanes, hermosos tulipanes. Quizás pueda pedirle al rey que me deje venir aquí de vez en cuando y tumbarme sobre ellos.
Antes de que me dé cuenta ya hemos llegado y mis nervios y mis corazón se disparan. No había pensado demasiado en el momento de estar frente a... ¿alguien me ha dicho su nombre? Debería saber su nombre.
Todos los sirvientes esperan en la entrada de palacio, en una ordenada fila. La guardia real está colocada a ambos lados del coche, perfectamente alineados y frente a mí, la familia real. El rey, la reina y sus dos hijos. Doy por sentado que con quien mi padre ha hecho el trato es con el mayor, el más alto.
Me bajo del coche y camino con seguridad, una seguridad que no siento ni de broma. Bajo el vestido mis piernas son gelatina que tiemblan con cada paso que doy. A tan solo un metro de distancia me paro y me inclino haciendo una reverencia.
- Es un honor estar aquí - miento.
El rey se acerca y me coge las dos manos obligándome a incorporarme.
- El honor es nuestro. Ahora esta es tu casa y espero que lo sientas como tal. ¿Andrew? ven
No me equivocaba. El hijo mayor, el más alto. Lleva el mismo uniforme que la guardia real pero con muchas más medallas y distintivos, Debajo de él, se pueden intuir unos fuertes músculos.
- Katherine, espero que podamos conocernos bien durante este tiempo - sujeta mi mano con delicadeza y deja un dulce beso en ella.
- Seria para mí un honor.
Tengo que mantener la compostura aunque lo que más me apetezca sea largarme de ahí ahora mismo. Debo comportarme y ser la princesa que mi padre siempre ha querido. Tengo que conseguir estos aliados aunque sea infeliz toda mi vida.
Ariana cree que lo tiene todo; Amor, trabajo, estabilidad, amigas, una vida tranquila que disfruta junto a su pareja. Un día vuelve a casa pronto de trabajar y encuentra a Mike, su novio, con otra chica. Le ha dado demasiadas oportunidades y decide que ya no hay más. Se muda lejos de Nueva York para comenzar de cero. Su camino termina en un pequeño pueblo rodeado de nieve. Allí hay un hombre igual de roto que ella. Necesita una maestra para su hija pequeña y gracias a una amiga, Ari consigue el trabajo. No todo es tan perfecto como parece al principio y puede que ame y odie a partes iguales a Dominik Stone. ¿Qué ocurre cuando el amor y el dolor se mezclan? ¿Cuando abres un camino sin cerrar otro?
¿Sabeis que es lo que ocurre cuando el tío con el que te llevas viendo un mes aparece en tu empresa para luchar por tu ascenso? Pues eso es justo lo que me pasó a mi. El hijo del jefe después de media vida fuera, decide que quiere hacerse cargo del buffet de abogados que dirige su padre. El que consiga el contrato multimillonario por el que lleva la empresa luchando meses se convertirá en el jefe. Comienza la guerra. Un juego peligroso. Me da igual lo bueno que esté, lo fantástico que sea en la cama o ese cuerpo de escándalo que tiene. Dicen que en el amor y en la guerra todo vale. El hombre dulce y atento desaparece en cuanto pone un pie dentro de la Oficina, y se convierte en un auténtico diablo; despiadado, frío y calculador. Dispuesto a luchar por lo que según él, le pertenece.
Marcus se marchó pensando que así Mía mejoraría, pero nada más lejos de la realidad. Después de volver a encontrarse sola, se derrumbó. Tardó cerca de un año en volver a encaminar su vida, se trasladó a un pequeño pueblo costero para trabajar de lo que más le apasionaba, pero allí se encontró con la última persona del mundo que pensaba que volvería a ver; su marido.
Os voy a contar como me encontré en medio de dos bandas rivales, dos mafias enemigas desde siempre, dirigidas por dos hombres fríos y crueles, uno de ellos mi padre; organizó mi asesinato. El otro es Marcus Moretti, mi marido, el hombre que se casó conmigo y me engaño y el día siguiente a nuestra boda me contó todo y me dejó con el corazón destrozado. No podía hacer otra cosa más que simular un suicidio y largarme lejos de ellos dos. Lejos de las drogas, los asesinatos y del hombre dueño de mi corazón. Mi nombre; Mía Carusso, dejará de existir esta noche. Tal vez debería haberme ido más lejos porque no se en que momento, meses después, nos encontramos cara a cara y el dolor y la venganza vuelve a encontrarme. La única diferencia es que ahora Marcus no piensa volver a perderme de vista. No tengo escapatoria.
Katherine Wells es la única heredera del trono británico. Debido a las constantes guerras entre la mayoría de los paises y para buscar apoyos, su padre decide casarla con uno de los grandes... Antes de la boda deciden que pase una temporada en el palacio de su futuro marido con la esperanza de que, de ese modo, resulte menos traumático. Al llegar se encuentra con que el principe la desprecia, con total seguridad por ver limitados sus escarceos amorosos con una de las criadas. Katherine se encuentra en una encrucijada. Seguir a su orgullo y abandonar a ese hombre que no la quiere allí, o cumplir su papel de princesa e intentar por todos los medios conquistarlo para que su familia no sufra la humillación de ser rechazada.
Lisa es una joven camarera fuerte e independiente, pero todo cambia una fatídica noche cuando un hombre abusa de ella. Cuando cree que no puede más, se encuentra con Hugo,cuya mirada y dulzura la descoloca por completo, el único capaz de salvarla de la oscuridad en la que se encuentra, con él aprenderá que la vida puede ser más. ¿Qué ocurrirá cuando descubra que su asaltante pertenece a su círculo de amigos?
Xavier Devereaux, un Ceo y magnate multimillonario y dueño de una de las farmacéuticas más importantes del mundo, es conocido por su rectitud, elegancia y carácter amable. Sin embargo, una traición de las personas más cercanas a él hará que su vida cambie de la peor manera. En una noche que debía ser de celebración, Xavier es drogado y engañado por su prometida y su propio hermano, quienes lo manipulan para que crea que ha estado con su prometida en la intimidad. Pero algo no cuadra. La mujer que estuvo en su cama esa noche no era quien decía ser. Fingiendo ignorancia, Xavier decide investigar. Sus indagaciones lo llevan a descubrir a Aitiana, una joven de origen humilde, contratada para ser parte del engaño. Lo que comienza como una búsqueda de respuestas se complica cuando descubre que Aitiana está embarazada de él. Furioso y decidido a controlar la situación, Xavier la lleva a su mansión, convirtiéndola en su prisionera, pero también en el centro de su obsesión. En medio de la desconfianza y los secretos, Aitiana deberá enfrentarse no solo al poder de Xavier, sino también a sus propios sentimientos. Lo que comenzó como un engaño terminará poniendo en juego sus corazones y desenterrando verdades que cambiarán sus vidas para siempre.
La mala influencia de la mejor amiga de Mina Manson la lleva a cometer muchos errores una noche donde su vida cambia totalmente ya que debido a una escapada nocturna con su amiga termina drogada y ebria y lo peor de todo en brazos de un extraño. Paolo Scarton, un CEO arrogante de carácter fuerte y dominante quien no se deja impresionar por cualquier mujer y menos si la conoce en un club nocturno, pero extrañamente esa noche sucede algo que él no se esperaba. Conoce a Mina en un club nocturno y esta joven castaña lo impresiona desde el primer momento que la ve. Por desgracia su primera impresión fue todo lo que él imaginaba, Mina estaba drogada esa noche por culpa de su supuesta mejor amiga. Para mala suerte de la joven se mete en problemas con un sujeto, pero afortunadamente Paolo logra salvarla y sacarla de aquel embrollo. Pero ambos terminan teniendo sexo oral en el coche de Paolo y es cuando el CEO se queda impregnado de esa joven a quien la catalogaba como una cualquiera. Pero Mina era diferente y Paolo lo descubre cuando él termina follando con ella una tarde que la secuestra luego de salir de la universidad, ese día se da cuenta de que era virgen, desde entonces, su obsesión por ella se intensifica. Pero se le dificulta poder estar con ella cuando se da cuenta de los padres de la misma son complicados, cuando la mejor amiga de Mina es una envidiosa y cuando su mano derecha se encapricha de su chica.
-Nuestro amor nos llevará a terminar como Romeo y Julieta. - ¿Juntos? - ¡No! Muertos. -Tú siempre tan romántica. -Y tú, tan estúpido. -Ya hablo doña perfecta. -Aunque te cueste reconocerlo, así que no pienso seguir perdiendo mi tiempo contigo. Me retiro antes de que se me pegue lo malo, con permiso joven Sanz. -Hasta nunca B-R-U-J-A fea. Espero que choques en tu escoba voladora y te destroces el rostro para no volverte a ver la cara de mustia amargada que tienes. -Qué tus buenos deseos se te multipliquen insecto -grito la chica al salir corriendo de la casa para tratar de llegar lo más pronto a la parada y alcanzar el último autobús que la llevaría de regreso a la Universidad de Barcelona, donde estudiaba. Esto era tan solo una pequeña pelea a la que se tenía que enfrentar cada vez que se encontraban en la residencia de la familia Sanz o donde coincidieran, en donde había sido contratada como niñera del menor de los hijos de la familia. - ¿Podrás algún día dejar tranquila a "Mi Vale"? Sigue por ese camino y me voy a asegurar que papá te quite todas las tarjetas, congelé todas tus cuentas y de pasada te ponga a trabajar para que dejes de estar molestando a mi chica. - ¡Mocoso! Nadie pregunto tu opinión, ¡Cuidado y abres la boca o me desquitaré contigo! Deberías de estar de mi lado y no de un espantapájaros como ese que no es parte de tu familia y a duras penas conoces. -Mira, quien habla, el chico más estúpido que puede existir en toda la ciudad, si no fuera por tu cara bonita, nadie se fijaría en ti. Te aseguro que en esa cabeza no hay ni gota de masa encefálica de la cual puedas presumir como ella. - ¡Basta! Lárgate a tú cuarto o voy a acabar contigo en menos de un segundo. - ¡Huy! Ya se enojó el niño bonito. Te estaré vigilando, no vuelvas a molestar a Vale. Si ella se marcha por tu culpa, me aseguraré de cumplir todo lo que te he dicho y sabes que no bromeo HER-MA-NI-TO. ¿Quién se atrevía a desafiarlo de esa manera? ¡Claro!, otro Sanz, uno que por lo menos conocía el amor y respeto a las personas sin importar su clase social o personalidad. Para este chico todas las personas eran iguales, hasta que demostraran lo contrario.
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