-Tú me seguiste, así que calla-él rueda los ojos, cansado de esta situación.
La puerta se abre cuando va a contestar y un hombre entra por ella con una sonrisa amigablemente falsa, es una clara sonrisa de burla que hasta el idiota falta de neuronas de Andrew sabe. Suspiro calmando mis instintos asesinos.
-Buenas tardes-se sienta frente a nosotros y abre lo que supongo es nuestro expediente-Andrew Walker y Kaya Anderson Walker-odio como me queda ese maldito apellido-debo decir que me sorprende todo lo que acabo de leer-asegura dejándose caer de espaldas en la silla y dándole un trago a su café-tienen muchos cargos y lo que más me sorprende que es que son hijos de las familias más importantes del país, ¿en que estaban pensando?-pregunta entrecerrando los ojos en nuestra dirección.
-Claramente en las consecuencias no-murmuro y Andrew pellizca mi pierna-¡Hijo de puta no me pellizques!-le grito acariciando el área adolorida.
-Entonces deja de comportarte como una jodida niña, que suficientes problemas tenemos como para agregarle otro más-me dice serio y yo bufo molesta.
-Diré lo que se me venga en gana maldito pene pequeño-Andrew abre los ojos.
-Eso no lo dijiste cuando...
-Claro que lo acabo de decir, porque Dios se ha apiadado de mí y no he tenido que toparme con tan desagradable... Cosa-le sonrío de manera falsa.
-¿Pene pequeño?-pregunta riéndose y posiblemente olvidándose por completo del oficial-¡es por este que aclamabas en la luna de miel!-me grita y sonrío.
-En realidad aclamaba por el pene de mi ex novio ¿si te acuerdas de ese guapetón?-pregunto con una desafiante sonrisa.
-¡Maldita loca del demonio que cocina horrible!-me grita y jadeo.
-¡Comías todo lo que cocinaba bastardo de mierda!-chillo impactada por sus palabras.
-Claro, lo hacía para no herir tus sentimientos-alguien se aclara la garganta y miro al oficial.
-Señores Walker, están en graves problemas, así que pueden irme contando todo-nos dice sin sonrisas, está totalmente serio.
-Bueno, entonces tome asiento que esto va para largo-respondo con una sonrisa que pretende ser inocente.
-En cuanto no digas mentiras todo bien-dice Andrew.
-¿Quién comienza?-levanto la mano con una sonrisa y él me da la palabra.
-¿Está listo para escuchar la historia más cómica y ridícula del mundo?-pregunto.
-Por algo sigo aquí señora...
-Anderson por favor, ese maldito apellido ya me pesa-digo poniendo los ojos en blanco.
-Apellido que soñabas llevar-señala Andrew.
-Me dieron la palabra a mi Andrew, así que calla esa linda boca y deja de joderme los ovarios porque estoy considerando seriamente romper la silla donde mi trasero está sentado en tu cabeza de mierda-el oficial está impactado-entonces, como decía, es una historia muy cómica y linda-digo.
-Claro, linda-murmura Andrew con sarcasmo.
-Comience-le sonrío analizando nuestra historia desde el principio.