Una autopsia al corazon

Brihana Koscanov, tenía un sueño, y se había cumplido. Pero nunca espero que ese sueño fuera su pesadilla. Tan infernal que le arrebataría todo lo que ella consideró amor.

Brihana se casó con Brith Cartier, el hijo mayor de la familia Cartier de la ciudad Rotor. Una ciudad con las familias poderosas y pesadas de mano. Brihana soñaba, sin saber que será su pesadilla.

Todo rotor estaba en una gran celebración, fue la fiesta más lujosa que se celebró. Había invitados que viajaron días y horas para llegar a este compromiso. La unión de dos familias. Brihana en la sala de mayor con las ancianas, sus amigas y otras personas. La vestían adecuadamente. Todo estaban felices, aunque otros solo fingían.

Karla Koscanov, hermana menor de Brihana, se mostraba con cara de que todo debería de ser para ella.

De niña, fue muy mimada, y sus padres la apoyaron. Brihana, podía tener lo que sea, Karla buscaba una manera de tenerlo también. Su odio, por no ser la mujer que se case con Brith Cartier

Brihana, tenía una sonrisa de oreja a oreja. Estaba hermosa, con el aspecto angelical, piel bronceada, ojos claros. Tenía muchos hombres a sus pies, Pero entre todo eligió a Brith.

La boda concluyó, fue exactamente como se imaginó, extravagante. Brihana se mudó a la villa, pétalos del amanecer fue la casa que sus sueños.

Todo estaba, como se imaginó. Hermoso, y placentero. Tres meses después, las cosas no salían como se estimaba. Brith, a veces, ni llegaba a la villa. Brihana se decía a sí misma

_ Hoy, debe haber mucho que hacer, por eso no volvió. Con eso en mente, no dudo de su esposo y se mantenía, serena, esperando su regreso.

Trabajaba en cada, centímetro de su proyecto. Brihana aprendió diseño de interior y remodelación. Desde que se casó, no recibía proyecto. Pero nadie sabía que tanto peso tenía su carrera, porque estudio fuera del país. La conocían solo como la señora Cartier.

Fijada en su Labor, se mantenía, fuera de todo radar, escuchar chisme de su esposo. Aunque nada de eso hacía falta. Ella sabía y tenía bien claro, en que familia se había metido. Amaba a

Brith y se casó con él. Sabía que sería la más odiada entre todas las amantes que tuvo Brith.

Brith es alto, guapo cabello cobrizo, tez clara, ojos marrones, claro como la miel. Mirada seductora, músculos bien formados. Brith es el deseo de toda mujer, y más por ser el hijo mayor de la familia Cartier.

Una fuerte lluvia estalló. La noche se puso fría, Brihana dejo su equipo de trabajo, bostezo se levantó camino hasta su dormitorio. Abrió el armario, tomo el edredón más caliente, se tumbó en la cama. La villa es grande aunque tenía muchos empleados, se sentía vacía. Brihana suspiro miro el techo y se consoló. a sí misma.

_ Él está trabajando, Brihana deja de pensar cosas.

Luego de tratar de creer en sus propias palabras, ella se calmó y durmió.

A la mañana siguiente, todo estuvo normal. Brith no vino a casa. Los empleados chismeaban que las cosas no marchaban bien entre ellos.

_ Ya han sido dos días que él no vuelve a casa. investigue no está en viajes de negocio. Y tampoco duerme en la empresa

_ Métete en tus asuntos. El señor tiene mucho negocio a la cual hacerse cargo. Si no viene a casa, si la señora no está preocupada porque tú lo estás.

_ Ella finge que todo está bien, Pero no lo está. Quien no se preocuparía que su esposo no vuelva a casa después de dos días.

Brihana bajaba las escaleras, las escuchó hablar. para las criadas hace mucho que ella no salía de casa. Su belleza no se podía esconder ni por un mínimo segundo hizo oídos sordos a sus palabras, solo piso fuerte. Para que ellas entendieran que sí escuchó y le daba igual sus comentarios.

Con un vestido rosa pálido, unos tacones blanco combinado con su bolso pequeño, un maquillaje ligero y labial rosa pálido. Las sirvientas se asustaron, no era la primera vez que la veían vestida. Pero su aura de hoy es potente. Las miro y siguió paso largo en la puerta. El chofer la esperaba. Él le abrió la puerta y ella subió. El chofer la llevo por el centro comercial, miro las distintas tiendas y buscaba su propio espacio. Nunca uso el dinero de los Cartier, aunque ellos entendían que la mantenían.

La tarjeta entregada por Brith nunca se usó. Nunca salió un dólar de ella.

Miro y miro todas las tiendas que estaban vacías y cuál estaría a su gusto. Miro una tienda que estaba en un ángulo, estaba perfecta. La vista le gusto y miro cada rincón. Contacto al contratista y lo compro. Miro el lugar una vez más y sonrió. Ella no dependía de nadie, y no pensó nunca depender de una familia. Aunque ella era la hija mayor de los koscanov. Había creado su propio fondo. Estudio en el extranjero y creo su propio imperio. Me enamoro de Birth desde que tenía 10 años. Y se juró que tenía que casarse con él. Y su sueño se hizo realidad, eran dos familias poderosas y que se unieran, era más el sueño de sus padres que de ella. Birth es el hombre más codiciado, de la ciudad Rotor, todas Caín por él.

Brihana, solo siguió el deseo de sus padres, que también era su sueño. Su amor por este hombre superba muralla. Se estableció en su sueño, sus huesos, sus extrañas. Ese amor, la tenía siega.

Los rumores no le importaban, las noticias la tenían sin cuidado. Mantenía su amor, en ella, sin pedir mucho y mantenía su empresa en el extranjero. Trabaja en sí misma, se alejaba de todos los medios. Brihana muy distinta a su hermana, la vida lujosa, de última marca. Al ser la segunda señorita de la familia, nada le importaba, porque el peso le cai a Brihana. La tarde cayó Brihana miro el techo y suspiro. Recogió su bolso y salió miro el cielo y sonrió. El chofer le abrió la puerta. Él la miró en el retrovisor. Brihana nunca hablaba si no fuera necesario. No decía lo que no tenía que decir. Él le preguntó.

_ ¿Quieres ir por un café?

_ Está bien

Él condujo hasta la cafetería que ella le gustaba. El bajo y la acompaño y le saco la silla, ella se sentó. Él se paró a una distancia. pero ella le dijo que tomara asiento. Conociéndola y su amabilidad, se sentó en la otra silla al otro extremo. Todo rotor sabían quién era ella. Los que la miraban admiraban su belleza. Innumerables hombres, sonreían y querían mover su asiento cerca de ella. Su belleza no se ocultaba, su brillo era único en su esplendor.