Instalar APP HOT
Inicio / Romance / Embarazada del padre de mi amigo
 Embarazada del padre de mi amigo

Embarazada del padre de mi amigo

5.0
17 Capítulo
51 Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

En un pequeño pueblo, Elena se encuentra en un romance prohibido con David, el padre de su mejor amiga. A medida que su amor crece, Elena queda embarazada y debe ocultar su condición durante seis meses. Cuando finalmente se revela la verdad, enfrentan el juicio y los rumores de la comunidad. Sin embargo, con el apoyo mutuo, deciden enfrentar las adversidades y construir un futuro juntos. A pesar del drama y los desafíos, encuentran la redención y la felicidad en el nacimiento de su hija, demostrando que el amor puede superar cualquier obstáculo.

Capítulo 1 Encuentro Inesperado

El sol comenzaba a declinar en el horizonte, pintando el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa mientras Elena caminaba por las tranquilas calles empedradas de su pintoresco pueblo. Su mente estaba llena de pensamientos tumultuosos mientras se dirigía al lugar acordado para encontrarse con David, el padre de su mejor amiga.

Elena y David se habían conocido hace meses en una reunión casual en la casa de su amiga, Sofía. Desde ese momento, Elena había sentido una atracción magnética hacia él, una atracción que luchaba por contener. Después de todo, David no solo era el padre de su amiga, sino que también estaba casado.

A pesar de las advertencias en su interior, Elena no pudo evitar sentirse atraída por la misteriosa sonrisa de David y sus ojos penetrantes que parecían leer sus pensamientos más profundos. Cada encuentro furtivo con él solo avivaba las llamas de su deseo, un deseo que sabía que estaba mal, pero que no podía ignorar.

Finalmente, llegó al rincón tranquilo del parque donde habían acordado encontrarse. Un banco de madera se erguía bajo la sombra de un viejo roble, esperando ser testigo de su encuentro clandestino. Y allí, al final del sendero, vio a David, con su figura imponente recortada contra el resplandor del atardecer.

El corazón de Elena comenzó a latir con fuerza mientras se acercaba a él, luchando por contener las emociones que amenazaban con desbordarse. David la miró con una mezcla de sorpresa y complicidad, su mirada intensa enviando escalofríos por la espalda de Elena.

—Hola, Elena —dijo David con una sonrisa cautivadora—. Me alegra verte.

Las palabras de David enviaron una oleada de calor a través del cuerpo de Elena, quien apenas pudo contener el suspiro que amenazaba con escapar de sus labios.

—Hola, David —respondió ella, tratando de mantener la compostura—. Gracias por venir.

Se sentaron juntos en el banco, el silencio llenando el espacio entre ellos mientras se sumergían en la atmósfera cargada de tensión. Elena luchaba por encontrar las palabras adecuadas, mientras su mente daba vueltas con mil preguntas y deseos prohibidos.

—¿Cómo has estado? —preguntó finalmente, rompiendo el silencio incómodo que los rodeaba.

David le dirigió una mirada intensa, como si estuviera tratando de leer sus pensamientos.

—He estado bien —respondió él, su voz suave y cautivadora—. Pero no puedo dejar de pensar en ti, Elena. Desde la primera vez que te vi, supe que eras especial.

Las palabras de David enviaron una oleada de emoción a través de Elena, quien luchaba por contener la tormenta de sentimientos que amenazaba con desbordarse. Sabía que estaba jugando con fuego al involucrarse con el padre de su mejor amiga, pero no podía negar la atracción que sentía hacia él.

—David, lo siento, pero esto está mal —dijo Elena con voz temblorosa, tratando desesperadamente de contener sus emociones—. Eres el padre de Sofía, mi mejor amiga. No podemos seguir así.

David la miró con una intensidad ardiente en sus ojos, su mirada penetrante haciéndola temblar hasta lo más profundo de su ser.

—Lo sé, Elena. Pero no puedo evitar sentir lo que siento por ti. Eres como un imán que me atrae hacia ti, a pesar de todas las razones para alejarnos.

Elena sabía que tenía razón. Su atracción mutua era imposible de ignorar, una fuerza magnética que los unía en un torbellino de emociones prohibidas.

—Lo siento, David. No puedo seguir adelante con esto —dijo Elena, su voz temblando con determinación—. Necesitamos poner fin a esto antes de que alguien salga lastimado.

David la miró con tristeza en sus ojos, pero asintió en silencio, aceptando su decisión.

—Entiendo, Elena. Haré lo que sea mejor para ti.

Con un nudo en la garganta, Elena se levantó del banco, sintiendo el peso del mundo sobre sus hombros mientras se alejaba de David y de todo lo que representaba. Sabía que tomar esa decisión sería doloroso, pero era lo correcto.

Mientras caminaba por las calles oscuras de su pueblo, Elena se prometió a sí misma que nunca más se dejaría llevar por la tentación prohibida de David. Pero en lo más profundo de su corazón, sabía que su amor por él era algo que nunca podría olvidar.

A la mañana siguiente, el sol se filtraba a través de las cortinas entreabiertas, iluminando suavemente la habitación de Elena. Se despertó con un nudo en el estómago, recordando los eventos del día anterior y sintiendo el peso de su decisión sobre sus hombros una vez más.

Se levantó con un suspiro, dispuesta a enfrentar el día que se extendía ante ella. Sin embargo, cada tarea rutinaria parecía un recordatorio constante de su secreto, de la pasión prohibida que compartía con el padre de su mejor amiga.

Mientras desayunaba sola en la cocina, su mente volvía una y otra vez a David, preguntándose qué estaría haciendo en ese momento, si estaría pensando en ella como ella lo hacía en él. Pero cada pensamiento de él solo servía para recordarle la realidad de su situación, la realidad de que su amor era imposible, condenado desde el principio.

Después de desayunar, se dirigió al pequeño café del pueblo donde trabajaba a tiempo parcial. Mientras servía café y conversaba con los clientes habituales, trató desesperadamente de mantener su mente ocupada, de alejar los pensamientos no deseados que amenazaban con abrumarla.

Pero incluso en medio del bullicio del café, no podía dejar de sentir la sombra de David acechándola en cada rincón. Su presencia parecía envolverla, recordándole lo que había perdido y lo que nunca podría tener.

Al final del día, regresó a casa con un suspiro de alivio, deseando escapar del mundo y refugiarse en la seguridad de su habitación. Se sumergió en un baño caliente, dejando que el calor del agua la envolviera y aliviara el peso de sus preocupaciones.

Mientras se sumergía en el agua caliente, cerró los ojos y dejó que su mente se deslizara hacia un estado de calma. Por un momento, pudo olvidarse del mundo y perderse en el dulce consuelo del silencio.

Pero incluso en la tranquilidad de su baño, no podía escapar de los recuerdos de David, de la pasión que compartían y de la agonía de su separación. Su corazón anhelaba estar con él, pero sabía que eso solo conduciría a más dolor y sufrimiento para todos los involucrados.

Con un suspiro resignado, salió del baño y se envolvió en una suave toalla, preparándose para enfrentar otra noche de soledad y agonía. Sabía que no podía seguir adelante con su romance prohibido, pero eso no hacía que el dolor de la separación fuera menos agudo.

Mientras se acurrucaba en la cama, el peso de su secreto la envolvía como una manta pesada, recordándole la verdad de su situación y la difícil decisión que había tomado. Pero incluso en medio de la oscuridad, aún podía sentir una chispa de esperanza ardiendo en su corazón, una esperanza de que algún día encontraría la redención y el amor que tanto anhelaba.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY