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Unidos por una pasión

Unidos por una pasión

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Desde chicos amaron la música, nadie les enseño lo que era, solo se reunían y la creaban, sus instrumentos muchas veces eran producto de su imaginación, desde ese entonces, supieron que esa era la pasión que los uniría por siempre. Sin embargo después de un sin fin de situaciones lo que solo los mantendrá unidos será la Amistad. Esa fuerza misteriosa que une dos mundos diferentes y nutre del ingrediente más especial que el ser humano pueda tener, el Amor.

Capítulo 1 Conociendo a los protagonistas!

Esta historia es de seis vidas que se cruzan en un sin fin de situaciones. Conviven en una sociedad que ha perdido su esencia, sus valores, la causa de esto, flagelos como la droga, la delincuencia, han hecho estragos en la juventud.

Además a los jóvenes de esta sociedad, adultos que han fracasado en aquellos sueños que alguna vez tuvieron, les han inculcado que la realidad en la que viven lo condicionan a vivir una vida mediocre. Para estos adultos, el soñar con un futuro prometedor no vale la pena, soñar es cosa de niños, el tiempo hay que aprovecharlo al máximo para las obligaciones. Sueños como fundar una empresa, ser la estrella de futbol del momento, escribir un best seller, ser un gran actor o artista, ser el mejor cantante, es de ilusos.

En esta sociedad corrompida por el pensamiento realista, vivir soñando, es su única salida de la negatividad. Pero cuando la vida transcurre solo en sueños y no en acción, los anhelos del corazón no se cumplen y la gran mayoría de esa juventud sucumbe ante la realidad que los rodea, o algunos lamentosamente caen bajo las garras de las epidemias del momento.

Sin embargo toda regla tiene su excepción…

Desde chicos amaron la música, nadie les enseño lo que era, solo se juntaban y la creaban, sus instrumentos muchas veces eran producto de su imaginación, desde ese entonces, supieron que esa era la pasión que los uniría por siempre.

Una de las protagonistas de esta historia es, Carla Margas, ella es una chica emotiva, insistente, sagaz, ama la independencia, con tan solo 17 años se hizo dueña de un sueño en conjunto. Ella es la mayor de cuatro hermanos, Héctor, Alejandro, Valentina, y Jorge. Su madre Esmeralda, su padre Marcelo. Además de sus hermanos de sangre, Carla tiene una gran amiga, su hermana del corazón Evangelina.

Evy, que así la llama Carla, es apasionada por la vida, siempre busca nuevas experiencias y no soporta desaprovechar el tiempo. Tiene la misma edad que Carla, se conocieron mientras cursaban la escuela y de ahí se hicieron inseparables.

Pedro Rila 16 años, primo de Carla, tímido, guapo, de ojos verdes intensos, cabello no tan corto con rulos y castaño, inteligente, exigente, cuidadoso, ama lo imposible y lo posible. Su pasión la guitarra.

Valentina Margas 15 años, cabello color castaño, largo hasta los hombros, curvas perfectas, hermosa sonrisa. Se amolda a todo, ama la dignidad. Pero sobre todo ama cantar.

Alejandro Margas 16 años, cabello castaño claro corto, delgado al máximo. Es de pensamiento firme, es amable, comprensivo. Lo que le alegra el alma es tocar la batería.

Catherine Pelran 17 años, cabello negro largo, con un cuerpo robusto. Amable, inquieta, observadora, pone todas sus energías para lograr sus objetivos. Prima de los Hermanos Margas y de Pedro.

Juntos demostraran que con amor y pasión se puede lograr hasta lo imposible.

Capítulo 1

Era una tarde soleada de primavera, el calor del sol resaltaba cada aroma, las flores los árboles y la gran quinta en medio de éste, transportaron a Carla a su niñez. Cerrando sus ojos imaginaba cada escena vivida como si estuviera allí nuevamente. Un suspiro escapo de sus labios al pensar cuantas aventuras transcurrieron junto a sus hermanos y primos; corriendo, trepando árboles, risas, sueños. Y como olvidarse de la gran higuera, el viejo árbol estaba situado al costado del gran galpón, que muchas veces hizo de nave espacial para ellos. Si, había mucho en ese jardín, más de lo que se podía percibir a simple vista, cada rincón contaba una travesura.

Carla sumida en sus pensamientos se sobresaltó al escuchar una voz grave.

—Hola—

— Hola Pedro, siéntate— le dijo señalando un pequeño banco color rojo de madera.

–¿A qué se debe todo esto?— dijo señalando la mesa ratona que arriba llevaba un mantel rojo y blanco a cuadritos, sobré él, tres platos con deliciosas golosinas y una jarra de jugo de naranja recién exprimido.

— Estaba recordando las mil travesuras que hicimos juntos— sonrió

Pedro deposito un beso en la mejilla de su prima, mientras pensaba que tramaría Carla, tomo asiento en el incómodo banco, que usaban cuando niños para merendar.

—Éramos unos salvajes— añadió Pedro, llenando su mente de esos dulces recuerdos de la niñez.

— Si, pero sabíamos bien con exactitud que queríamos, para cuando fuéramos grandes— replicó Carla.

— Yo lo sabía, hasta que me encerraron a trabajar en la fábrica de mis padres— afirmó con un deje de rabia.

Pedro trabajaba en la fábrica textil, de sus padres, era el gerente mercadeo de menor rango, odiaba trabajar en esa fábrica, cortaba todos sus sueños. Ésta fue fundada por sus padres antes de que el naciera y durante años ha sido la más prestigiosa del país, allí se fabrican todo lo que se refiere a ropa en lanas.

— Que raro, Pedro quejándose de su trabajo— interrumpió Catherine.

— Hola Cath, ¿cómo estás?— saludó Carla.

— Cansada, pero feliz, hoy he podido salir más temprano del colegio— Mirando lo que su prima había armado preguntó— ¿Qué te traes? Carloncha—

— Ya lo veras y no me digas así— le dijo invitándola a sentarse.

Mientras Pedro y Carla escuchaban con atención como Catherine había podido escabullirse temprano del colegio, aparecían en acción Valentina y Alejandro.

— Bien ahora que estamos todos, gracias por acudir a esta reunión, los he llamado porque hace varios días he estado pensando una idea. Sé que cada uno está en sus rollos, pero quiero que veamos algo juntos.

Carla de debajo de la mesa saco un cuaderno con apariencia vieja, de tapas amarrillas, mientras los chicos observaban el cuaderno, miles de recuerdos surcaron la mente de ellos, pero en especial manera todos se centraron en esa noche cuando escondidos de sus padres se reunieron en el mismo lugar en que hoy están sentados.

En las tapas del cuaderno había unas letras doradas con caligrafía de un niño, decía “sueños a cumplir”.

— ¿Qué significa esto?— preguntó Alejandro.

— ¿Recuerdan el momento que creamos esto?— preguntó Carla mirándolos a cada uno.

—Sí, fue una noche de verano— dijo Valentina llevándose una galletita a la boca, pero antes de darle un mordiscón dijo— fue mágico.

— ¿Cómo lo puedes recordar?, eras apenas una niña de cinco años— le preguntó Catherine.

— Simplemente lo recuerdo, fue mágico— contestó casi atragantándose con la comida.

— ¿Qué significa esto?— preguntó nuevamente Alejandro mirando a su hermana.

Carla sin decir una palabra más, abrió el cuaderno y comenzó a leer algunas líneas.

“Diciembre del 93, esta reunión la hicimos para poder escribir todo lo que deseamos ser cuando seamos grandes. Lo que queremos ser es una gran banda y con nuestra música cambiar el mundo y lo lograremos.”

— Éramos niños, Carla, no sabíamos que el mundo sería una total mi…

— Alejandro— le interrumpió Carla con el ceño fruncido.

— Miseria, eso era lo único que se me ocurrió— dijo con una sonrisa en la boca.

— Alejandro tiene razón, éramos unos niños obligados por Carla a estar en esa reunión— expresó Catherine.

— Pero fue mágico— agregó Valentina en defensa de su hermana.

—Mágica paliza nos dieron por escaparnos a esa hora de la noche— dijo Pedro entre risas recordando la travesura.

— Bueno chicos, sigan yéndose por la tangente, pero no podemos seguir sin hacer nada por este sueño que tenemos en común – manifestó al fin Carla captando la atención de todos.

— ¿Cambiar el mundo?— preguntó Pedro.

— Formar una banda— contestó Carla exasperada.

Antes de decir una palabra, Carla les pidió que meditaran un segundo.

— ¿Cómo nos vamos a organizar?— cuestionó Catherine sacando de su cartera azul un lápiz y una libreta.

— ¿Eso quiere decir que aceptas?— quiso saber Carla.

—Sí, estoy cansada de frustrar mi pasión.

— Bien, organizarse es fácil— expresó Carla poniéndose en pie— por ejemplo ya tenemos una tecladista nos faltaría un guitarrista un baterista y obvio la voz principal.

— Yo acepto, por tal de huir un poco de mi realidad, acepto, Carla soy tu guitarrista— dijo Pedro alzando la mano como firmando un pacto.

— Genial— festejó Catherine anotando algo en su pequeña libreta.

— Esta bien, yo también acepto ya que un baterista genial como yo no van a encontrar— bromeó Alejandro.

— Bien, Valentina— dijo Carla mirando a su hermana— ¿te gustaría estar en nuestra banda?

— ¿Será mágico?— preguntó Valentina, haciendo sonreír a sus hermanos y primos.

— Por supuesto y cuando se ponga algo feo estaremos juntos para sobrellevarlo— prometió Pedro mientras le hacía una guiñada a Carla.

— Acepto— contestó sonriente Valentina.

— Excelente, por lo pronto me adelanté y le pedí prestado el galpón a nuestro padre— les informó Carla.

— ¿Ese mugroso galpón?— preguntó Catherine con la nariz arrugada.

— Mañana por la tarde ya no será un mugroso galpón—le informó Carla sonriendo.

Catherine tomo el cuaderno amarillo en sus manos, lo abrió y escribió en el las siguientes líneas: “Setiembre del 2003, cuenta regresiva para el gran sueño”

— Si será mágico— concluyó Valentina, mirando a su prima escribir

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