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Miré cada paso que daba aquella mujer que me traía loco sexualmente. Había soñado con ella múltiples veces teniendo sexo, era increíblemente excitante. Y ella estaba al tanto. Quería proponerle sexo entre nosotros nada más, pero no buscaba las palabras correctas, sin embargo, lo que dijo me dejó sumamente anonadado. -Te propongo sexo-dijo simple, cruzándose de piernas-. Verás... eres muy atractivo y no aguanto ya la espera de meterme en tu cama, o tú en la mía. Me eché una carcajada seca. -¿No se suponía que yo tendría que proponer algo así? -El hombre propone, la mujer dispone-confiesa,relamiéndose los labios -. O puede ser al revés...
Eli.
Caminé por la calle transitada hasta llegar a 'Dulce azúcar' un nombre muy estúpido, sí. El lugar es muy frecuentado y las ventas son altísimas, por lo tanto no me quejo, porque me gusta cocinar postres. Y las recetas de mi madre y de mi abuela, son un manjar que se vende mucho,como todos los que hacemos aquí. Pasé a la tienda y me acerqué para saludar a Abril -la hermana de Will, dueño del lugar-.
-¡Elisse, ¿cómo estás?! -pregunta soltando mucha energía.
-Estoy muy bien Abril, ¿y tú? -dejé mi bolso en su oficina, me puse un delantal y empecé con mi día a día.
-¡Ya te imaginarás! -exclama acercándose a mi, a punto de soltar chisme-. André me invitó a salir-dijo susurrando por lo bajo.
Abril era lo más cercana a una amiga, después de Carolina -mi hermana mayor-, y digamos que nos contamos todo tipo de secretos, hasta lo más íntimos. Así que si, Abril la considero como una amiga, sabe dar sus buenos consejos, actúa de la forma más madura posible y reacciona ante una situación cualquiera de buena manera. Abril es la palabra «perfección». Aunque no tanto, tiene sus defectos bien guardados, que pocas veces habla de ello.
-Era lo que querías -tomé un bowl y eché ingredientes para mezclar-. ¿Cierto? Bien, eso creí. Eh Abbs, mañana me presento como secretaria de O'Conner Hilerson.
Su grito me dejó aturdida completamente. -¡Qué, qué!
Asentí. Tendría algo de diversión estos meses, ya que conseguí trabajo estable que no deseche por nada más ni nada menos que el sexo puedo seguir con mis juegos de secretaria. Quiera o no, aún deseaba llevar a Conner a mi cama, el tipo estaba hecho caramelo para comerse muchas veces.
-Me imagino que será todo en las mañanas-dice-. ¡Tienes que contarme todo! Y si es posible, con detalles también.
Reí, -No te pases, eh.
El tintineo de la puerta nos dijo que era hora de ponerse a trabajar, que Will había llegado junto a los demás trabajadores -Emmie, André, Diana y París-. Yo me quedé horneando tartas de frambuesa y mora, una delicia total, mientras Abbs se encargaba de las galletas con malvaviscos rellenos,¡otra delicia! Diana estaba encargada de los helados caseros, París de llevar pedidos y encargarse de las ricas malteadas que se hace -nutritivas también-. Emmie suele ser la cajera unos días, y otros nos ayuda con pasteles. André se encarga de hornear panecillos, y otro poco más. Debo decir que los panecillos que sabe hacer son una delicia, ¡y todo es casero!
Esta gente tiene una muy buena mano, hay que admitirlo. Will me pide que vaya a su despacho y lo hago. Ya me veo en la situación que se llevará a cabo. Me siento tranquilamente en un sofá alejada lo más posible de él, cruzando mis piernas cómo siempre; y limpiando harina que tengo en el delantal, también un poco en la cara.
-Will... -comienzo pero él me interrumpe, yo alzo una ceja hacia él haciendo un gesto de desaprobación.
-Annelisse,por favor-suplica y me vuelvo a sentir en un vacío.
Por lo tanto, niego con la cabeza para reajustar las palabras que tengo que decir. Hace un tiempo, tuve un ligero romance con Will, cabe admitir que me gusta y está bien bueno. Pero se fue a la borda al saber que yo no sentía nada hacia él nada más que deseo sexual. Se lo dejé bien clarísimo, pero él hacia caso omiso a mis palabras, suplicaba por una relación dónde solo abría mentiras de mi parte y sólo placer. Nada, pero nada de romanticismo y eso era algo que yo no le podía dar porque no lo sentía, y no lo veía justo.
-Ya te lo dije, Will-susurré con desgana-. No haría más nada que herirte mintiéndote, sería muy egoísta de mi parte y tuya también, porque estaría con una persona la cuál no siento nada más que deseo sexual. ¿Comprendes?
Desvió la mirada. -Sólo soy un capricho tuyo, Will. Tal vez la persona a la que busques esté esperándote allá afuera y tú que ni cuenta te das por estar pendiente de una mujer como yo.
-Eres hermosa, Elisse-murmura-. Y porque sé que te amo, te dejaré estar.
Suspiré aliviada, y a la vez un tanto asombrada. ¡Hoy era mi día! Al fin lo había dejado estar,ya se dió cuenta que no soy la mujer correcta de estar en su vida. No soy esa clase de mujer que otorga amor si no lo siente.
-Gracias, Will-le sonreí honesta-. Pronto llegará la indicada para ti.
Salgo de su despacho, y me fijo en la hora.
Hora de irme a casa, a descansar y a buscar el atuendo perfecto para presentarme mañana ante el guapísimo O'Conner Hilerson.
Stella le había ofrecido sexo a un demonio o lo que fuera que se apareciese a cambio de una vida mucho mejor. Es ahí cuando Constantine hace de presencia, un demonio que mantenía una vida fuera del Averno y tenía mucho dinero, entre los dos se unen lazos que Stella cree que empieza a enamorarse. No obstante, ella siente que él le esconde algo cuando desaparece. Las cosas tornan un giro de terror y sobrevivencia cuando en la vida de Stella aparece Cassiel, queriendo formar parte de la vida de ella y sobre todo protegerla, ¿por qué? Porque Constantine no es lo que dice ser y las coincidencias no existen.
Durante tres años, Jessica soportó un matrimonio sin amor mientras su marido fingía impotencia. Sus mentiras se desvelaron cuando apareció una amante embarazada. Tras seis meses recopilando pruebas en secreto, Jessica se deshizo de él y construyó su propio imperio multimillonario. Tras el divorcio, se transformó en una figura irresistible, atrayendo admiradores. Un día, al salir de su oficina, se encontró con Kevan, el hermano de su exesposo. Él intervino, enfrentándose a ella: "¿Acaso era solo una herramienta para ti?". Los labios de Jessica se curvaron en una sonrisa tranquila mientras respondía: "¿Cuánta compensación quieres?". La voz de Kevan se suavizó. "Todo lo que quiero eres tú".
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
Tras ser expulsada de su casa, Harlee se enteró de que no era hija biológica de su familia. Se rumoreaba que su empobrecida familia biológica favorecía a los hijos varones y planeaba sacar provecho de su regreso. Inesperadamente, su verdadero padre era multimillonario, lo que la catapultó a una inmensa riqueza y la convirtió en el miembro más apreciado de la familia. Mientras esperaban su desgracia, Harlee poseía en secreto patentes de diseño valoradas en miles de millones. Por su brillantez, fue invitada como mentora a un grupo nacional de aviación, atrajo el interés de varios pretendientes adinerados y llamó la atención de un misterioso personaje, ascendiendo a la cima del mundo.
Stella Richard se casó con Rene Kingston en lugar de su hermana Sophia por algunas razones. Pero desde el principio, ella sabe que su matrimonio era solo un contrato por tiempo límite y una vez que se cumplió el tiempo, ella tenía que irse. Para RK, este matrimonio fue solo una carga, pero para ella fue un regalo de Dios. Porque RK era el hombre al que había amado toda su juventud... Entonces, mientras tanto de su matrimonio, Stella hizo todo lo posible para que este matrimonio funcionara. Pero el día que descubrió que estaba embarazada, su esposo le dio el papel de divorcio y le dijo... "No quiero a este niño. No olvides abortar". Estas palabras salen de su boca, como una bomba para Stella, y cambiaron su vida... Ella firmó su nombre en el papel de divorcio y salió de la casa... Porque ella no quiere estar con un hombre tan frío... Seis años después... RK compró la empresa en la que trabajaba Stella. Pero Stella hizo todo lo posible por no tener nada que ver con él... Porque ella tenía un hijo y no quería que él se enterara de él... Pero un día, cuando Stella recogió a su hijo de la escuela, él la vio... RK, "¿Cómo te atreves a tener un hijo con otro hombre?" Stella, "No creo que tenga nada que ver contigo". RK estaba a punto de decir más cuando su mirada se posó en el niño a su lado... Su rostro se veía igual que cuando era joven...
Hace mucho tiempo, dos reinos convivían en paz. El reino de Salem y el reino de Mombana ... Todo marchó bien hasta el día en que falleció el rey de Mombana y un nuevo monarca asumió el mando, el Príncipe Cone, quien siempre tenía sed de más poder y más y más. Después de su coronación, atacó a Salem. El ataque fue tan inesperado que Salem nunca se preparó para él. Fueron tomados con la guardia baja. El rey y la reina fueron asesinados, el príncipe fue llevado a la esclavitud. La gente de Salem que sobrevivió a la guerra fue esclavizada, sus tierras les fueron arrebatadas. Sus mujeres fueron convertidas en esclavas sexuales. Lo perdieron todo. El mal aconteció en la tierra de Salem en forma de Prince Cone, y el príncipe de Salem, Lucien, en su esclavitud se llenó de tanta rabia y juró venganza. *** *** Diez años después, Lucien, de treinta años, y su gente asaltaron un golpe y escaparon de la esclavitud. Se escondieron y se recuperaron. Entrenaron día y noche bajo el liderazgo del intrépido y frío Lucien, quien fue impulsado con todo en él para recuperar su tierra y tomar la tierra de Mombana también. Les tomó cinco años antes de que tendieran una emboscada y atacaran a Mombana. Mataron al príncipe Cone y lo reclamaron todo. Mientras gritaban su victoria, los hombres de Lucien encontraron e inmovilizaron a la orgullosa princesa de Mombana, Danika, la hija del príncipe Cone. Mientras Lucien la miraba con los ojos más fríos que alguien pueda poseer, sintió la victoria por primera vez. Caminó hacia la princesa con el collar de esclavo que había fabricado durante diez años y con un movimiento rápido, la sujetó del cuello. Luego, inclinó su barbilla hacia arriba, mirando a los ojos más azules y el rostro más hermoso jamás creado, le dio una sonrisa fría. "Eres mi adquisición. Mi esclava. Mi esclava sexual. Mi propiedad. Te pagaré con creces todo lo que tú y tu padre me hicieron a mí y a mi gente", dijo él secamente. El odio puro, la frialdad y la victoria era la única emoción en su rostro.