/0/1484/coverbig.jpg?v=6b8a924e314daaf2a91238f9a795e08f)
Para salvar a su familia de la mala situación económica, cedió al dinero y rompió con él. Ella contuvo el dolor y lo vio irse. Siete años después, cuando volvió a encontrarse con él, no había amor por ella en sus ojos. Solo vino a verla por un trato. Necesitaba su riñón para salvar a otra mujer. Sin embargo, todavía sentía algo por él y quería aprovechar esa oportunidad para volver con él.
Joyce Lu estaba soñando, y en el sueño reproducía una escena que creía haber olvidado por completo.
En una calle cerca de la escuela, el sol brillaba intensamente, y aunque un árbol le daba sombra, no se sintió mejor, pues solo la hacía sentir congestionada.
Al mediodía, el sol estaba directamente encima, abrasando el pavimento. Dos figuras solitarias se encontraban bajo el árbol. Una era ella misma y la otra la madre de Braydon Huo, su novio, quien tenía los labios fruncidos con desdén.
"Joyce, te puedo dar tres millones para ayudar a la familia Lu a salir de su situación actual. Pero tengo una condición, quiero que dejes a mi hijo". La mujer agitó un cheque frente al rostro de la chica. "Termina con él", le dijo en voz baja, pronunciando lentamente cada palabra.
A Joyce le picaban los ojos, tal vez por el sol, pero le sonrió dulcemente a la madre de su novio. "No, señora. Amo a Braydon, y no estoy con él por el dinero".
"¿Amar?", se mofó la mujer. Ese sentimiento no valía nada para ella
"Déjame ponértelo de esta manera. ¿Cuál es más importante, el futuro de la familia Lu o tu amor por mi hijo?".
Sus palabras mordaces hicieron que la joven se pusiera pálida. La mujer le sonrió condescendientemente y le tocó suavemente el pelo. "Tus padres han sido buenos contigo desde niña. ¿Eso no significa nada para ti?
Permíteme que te lo ponga fácil. Puedes proteger los esfuerzos de toda la vida de tus padres abandonando una relación prescindible. Este trato realmente merece la pena".
Joyce quiso refutar, pero en ese momento, sintió como si no pudiera hablar.
Las quejas de sus padres no habían pasado desapercibidas. Conocía las dificultades por las que estaban pasando. La chica cerró los ojos para evitar que las lágrimas cayeran y respondió con calma: "Está bien, lo haré".
Cuando tomó el cheque, la imagen que tenía delante se arrugó de repente hasta distorsionarse. El rostro de la mujer se transformó en el de Braydon.
Ya no estaba en la calle cerca de la escuela, ahora estaba en un club, con un vestido ceñido. Estaba sentada tranquilamente en medio del caos del lugar y encendió un cigarrillo. De pie frente a ella estaba su novio furioso.
"¿Qué está sucediendo, Joyce? ¡Explícate ya!", le dijo señalando con un dedo al hombre inconsciente en el suelo, al que había noqueado segundos antes.
Era la primera vez que ella fumaba, pero de alguna manera, lo hacía con naturalidad. Le dio una profunda calada al cigarrillo y exhaló el humo lentamente. "Nada. Casi me acuesto con alguien a tus espaldas. Pero me descubriste antes de que nos pusiéramos a ello".
"¿Que estuviste a punto de acostarte con otra persona?".
Con una mirada enloquecida, él fijó su mirada en el chupón del cuello de ella. Entonces apretó los dientes y dijo en un tono brusco: "Oh, eres tan honesta. Me da asco".
Los delgados dedos que sostenían el cigarrillo temblaban ligeramente. Joyce se revolvió el pelo y sonrió con encanto. "Gracias por el cumplido".
Por su parte, el chico no podía creer lo que oía, quería vomitar. "Joyce, terminamos. Nunca vuelvas a aparecer frente a mí. No puedo soportar ver a una perra que se ha acostado con innumerables hombres".
Luego se dio la vuelta abruptamente y abandonó el club.
El sonido de la puerta al cerrarse de golpe fue ensordecedor. La chica se atragantó y el penetrante olor a humo la hizo toser fuerte.
Sentía un dolor punzante en el pecho, por lo que se acurrucó y una lágrima bajó lentamente por su mejilla.
Su marido traicionó a ella y todo el mundo la consideraba como una asesina. Abrumada por el odio, Maria se divorció de su marido, James, y se fue de la ciudad. Sin embargo, seis años después, regresó con el rival más destacado de su exmarido. Como un fénix que se reencarna de las cenizas, juró hacer que todos pagaran por lo que le habían hecho. Ella aceptó trabajar con él solo para vengarse, pero no se dio cuenta de que ya se había convertido en su presa. En un juego entre el amor y el deseo, ninguno de los dos sabía quién ganaría al final.
Mi familia era pobre y tenía que trabajar medio tiempo todos los días solo para pagar las cuentas y estudiar en la universidad. Fue entonces cuando la conocí, la chica bonita de mi clase con la que todos los chicos soñaban salir. Era muy consciente de que ella era demasiado buena para mí. De todos modos, reuniendo todo mi coraje, le dije que me había enamorado de ella. Para mi sorpresa, accedió a ser mi novia. Me dijo, con la sonrisa más bonita que he visto en mi vida, que quería que el primer regalo que le diera fuera el último iPhone de gama alta. Un mes después, mi arduo trabajo finalmente valió la pena. Pude comprar lo que ella quisiera. Sin embargo, la pillé en el vestuario besando al capitán del equipo de baloncesto. Incluso se burló despiadadamente de mis defectos. Para colmo, el tipo con el que me engañó me dio un puñetazo en la cara. La desesperación se apoderó de mí, pero no pude hacer nada más que tirarme en el suelo y dejar que pisotearan mi orgullo. Cuando nadie lo esperaba, mi padre me llamó de repente y mi vida cambió. Resulta que soy el hijo de un multimillonario.
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Elena, una mujer fuerte y trabajadora, enfrenta la difícil realidad de que su pequeña empresa está al borde del colapso financiero. Alejandro, un exitoso empresario, tiene todo lo que podría desear, excepto el tiempo. Para heredar la fortuna de su abuelo, debe casarse antes de cumplir 35 años. Desesperado por cumplir con la cláusula del testamento, Alejandro le ofrece a Elena un matrimonio por contrato: un año de unión a cambio del dinero necesario para salvar su negocio. Las reglas son claras: sin sentimientos, sin interferencias en sus vidas privadas, y total discreción. Lo que comienza como un acuerdo frío y calculado, pronto se transforma cuando Elena y Alejandro, compartiendo el mismo techo, comienzan a conocerse más allá de la fachada que presentan al mundo. Chispas de atracción inesperada surgen, desafiando las normas de su acuerdo. Pero el contrato se pone a prueba cuando Elena descubre que está embarazada, desatando una ola de emociones y conflictos. Alejandro, convencido de que todo fue un engaño, se siente traicionado. Elena, enfrentando su propio miedo e incertidumbre, debe decidir si luchar por un amor que nunca esperó o continuar su camino sola. Con la familia de Alejandro presionando y el negocio de Elena floreciendo, ambos protagonistas deberán enfrentar sus miedos, confiar en el otro y decidir si este matrimonio por contrato puede transformarse en algo real.
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".