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Ella era la luna, hermosa e inalcanzable, con un lado oscuro y oculto ante todos, y a pesar de su desoladora oscuridad, eso era lo más hermoso en ella. Yo era el sol. Quemándome entre mis llamas a millones de kilómetros, consumiéndome entre mi propio fuego hasta que ella llegó, temí consumirla con mi calor, mi cercanía. Pero no, ella solo brilló con mayor fulgor, ¿cómo puedes brillar con mayor intensidad cundo estás a punto de destruirte?, cómo puedes amar esa destrucción, es imposible, debería serlo, pero para ella nada lo era. Como la luna, me buscó para juntos crear los más bellos amaneceres, pero ambos sabíamos, que para que hubiera un amanecer, debía haber un ocaso. Y eso fue algo que olvidamos. Pero, aun así, el sol dio todo por volverla a ver brillar en el anochecer, aunque para eso, tuviera que apagar sus días. El dio todo por ella, yo doy todo por ti.
El sol es una estrella, tiene clase de luminosidad. La temperatura de su superficie es de 5778K. No es posible estar cerca de el sin quemarte, sin que destruya todo lo que su calor toca. Lejos del sol la vida fluye, pero cerca de sus llamas todo arde, hasta no quedar rastro de que alguna vez algo lo tocó.
El sol vive en el espacio, en medio de la oscuridad que consume su luz, ningún planeta o estrella se atreve a acercarse, su calor anuncia su destrucción, pero, aun así, la luna le persigue cada noche, aguarda cada mañana, invisible ante las miradas. En las noches se alza solitaria, luchando para sentir su calor, buscando estar más cerca de quien puede destruirla y, aun así, ella brilla con mayor esplendor al estar cerca de él, como si todo lo que ansiara fuera quemarse entre sus llamas.
Ella era la luna, hermosa e inalcanzable, con un lado oscuro y oculto ante todos, y a pesar de su desoladora oscuridad, eso era lo más hermoso en ella.
Yo era el sol. Quemándome entre mis llamas a millones de kilómetros, consumiéndome entre mi propio fuego hasta que ella llegó, temí consumirla con mi calor, mi cercanía. Pero no, ella solo brilló con mayor fulgor, ¿cómo puedes brillar con mayor intensidad cundo estás a punto de destruirte?, cómo puedes amar esa destrucción, es imposible, debería serlo, pero para ella nada lo era.
Como la luna, me buscó para juntos crear los más bellos amaneceres, pero ambos sabíamos, que para que hubiera un amanecer, debía haber un ocaso.
Y eso fue algo que olvidamos.
Pero, aun así, el sol dio todo por volverla a ver brillar en el anochecer, aunque para eso, tuviera que apagar sus días.
El dio todo por ella, yo doy todo por ti.
Nunca fui buena con las personas, estar a su lado me hacía sentir incomoda, odiaba que sus miradas cayeran en mí, sus ojos gritan esperar algo, pero yo nunca sabía el qué.
Odiaba ser la chica rara que no se atrevía a decir una palabra sin tartamudear, o susurrar con vergüenza. Odiaba que ellos solo me hablaban, porque ser la hermana del capitán del equipo de fútbol americano de la preparatoria, les obligara a hacerlo. Ser utilizada como un puente para llegar a él era habitual. Pero, aun así, no me acostumbraba, la deslealtad, la traición, son sentimientos que nadan disfrazados. Y eso lo comprendí muy rápido hace tiempo atrás.
_ Vamos Lu o llegaremos tarde _ la voz de Jeison inunda la casa hasta llegar a mis dolidos oídos en mi habitación.
Suelto un resoplido mirando a la irritada chica en el espejo.
Lo que daría por quedarme aquí, sola con mis canciones y mis historias. Nunca me gustaron las fiestas, pero de igual forma, Jeison, mi hermano, me ha obligado a ir a cada una de ellas. Y eso no ha cambiado. Solo que hoy más que nunca, no puedo escabullirme de mi tortura.
No puedo huir cuando yo soy la anfitriona, o eso se supone.
Para Jeison todo es una excusa para celebrar, hasta el que llueva es un motivo para hacer una fiesta. Yo soy lo que se diría, su polo opuesto. Algo ilógico teniendo en cuenta que somos mellizos.
Se ha comprobado a lo largo de la historia, que los mellizos tienen una fuerte conexión entre ellos. Pueden sentir cuando el otro está afligido o sufre. Lástima que no funcione con mi desprecio a las fiestas.
Me doy una última mirada, mi maquillaje es sencillo, no me gusta cargarlo, me gusta lo natural. Tampoco me agradan las ropas cortas que muestran demasiado mi piel. Pero, aun así, hago un esfuerzo por no quitarme el vestido de encaje crema de falda ancha que no cubre del todo mis muslos.
Su cara es un poema de desesperación cuando me aproximo a la escalera. Pero una sonrisa divide su rostro al alzar la mirada y observarme descender.
_ Estás hermosa pequeña _. Me toma entre sus brazos aplastándome entre ellos.
_ Jeichi ... me aplastas _ me quejo. Una carcajada brota de lo más profundo de su pecho.
Me aparta un poco para observarme, su mirada intensa me hace ruborizar. Se acerca y besa mi frente, dejando sus labios en esa zona por unos segundos.
_ Estoy orgulloso de ti Luchi _. Como tonta me vuelvo a ruborizar. Le regalo mi mejor sonrisa apenada.
_ Vamos, todos esperan _. Toma mi mano y me arrastra consigo hacia la calle.
El clacson del auto suena por enésima vez, aun viendo que ya estamos yendo hacia él. Jarol aguarda con irritación frente al volante, cuando nos ve, le da una calada a su cigarrillo que descansa entre sus dedos.
Jarol es uno de los amigos de mi hermano desde que era pequeño, prácticamente, todos sus amigos han crecidos juntos a nosotros. Aunque Jarol, a diferencia de los demás, siempre me ha tratado por mí, aunque hablar conmigo no es nada fácil, pero siempre lo intenta.
_ Si te sigues poniendo tan preciosa, terminaré pidiéndote matrimonio _. Jeison rueda los ojos tomando su sitio de copiloto después de abrirme acomodándome en el de atrás.
Le doy un manotazo a Jarol por sus palabras descaradas y este estalla en una carcajada. Mi cara está roja y no necesito verme al espejo para saberlo. Mierda, cuanto odio que eso pase, siempre seré la niñita de las mejillas ruborizadas.
_ Oye, no maltrates mi corazón _. Hace un puchero demasiado infantil y no puedo evitar reír.
_ Yo maltrataré algo más que tu corazón si no te pones a conducir _ se queja Jeison.
_ ¿Celoso cariño? También tengo amor para ti _. Estira sus labios en dirección a mi hermano y este le aleja con un empujón en su rostro.
_ No fastidies Jarol, no tengo malos gustos y no paso malos momentos ... Y tú eres eso _. El chico sonríe y le hace ojitos.
Jarol vuelve a llevar el cigarrillo a sus labios y antes de que este los toque se lo arrebato _. Hey _ protesta. Con una mueca de asco lo acerco a mí, abro la ventanilla y lo boto lejos.
_ Ya sabes que ese olor me desagrada _. Me cruzo de brazos dejándome caer en el respaldo del asiento.
_ Solo no me enfado porque haría cualquier cosa para que no te enojes _ brama el chico y enciende el motor del auto que responde con un rugido.
Jeison bufa mirándole con molestia _. Amigo, mi hermana es mucha mujer para ti _. El chico en el volante deja salir todo el aire y se limita a conducir.
Jarol es encantador, su cabello castaño contrasta con sus ojos verdes, su piel blanca resalta el rosado de sus labios. Pero su carisma y ese aire juvenil y feliz que siempre carga es su mayor atractivo, es el alma de todas las fiestas. Aunque su hermosura no se compara con la de Jeison. Los ojos avellanos de mi hermano con sus pequeñas motas doradas marcan un grado exótico con sus carnosos labios, pestañas tupidas y cabello rubio.
Nos detenemos junto a una casa de dos plantas color azul, aún no le veo y ya su presencia me infla en rabia. Una castaña despampanante sale siendo recibida por un beso y un: Hola bebe
Bufo en todo esplendor, qué adulto racional de veintitrés años le dice a su novia bebe y esta sonríe como gata en celo.
Patético.
¿Alguna vez has sentido ese calor? Uno que te abraza, te enciende, tu vulva palpita, deseosa por ya sentirlo dentro, esa hambre que hace retorcer tus piernas, el deseo sediento por una sola cosa, satisfacer ese calor entre tus piernas con el más abrazador placer. Él está despertando cosas demaciado peligrosas en mí, y no creo tener la fuerza para resistirme, siquiera la sortija en mi dedo que me declara como una mujer casada puede detener las sensaciones de imaginarlo sobre mi cuerpo. Estoy jodida y eso es evidente.
Para un soldado el deber siempre va primero, te lo enseñan desde tus primeros inicios en la academia, el país, tu comandante, la misión... Entrenan tu mente para no cuestionar, para no preguntar, y a mí eso no se me dió bien. Yo siempre cuestiono todo y hago lo que siento que es mejor. Siento, pequeña palabra que me ha metido en apuros más de una vez. Esta es una historia que cuenta con su propio sistema judicial. Aquí el deseo y la lujuria no tiene límites. Alison es una fuerza de la naturaleza, una mujer que arraza con la vida misma si lo cree correcto y no titubea. Si eres sensible y te gustan las historias suaves, esta no es para tí.
Está historia cuenta con su propio sistema judicial, si eres sensible y te gustan los libros de puro romance, está no es tu historia advierto. La Teniente tiene un buen corazón y alma libre, así como un gatillo seguro siendo una de las mejores francotiradoras reconocidas en el mundo, solo que ahora su gatillo está a servicios de cuidarlo a él... El científico de la mafia roja, Alexander Slova. Uno de los mejores químicos de todo el mundo y capaz de hacer desaparecer a una nación con uno solo de sus cilindros bioquímicos. Las mafias lo siguen, los gobiernos lo buscar, la Teniente es su única opción....
Una chica que descubre que su novio la engaña con su cuñada y amiga después de su despedida de soltera, ella vuelve a casa destrozada y resulta que uno de los amigos de su padre invitado a la boda se encuentra presente. El cual la observa en el piso llorar por un tipo que a su parecer es una basura, así que interviene ¿te quedara llorando por el idiota o hará algo para salir de la situación? A lo que ella lo confronta, ¿quién eres tú, este no es tu asunto? Noah... si te calma me casare contigo y le daremos una lección a esos idiotas, imagínate llegar a su boda con otro novio, yo por mi parte disfrutaré una boda que no pague ¡ A mí parecer no hay mejor forma de casarse! El dice esas palabras dejando perplejos a los padres de ambos que se encuentran presentes y aunque el suyo no está nada contento y que trata de intervenir, pero él no se lo permite. Ella parece pensar que el hombre se ha vuelto loco, pero después acepta y así comienza esta aventura de engaños, romances, celos, traición, 0dio y Amor. Hanna se arriesga sin conocer en realidad quien es su futuro marido ¿Que pasara luego?
Los rumores decían que Lucas se había casado con una mujer poco atractiva y sin antecedentes. En los tres años que estuvieron juntos, se mantuvo frío y distante con Belinda, que aguantó en silencio. Su amor por él la obligó a sacrificar su autoestima y sus sueños. Cuando el primer amor de Lucas reapareció, Belinda se dio cuenta de que su matrimonio era una farsa desde el principio, una estratagema para salvar la vida de otra mujer. Entonces firmó los papeles del divorcio y se marchó. Tres años después, Belinda regresó convertida en un prodigio de la cirugía y una maestra del piano. Perdido en el arrepentimiento, Lucas la persiguió bajo la lluvia y la abrazó con fuerza: "Eres mía, Belinda".
Janice, la heredera legítima olvidada hace tiempo, se abrió camino de vuelta a su familia, volcándose en ganarse sus corazones. Sin embargo, tuvo que renunciar a su propia identidad, sus credenciales académicas y sus obras creativas en favor de su hermana adoptiva. A cambio de sus sacrificios, no encontró calor, sino un mayor abandono. Decidida, Janice juró cortar todo vínculo emocional con ellos. Tras quitarse la máscara, ahora era conocida como maestra en artes marciales, experta médica y célebre diseñadora que sabe ocho idiomas. Con una nueva determinación, declaró: "A partir de hoy, nadie de esta familia se cruzará conmigo".
Lucia Meller es mi vida, me enseño amar, me enseñó a adorarla, me mostró el mundo de forma diferente, le di todo lo que la vida me ofrecía, y se ha ido; se llevó mi vida, mi amor, dejándome el corazón y el alma hecha pedazos. Ahora me duele respirar, me duele amar, me duele la vida. La quiero, jamás podré volver amar a alguien como la ame a ella; la quiero de vuelta, la quiero conmigo, a mi lado donde pertenece; pero por más que la busco no la encuentro, es como si la vida me la hubiera arrebatado y eso me duele, ella me enseñó que se puede matar a un hombre, aunque se conserve la vida, sin embargo, me canse, no puedo llorar por alguien que no me quiere amar y aunque duele, hoy después de casi dos años le digo adiós a mi sirena; después de todo soy Gabriel Ziegermman. Un año desde que me aparte de Gabriel y mi vida dio un giro de ciento ochenta grados, amar a ese hombre es lo mejor que me ha pasado en la vida, a él le debo el hecho que hoy esté viva y tener a mi lado a mi mayor tesoro, él me enseñó que lo que se desea con el alma se obtiene, pero también me enseñó que amar duele, que su amor duele, a él le debo el dolor más grande, porque dejo de amarme, no fui suficiente para él, me enseñó que su madre, su exnovia y su destino no están conmigo, y aun así lo quiero de vuelta, sé que sus prioridades cambiaron; yo solo pedía una verdad sin embargo él prefirió engañarme y dejarme.Lo quiero olvidar y lo quiero conmigo, aunque no se lo merezca, pero como hago si amar ese hombre es mi arte. Ahora estoy de vuelta y lo único que quiero es tenerlo a kilómetros de distancia, porque me enseñó que yo también tengo derecho a cambiar mis prioridades. Novela registrada N ISBN 978-958-49-7259-0 Está prohibida su adaptación o distribución sin autorización de su autor. Todos los derechos reservados all rights reserved
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
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