/0/15847/coverbig.jpg?v=581a6be4db20fb6528a3ac7ffcc1f9bd)
Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
En Critport, se desató un aguacero torrencial desde el cielo.
Ellie Gordon fue escoltada de inmediato en auto al edificio principal de la mansión Moon.
Antes había sido admirada en Critport como una importante socialité, pero ahora se convirtió en una herramienta del plan de la familia Gordon, ya que debía sustituir a su hija en un matrimonio arreglado.
Su esposo, Kaiden Thorpe, era el cuarto hijo de la familia. Era conocido por haber sido brillante y talentoso desde muy joven. Pero su desapego lo llevó a distanciarse de su familia. Un accidente automovilístico lo dejó discapacitado.
Mientras la noche envolvía la mansión, Ellie estaba esperando a su esquivo esposo.
La ausencia de Kaiden daba a entender que no quería conocerla, tal vez ni siquiera considerarla su esposa.
No obstante, su ausencia fue un alivio para Ellie, ya que le ahorraba el dilema de enfrentarse a él.
Cansada por las terribles experiencias con los Gordon, se quitó el vestido de novia y se metió en la cama para descansar.
El tiempo se volvió difuso mientras ella entraba y salía del sueño.
De repente, la puerta se abrió con un chasquido, rompiendo el silencio, y entró una figura alta.
Medio dormida, Ellie se movió cuando escuchó el sonido.
Antes de que pudiera ordenar sus pensamientos, la figura se acercó a ella en la cama.
El calor repentino la despertó por completo.
El extraño dio una rápida vuelta, la sujetó contra el colchón y agarró su cuello con mucha fuerza.
"¿Quién eres?", siseó como una bestia defendiendo su territorio.
La luz de la luna reveló su rostro, con unos ojos más fríos que su voz.
Sin decir nada, Ellie lanzó una rápida patada al punto vulnerable del hombre.
"¡Mierda!", escupió él, esquivando hábilmente su ataque.
Aprovechando el momento, Ellie se liberó y salió de un salto de la cama.
La habitación se convirtió en un torbellino de movimiento mientras se desataba una pelea.
Ellie había sido entrenada en artes marciales, así que era difícil competir con ella, pero rápidamente se dio cuenta de la habilidad superior del hombre.
"Soy la esposa de Kaiden Thorpe. Si no te vas, llamaré a los guardias para que te echen...".
Su amenaza fue interrumpida cuando el hombre la agarró del cuello y la empujó contra la pared.
De repente, las luces se encendieron e iluminaron la habitación.
Bajo el brillo, los rasgos del hombre se veían sorprendentes: ojos hundidos, nariz prominente y mandíbula severa. Estaba mirando a Ellie con sorpresa y sarcasmo.
"¿A quién piensas echar?".
Su mirada se desvió del vestido de novia en la esquina a Ellie.
Vestida con una modesta ropa informal en lugar de un camisón, parecía estar en alerta.
Un destello de desprecio se apoderó de los ojos de Kaiden.
Luchando por respirar, Ellie jadeó: "Tú eres... ¿Kaiden?".
Nunca había visto a Kaiden, ya que rara vez aparecía en público. Pero tenía sentido que él fuera el único hombre que podía entrar a su dormitorio privado.
No obstante, sus piernas estaban perfectamente bien, a diferencia de lo que decían en los rumores.
Kaiden arqueó las cejas, reconociendo su deducción, y la soltó.
"Cof...". Ellie se puso a toser violentamente y se desplomó en el suelo. Juró no volver a sentir ese terror asfixiante.
¡Kaiden era tan impredecible y despiadado como se rumoreaba!
"Entonces, ¿vas a llamar a los guardaespaldas?", preguntó él, encendiendo un cigarrillo mientras la observaba.
Sus ojos se detuvieron en su cuello, marcado por su agarre. Su delicada piel resaltaba bajo la luz.
Ellie se sintió avergonzada.
No se había dado cuenta de que él era su esposo cuando amenazó con pedir ayuda.
Con un comportamiento que sugería tener control sobre la vida y la muerte, Kaiden espetó: "Elige cómo deseas morir".
Ellie sabía que él quería silenciarla, ya que había descubierto la verdad sobre sus piernas.
"Señor Thorpe, legalmente soy tu esposa. ¡No puedes tratarme así!", protestó con el corazón temeroso.
"No eres más que una mujer con un origen misterioso. ¿Cómo te atreves a decir que eres mi esposa?", preguntó Kaiden desdeñosamente, exhalando un anillo de humo.
Ellie apretó los puños, sintiéndose muy humillada.
Era cierto que sus orígenes eran desconocidos, incluso los nombres de sus padres biológicos eran un misterio.
Toda la alta sociedad sabía que Ellie era una sustituta en la familia Gordon, no su verdadera hija.
¿Pero era su culpa?
¿Había tenido elección?
Nunca quiso casarse con Kaiden.
Impaciente, él presionó un botón cerca de la cama.
Pronto, dos guardaespaldas ingresaron a la habitación.
"Échenla de aquí", ordenó Kaiden.
"¡Espera, Kaiden!", exclamó Ellie con desesperación. "¡Te prometo que no diré nada sobre tus piernas!".
Había aceptado ese matrimonio para agradecerle a la familia Gordon por dos décadas de cuidados. Ahora consideraba que su deuda con ellos estaba saldada.
Con el rostro convertido en una máscara de indiferencia, Kaiden de repente se volvió benevolente. "Ellie, si logras sobrevivir esta noche, podrás seguir siendo la señora Thorpe".
¡Bum!
¡Crack!
Unos truenos retumbaron en el cielo nocturno.
Los relámpagos destellaron y su brillo se desvaneció, pero siguió lloviendo incesantemente.
El pronóstico había dicho que ese aguacero duraría toda la noche.
Ese día iba a ser el día de su boda con Kaiden. Pero ahora se estaba enfrentando a la implacable severidad de la tormenta...
Fue entonces cuando Ellie se dio cuenta de la verdad.
Kaiden no solo quería degradarla, sino plantearle un desafío letal.
Como novia impuesta por su familia, su desaparición sería una solución que le convenía.
"¡No me toques!", declaró Ellie mientras se levantaba con dignidad. "Yo misma me iré".
Sus ojos se encontraron con los de los guardaespaldas que se acercaban y les advirtió: "Recuerden que, legalmente, soy la mujer del señor Thorpe. Sería imprudente ponerle las manos encima a la esposa de su amo, ¿no creen?".
Si bien tenía un comportamiento dócil, incluso gentil, un destello de triunfo resplandeció en sus ojos.
Había pensado que sus emociones estaban bien ocultas, pero Kaiden pudo ver a través de su fachada.
No pudo evitar sonreír.
La Ellie de la que había escuchado, la hija de la familia Gordon, tenía fama de virtuosa, digna y gentil, por lo que resultaba ideal para dirigir una casa prominente.
Pero esa mujer desafiaba tales descripciones. Su espíritu se mantenía inquebrantable incluso ante la adversidad.
Después de que Ellie recuperara su verdadera identidad, se encontró en un inesperado matrimonio con el Sr. Thorpe, un hombre lisiado que era despreciado por todos. Su exnovio infiel aguardaba su arrepentimiento, mientras los demás la miraban con sorna. Sin embargo, para Ellie, su aclamado bar no era más que un proyecto secundario. Su vasta colección de joyas parecía trivial. Los mejores diseñadores estaban a su disposición. Poseía autos de lujo, grandes mansiones e incluso islas privadas. Tenía el poder de ganar prestigiosos premios y vengarse de su infiel ex y de la amante descarada de este. No obstante, para los extraños, su vida parecía aburrida, ensombrecida por la discapacidad de su marido. Un día, el Sr. Thorpe se levantó de su silla de ruedas, incapaz de mantener la fachada por más tiempo. "Ya no puedo seguir fingiendo. Mi mujer es demasiado extraordinaria", declaró. Ellie, con las manos en la cintura y los dientes apretados, se enfrentó a él: "¿Y el divorcio que prometiste?". Tocándole suavemente el vientre ligeramente abultado, el Sr. Thorpe respondió en voz baja: "¡En tus sueños!".
El marido de Vivianna se casó con ella por su herencia, y después de quitarle todo lo que tenía, la mandó a la cama de un acompañante y le tomó fotos. La amenazó con divorciarse con esas fotos y la obligó a salir de su casa sin un centavo. Dejó su país de origen en desgracia. Cuatro años más tarde, regresó a casa como Jefa de Diseño de Joyas y tuvo un hijo de tres años. Su niño genio le dijo después de bajarse del avión: "¡Conseguiré que el hombre más rico del mundo sea mi papá y te respalde!" Ella lo tomó como una broma, pero dos días después, su asistente le dijo que el hombre más poderoso del mundo se había robado a su hijo y la invitó a cenar. Al encontrarse, ese hombre sostuvo a su hijito y le dijo dominantemente: "Es mi hijo!".
Fue engañada vil mente por su prometido y su hermanastra. Por lo que se vio obligada a contraer matrimonio forzado con el prometido de su hermanastra, a quien su hermana había rechazado porque estaba atado de por vida en una silla de ruedas de por vida. -No tuve más remedio que aceptar ser su sustituta porque ella está enamorada y embarazada de mi actual ex prometido y no quiere casarse contigo -dijo ella, mientras que el hombre en silla de ruedas se limitó a mirarla con el rostro desprovisto de cualquier emoción. -Supongo que no tengo opción -dijo el hombre fríamente. Cogió un expediente y se lo deslizó sobre la mesa. Ella sacó el documento y se quedó sin aliento cuando se dio cuenta de que era un contrato.
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
Janet fue adoptada cuando era niña, un sueño hecho realidad para los huérfanos. Sin embargo, su vida fue cualquier cosa menos feliz. Su madre adoptiva se burló de ella y la acosó toda su vida. La mucama que la crio le dio todo el amor y el afecto de una madre. Desafortunadamente, la anciana se enfermó gravemente y Janet tuvo que casarse con un hombre que tenía mala fama en sustitución de la hija biológica de sus padres para cubrir los gastos médicos de la criada. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Pero el hombre estaba lejos de ser un príncipe, aunque tenía un rostro atractivo. Ethan era el hijo ilegítimo de una familia rica que vivía una vida lujosa y apenas llegaba a fin de mes. Él se casó para cumplir el último deseo de su madre. Sin embargo, en su noche de bodas, tuvo el presentimiento de que su esposa era diferente a lo que había escuchado sobre ella. El destino había unido a las dos personas con profundos secretos. ¿Ethan era realmente el hombre que pensábamos que era? Sorprendentemente, tenía un extraño parecido con el impenetrable hombre más rico de la ciudad. ¿Descubriría que Janet se casó con él por su hermana? ¿Sería su matrimonio una historia romántica o un completo desastre? Siga leyendo para saber cómo se desarrolla el amor entre Janet y Ethan.
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!