/0/1930/coverbig.jpg?v=76cdab230d13d98046cbf59b12fe64a1)
Charlotte Rock acaba de cumplir sus 18 años, es una famosa corredora en carreras ilegales, tiene un expediente sellado con la policía y tuvo una relación, con el ahora líder del cártel del Pacífico, pero busca escapar de su pasado y reformarse de su vida criminal, ¿Podrá hacerlo? ¿Correrá lo suficientemente lejos o logrará caer ante la tentación? Trevor Olivieri es un joven italiano, que creció como un orgulloso mafioso, lejos de su mundo de lujos y ostentosidades, su padre lo envía América a buscar una nueva alianza, pero unos impresionantes ojos verdes lo atrapan en un mar de problemas, ¿Sera ella la clave para resolver su misión o será ella quien ayude a clavar su tumba?
Puv Trevor
El aire entraba fuerte a través de las ventanas del deportivo rojo que Jeremiah eligió. Habíamos aterrizado hacia unas cuantas horas y aún no me adaptaba al cambio horario, sentía una jaqueca latente en mi cabeza, mi mano derecha viajo para presionar el puente de mi nariz, mientras mantenía mi cabeza apoyada hacia atrás, buscando aliviar aquella sensación.
-Díganme que pronto llegaremos...- mis palabras se arrastraban por el cansancio, deseaba llegar a nuestro hotel para descansar.
Mauro y Jeremiah reían mientras cantaban canciones en la radio, ignorándome totalmente por estar en la parte trasera del auto, gire mis ojos rindiéndome con ellos, examine los asientos del carro, para ser un Audi no estaba mal, no recordaba el modelo, aun que mi padre nos pido ser discretos, mi hermano pensó totalmente lo opuesto, pensaba que llamar la atención nos daría una ventaja.
El auto disminuyo su velocidad y Mauro bajo el volumen de la música.
Las lentejuelas de un vestido corto habían atraído su atención, típico de estos idiotas, una chica rubia junto con sus amigas caminaba por la acera, todas se veían bellísimas. Si no fuera por el cansancio del viaje, yo mismo estaría también ofreciéndoles un aventón gratuito.
Ellas obviamente se rieron de nosotros y se negaron, pero eso no desanimo a Jeremiah que se encontraba en él volante, quien les conto que éramos nuevos en la ciudad, lo cual me hizo reír entre dientes siempre se hacia el listillo con las chicas, monto un teatro increíble sobre "unos pobres italianos perdidos, necesitando guías hermosas".
A pesar de su insistencia ellas no aceptaron ir con nosotros, pero en cambio nos invitaron a una fiesta tres cuadras mas lejos, desde luego los dos idiotas aceptaron.
En otro lugar y tiempo diferente estaría disfrutando la situación, una vez aparcamos me encontré en una mala comedia adolescente, ¿Qué tenían los americanos con hacer todo un cliché?, la casa de dos plantas parecía un desastre con gente vomitando afuera.
Varios de ellos tenían vasos rojos en sus manos mientras socializaban, traquee mi cuello antes de encender un cigarrillo intentado relajarme, las chicas llegaron a nuestro encuentro, se veían muy guapas, olvide sus nombres justo después que los dijeron y asentí sonriendo por cortesía, apague mi cigarro con el pie antes de entrar.
No veníamos por diversión, pero los chicos no pensaban lo mismo.
Una vez en aquel lugar, fue como si una explosión de hormonas llegara a nosotros, el olor de la marihuana era fuerte, en las esquinas se podía ver chicos fumándose líneas de coca y algunas chicas bailando con muy poca ropa.
¿Acaso siempre las fiestas eran así? Tal ves por eso a todos les gusta América.
Las chicas nos guiaron hacia la cocina donde estaban los barriles de cerveza, botellas vacías y vasos con fondos muy sospechosos, en otros tiempos abría amado estas libertades, pero esta era una de esas veces en las que no me podía distraer, aun que esas piernas parecieran kilométricas en aquel vestido brillante.
La rubia me guiño el ojo antes de darme un vaso.
De reojo podía ver a los chicos mirándome ceñudamente, decían que era un imán para las mujeres atractivas, y ¿Qué podía decir? Lo era.
La chica susurro algo en mi oído que no pude escuchar por la música alta, y no supe el momento, pero me encontré atraído por una de sus manos en camino hacia el patio, allí se estaba dando la verdadera fiesta en la piscina, no me preocupaba separarme de los chicos por unos minutos, todos sabíamos cómo comunicarnos en caso de una emergencia.
Los americanos sí que sabían divertirse.
Pero yo no iba a mojarme, al menos no esta noche, negué con la cabeza cuando intento llevarme más cerca del borde, saque la caja de cigarrillos del bolsillo izquierdo de mi camisa manga larga negra, ella asintió, y antes que pudiéramos decir algo unos chicos comenzaron a llamarla, levanto su mano indicándome que la esperara antes de ir con los que supongo eran sus amigos, busque un lugar tranquilo para sentarme, deje mi vaso aún lado.
Mientras disfrutaba del humo, una chica con cabellera negro tomo asiento a mi lado, por el lugar donde estaba no podía ver su cara, pero era bastante menuda, su cabello iba en todas direcciones y tuve aquella sensación de peligro proviniendo de ella.
Le ofrecí la cajetilla, vacilo un segundo antes de tomar uno, incluso uso su propio encendedor. Después de darle su primera calada, mi rubia acompañante decidió volver y extender su mano hacia mi para que la acompañara, cuando finalmente me puse de pie, la chica peligro me agradeció e incluso levanto mi vaso, brindando por mí, mientras se lo tomaba, una loca.
Y solo fue una palabra...pero su voz resonaba en mi cabeza.
-Gracias-
Puv Charlotte
Mi cabeza iba a explotar.
Sentí un fuerte mareo mientras intentaba descubrir donde estaba, abrí un poco mis ojos para encontrar que aún tenía botellas de cerveza en mi regazo, tuve que cerrar varias veces los parpados para adaptarme a la luz que entraba por las ventanas, me tomó más de un intento ponerme de pie, aferrando con mis manos a la cabeza, cayeron algunas mientras me paraba, me dolía todo, joder, ¿Qué hice ayer?, las colillas de cigarrillo inundaban la mesa o lo que quedaba de ella, había un par de jeringas vacías y el olor a marihuana estaba presente, la fiesta de anoche se había descontrolado como todas últimamente, pobre el dueño de la casa, no podía ni recordar el nombre del desgraciado sin suerte.
Pase sobre los cuerpos agarrotados en el piso, algunos chicos tenían letreros ofensivos en sus cabezas pintados, me causo risa, otros estaban acostados junto a su vómito, asco, intente salir sin despertar a nadie, en el camino para salir de la casa encontré a mi mejor amiga sentada en las escaleras fumando un cigarrillo, tenía los ojos un poco rojos y la mirada perdida en el horizonte, con una maestría solo propia de los borrachos experimentados camine en línea recta.
- ¿Qué paso anoche, Helena? - la pelirroja me lanzó una mirada triste, sus ojos azules no tenían su brillo habitual, lo que me hizo pensar que había vuelto a acostarse con Drake y se sentía sumamente arrepentida.
-Es un idiota, siempre viene con su cara inocente y yo le creo- cuando las lágrimas comenzaron a bajar por su rostro, me senté junto a ella abrazándola, sintiendo su dolor y deseando encontrar una manera de evitarle todo esto- lo odio tanto Ve, no sé, porque siempre caigo en sus mentiras, sé que son solo eso, pero lo amo- sabía lo que una relación de amor-odio te destrozaba, sabes que te hace daño, pero no puedes alejarte.
Bese su frente y acaricie su espalda hasta que los sollozos pararon.
Hace un año Helena conoció en una fiesta a Drake, todo parecía como un libro de Wattpad. El chico popular que esta con la chica común, pues no existen los finales felices, estuvo tras ella hasta que consiguió quitar su virginidad y desde entonces cuando esta ebrio o sólo, la busca, se acuesta con ella y se va, súper romántico. El cabrón debió ser honesto, decirle que la quería solo para eso y dejarla elegir si quería o no estar con él, en cambio prefirió ilusionarla con palabras bonitas, cobarde, eso era lo que era aquel imbécil.
Hel no espera que el cambie, solo cree que hay algo más en él, yo también esteroides, ese chico es una máquina de fiestas, nunca lo he visto entrenar o el gimnasio, pero ella lo ama perdidamente así intente alejarse.
- ¿Quieres comer? ¿Podemos ir a mi casa y ver una maratón de lo que quieras? - asintió en mis brazos, usando la salida de la situación que le proporcione, quería verla sonreír, tenía una sonrisa bonita, no como la línea de labios que me estaban dando, los amigos son la familia que escogemos y yo cuidaría de mi chica.
Nos encamine al estacionamiento sería un largo camino en el Jeep de mis hermanos, era un modelo limitado un Jeep Wrangler 2019, un doble cabina, cubierto y bastante cómodo para el campo o la ciudad. Mi adoración.
Al llegar mis padres no estaban, como siempre.
Mamá trabaja como cirujana en el hospital local y papá es policía, detective, eso último es más inconveniente que de gozo en una casa de adolescentes, siempre hay una emergencia que atender y vidas que salvar, no los recrimino, pero a veces me gustaría que pasaran más tiempo en casa que un par de horas, aun que debe ser difícil para ellos criar a 4 hijos, y sí, soy la menor en un mundo de varones, mis padres no se rindieron hasta tener a su chica.
Pronto todo cambiaria, mañana comenzaría mi último año escolar.
-¿Cuánto tiempo? -escupe Katherine, con los ojos llenos de odio. -No importa -susurra Alexander, con el rostro tenso. -Por supuesto que importa -Lya se pone de pie, con el labio partido temblando, el corazón desbocado, sin importarle que está desnuda-. Porque estoy embarazada. El silencio cae como un trueno en la habitación, haciendo que el aire se vuelva más pesado. Alexander la mira fijamente, frunciendo el ceño, incapaz de creerlo. Katherine jadea, como si le hubieran arrancado el aire de los pulmones. -¿Qué acabas de decir? -murmura él con un tono frío. Lya coloca una mano temblorosa sobre su vientre. Era ahora o nunca. -Voy a tener un hijo tuyo... y es un niño. Katherine se queda inmóvil. Ella y Alexander nunca habían podido concebir. Y ahora, la otra mujer, la amante, le había dado lo único que siempre había deseado. -No... eso no es posible -susurra Katherine, negando la realidad, relajándose visiblemente en los brazos de su esposo. Pero la verdad está justo frente a ella, y el veneno en su mirada se vuelve letal. -Si crees que te dejaré quedártelo... estás equivocada -la voz de Katherine es letal-. No tendrás nada. Lya mira a Alexander, buscando algo... cualquier cosa... pero él solo aparta la mirada. -Vístete y lárgate -fue lo único que dijo.
Imagina un juego donde el premio es una fortuna multimillonaria, pero el precio de perderlo todo es tu futuro. Isabella Meyer acaba de ser lanzada a ese escenario. Su abuelo, el implacable Sr. Meyer, ha decidido que ella y su arrogante primo James compitan por el control del negocio familiar. Dos años, dos equipos, una sola regla: solo uno ganará. El otro será despedido y olvidado.
En un torbellino de pasión y traición, Sebastián Nash, un magnate arrogante pero irresistible, ve su vida perfecta colapsar cuando su affaire con la seductora Catalina sale a la luz, desencadenando una cadena de eventos que amenaza con destruirlo todo. Mientras Sebastián persigue su sueño de paternidad con Catalina, su esposa Karen, una mujer fuerte y decidida, se embarca en una misión para proteger su imperio familiar de las garras de la traición. Catalina, motivada por su oscuro pasado y su insaciable ambición, urde un plan maestro para asegurar su lugar en la alta sociedad, manipulando a Sebastián a su antojo. Pero en medio de la tormenta surge Josh, un apuesto abogado que ofrece a Karen un rayo de esperanza en medio del caos, desatando un torbellino de emociones prohibidas.
Ella se aclara la garganta para llamar su atención. Cuando sus ojos se encuentran, todo parece cobrar sentido —¿Me conoces de algún otro lugar? Sebastián asiente con tristeza. —Sí, supongo que aún te debo ese desayuno. Una risa triste escapa de los labios de Karen. —¿Lo supiste todo este tiempo? Él asiente con tristeza. —Desde el momento en que te vi en la casa de tu familia. Hubo un silencio incómodo entre ambos. —No entiendo porque no quisiste decir nada. Ahora sonara peor lo que quiero decirte— comento pasando su mano incómodamente por su cabello —Bien, Sebastián Nash, tengo que informarte que estoy embarazada y el bebé es tuyo—suelta Karen sin ninguna premura. El aire entre ellos se espesaba, cargado de anticipación y preguntas sin respuesta. —¿Qué? — respondió completamente conmocionado. —Yo... —comienza de nuevo, pero esta vez sus palabras están cargadas de una intensidad que la deja sin aliento— Haré lo que sea necesario para estar a tu lado o sin ti, para cuidarte a mi y a nuestro hijo. —¿Qué estás diciéndome? —Quiero que nos casemos.
Adally Grey vivió bajo las reglas de su padre toda su vida, creyó amar a un hombre que la traicionó y deseaba quitarle todo. George Taylor es el hijo ilegítimo de un jeque árabe, es la segunda oportunidad para ser feliz de la mujer, juntos pueden formar un emporio. ¿Podría ser este un cuento de Cenicienta? Tienen un matrimonio por contrato que pronto se convierte en realidad, pero hay una amenaza que puede arruinarlo todo, tiene forma de mujer y se llama Yura.
Serie Enamorada - Enamorada de Colin. La mayoría de la gente creería que una chica hermosa proveniente de una familia rica puede vivir una vida muy digna. Sin embargo, para Sofía, nada era fácil. Su vida comenzó a salir de control cuando su ex novio, junto con su enemigo jurado, la acosaron y la enviaron a la cárcel. Lo peor era que, después de casarse con Colin, el destino le había jugado otra broma. Ahora se enfrentaba con una situación muy precaria en la que su marido sospechaba de ella y un grupo de pícaros viciosos intentaban atacarla en cada momento. ¿Cómo se desarrollaría la historia de Sofía? ¡Vamos a leer!
Ellos no saben que soy una chica. Todos me miran como si fuera un hombre, un príncipe. Su especie compra humanos para satisfacer sus lujuriosos deseos. Y cuando ellos llegaron a nuestro reino para llevar a mi hermana, intervine para protegerla. Fue así como ellos también terminaron comprándome. El plan era escapar, pero mi hermana y yo nunca tuvimos una oportunidad. ¿Cómo iba a saber que nuestra prisión sería el lugar más fortificado de su reino? Se suponía que debía quedarme en el anonimato, pues no tenían un uso para mí. Solo era alguien a quien nunca debían comprar. Pero entonces, el hombre más poderoso de la salvaje tierra, su despiadado rey bestia, se interesó por ese "principito bonito". ¿Cómo podremos sobrevivir en este reino brutal, donde todos odian a los de nuestra especie y no tienen piedad de nosotros? ¿Y cómo puede alguien, con un secreto como el mío, convertirse en una esclava sexual? Nota del autor: es una novela de romance oscuro, apta solo para mayores de edad. Espera varios temas sensibles, como la violencia. Si eres un lector experimentado de este género, buscas algo diferente y estás preparado para entrar sin saber qué es lo que te espera, ¡entonces sumérgete en esta aventura! . De la autora del bestseller internacional "La Esclava Más Odiada Del Rey"
No fue mi elección nacer hija de la mafia, pero elegí ser la esposa de la mafia. Después de la muerte de mi padre, mi abuelo era demasiado viejo y vulnerable para defender a nuestra familia de los enemigos de mi padre. Y la única forma de asegurar nuestra supervivencia era que yo me casara con el jefe del poderoso clan Mellone. Mi dote es un pedazo de tierra codiciado por el mismísimo jefe del clan. Yo, Giulia, odio a mi novio. Ya lo he dicho. Lo odio con una pasión feroz, que hace arder mi cuerpo Detesto todo lo que tiene que ver con él: su insufrible arrogancia, su sonrisa burlona, sus peligrosos ojos grises metalizados y su corazón corrupto y vicioso. La forma en que todos se someten patéticamente a cada una de sus palabras y se apresuran a servirlo como si fuera una especie de dios me irrita muchísimo. Pero lo que es peor, odio la vergonzosa forma en que mi cuerpo responde al suyo. Tiemblo por él. La intensidad de mi deseo puro me sorprende y me repugna. ¿Cómo puedo desearlo tan desesperadamente si lo odio tanto? Es como si fuera el mismísimo diablo y me hubiera hechizado.
Lucía Balstone pensó que había elegido al hombre adecuado para pasar el resto de su vida, pero fue él quien acabó con su vida. Su matrimonio de diez años parecía una broma cuando su esposo la apuñaló con una daga. Afortunadamente, Dios nunca está ciego ante las lágrimas de las personas. Lucía tuvo una segunda oportunidad. Ella renació a la edad de 22 años, antes de que sucedieran todas las cosas terribles. ¡Esta vez, estaba decidida a vengarse y dejar que aquellos que la lastimaron pagaran! Hizo una lista elaborada de sus objetivos, y lo primero en su lista era casarse con el peor enemigo de su exmarido, ¡Alonso Callen!
Se suponía que era un matrimonio de conveniencia, pero Carrie cometió el error de enamorarse de Kristopher. Cuando llegó el momento en que más lo necesitaba, su marido estaba en compañía de otra mujer. Carrie ya estaba harta. Decidió divorciarse de Kristopher y seguir adelante con su vida. Sin embargo, solo cuando ella se marchó, Kristopher se dio cuenta de lo importante que era ella para él. Ante los innumerables admiradores de su exesposa, Kristopher le ofreció 20 millones de dólares y le propuso de nuevo: "Casémonos de nuevo".
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".