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A Yolande le tendió una trampa su hermana menor, y en consecuencia, se vio obligada a soportar la vergonzosa acusación de ser una mujer infiel. Desde ese día en adelante, su esposo la trató con frialdad y desprecio; durante tres largos años, ella vivió en un infierno. Un día, mientras contemplaba al hombre frente a ella, sintió que su vida ya no podía seguir así, por lo que a pesar de amarlo, Yolande le pidió el divorcio. Después de eso, ella regresó como un ángel de la justicia para vengarse, ¡para hacer que aquellos que la habían llevado a una inmensa depresión sintieran el mismo dolor amargo que ella había experimentado!