/0/3435/coverbig.jpg?v=11c093a7a2a30f9fc05e10a5e447356c)
Trevor y Maxine parecen tener una relación perfecta, ambos se han graduado de la universidad, viven juntos y están más enamorados que nunca, pero no todo es color de rosa, porque la vida profesional de Maxine está estancada, lo que la obliga a enfrentarse a la posibilidad de una oportunidad importante a kilómetros de distancia de Trevor. Maxine tendrá que decidir entre su carrera como periodista o su relación con Trevor, que se verá en problemas, sobre todo, por Ian James, su hermanastro, con el que tendrá que vivir. SEGUNDA PARTE DE "BAJO LAS SÁBANAS DEL ENEMIGO"
Maxine.
Envío mi portafolio de trabajo por decima vez en esta semana, estoy cansada, no he dormido nada y estoy frustrada profesionalmente. Han pasado casi seis meses desde que me gradué de la universidad y aun no he conseguido un empleo, ¿Por qué nadie quiere contratarme? Sé que mi trabajo no es digno de un nobel, pero soy una buena periodista, o eso creo yo, porque entre mas hojas de vida paso, más me convenzo de lo contrario.
Cierro la computadora portátil y la dejo sobre la mesita de centro, levanto mi taza de café y voy al balcón del departamento, la vista es espectacular, el apartamento está perfectamente ubicado en uno de los sitios más prestigiosos de todo Flagstaff, supongo que esta es una de las ventajas de vivir con uno de los arquitectos mas importantes en TANER GROUP, Trevor se ha vuelto muy quisquilloso con los detalles, pero no me malinterpreten, me gusta que sea asi.
Miro el cielo lleno de estrellas y pienso en los difíciles que han sido los últimos seis meses, de alguna forma cuando estuve en la universidad estuve viviendo en una burbuja que no sabia que iba acabar explotándome en la cara, todo era perfecto, tenia el novio perfecto, un par de mejores amigos maravillosos, estaba estudiando la carrera de mis sueños y al final hice mis practicas en la empresa en la que siempre quise, creí que la vida seguiría ese rumbo, hasta que me di cuenta de que no era asi. No me quede con el empleo de periodista después de hacer mis prácticas, Adam y Tara se mudaron a otra ciudad, y aunque aún tengo a un fantástico novio, no puedo dejar de sentir que hay algo que me hace falta.
Mi teléfono comienza a vibrar en el bolsillo de mis jeans, yo lo saco y veo el nombre en el identificador, es mi madre.
–¿Cómo está mi periodista favorita? – chilla a través del teléfono.
Yo siento que el pecho se me hunde de la tristeza – solo soy una periodista de cartón, asi que no te emociones – le digo.
–¡Maxi! – me regaña, no le gusta que sea tan "Dura" conmigo misma, según mi madre es cuestión de tiempo para que consiga un trabajo, pero es que esta cuestión de tiempo se está haciendo demasiada larga e insoportable.
–Es cierto mamá.
–No, no es cierto, ya verás que cuando consigas el empleo de tus sueños vas a estar lamentándote por haberte dado tanto látigo.
–El empleo de mi sueño ya lo tuve, y lo perdí.
–Eran pasantías, Maxine, ni siquiera te estaban pagando – me recuerda.
–Aun asi me gustaba.
–¡Maxine, no! No voy a dejar que caigas en este abismo de miseria, hazme el favor y con la mejor actitud vas a esperar a que alguna de esas empresas te llame, estoy segura de que van a querer a una profesional como tú.
–Si, ¡Aja! – digo sin amino, aunque la entiendo, es mi madre y se supone que debe darme apoyo moral en los momentos más difíciles – mejor vamos a cambiar de tema.
–Si, me deprimes, Maxine.
–Yo tambien me deprimo a mí misma – digo y ella se burla de mí, yo tambien suelto una sonrisa lánguida y me recuesto en el balcón.
–¿Todavía vas a venir mañana?
–Si, mis planes no han cambiado, tampoco es como si tuviera un empleo al que ir, asi que no tengo nada que hacer...
–¡Maxine! – me grita – hoy estas insoportable y fastidiosa.
–Si voy a ir, mamá – la corto.
–¿Vendrás con Trevor?
–No, está muy ocupado con un proyecto reciente, es algo grande según lo que dijo, no puede acompañarme.
–Es una lástima, queria que estuviéramos todos juntos.
–Si, pero no será posible.
–Últimamente trabaja mucho, ¿Eh?
–Si, pero es mejor a que se quede en casa a hacer nada, como yo.
–Voy a colgar.
–¡Esta bien! ¡Esta bien! Dejare de lamentarme por mi patética existencia – lo digo en serio, si sigo a este paso voy a tirarme del balcón, y no creo que Trevor se ponga muy feliz si regresa a casa y se da cuenta de que estoy desparramada en la acera frente al edificio.
–¿Las cosas van bien entre ustedes? – cuestiona.
–Mucho – respondo – Trevor es el mejor novio que una chica podría pedir, va de la oficina a casa y de casa a la oficina, solo sale conmigo, está pendiente de mi todo el tiempo y no pierde cualquier oportunidad para hacer planes, es fantástico – sonrío de forma bobalicona.
En realidad, estos casi tres años que llevamos juntos han sido geniales, aun discutimos y peleamos como si fuéramos perro y gato, pero eso ya no es tan malo, porque después de pelear, siempre viene la reconciliación, y nada mejor que el sexo para hacer las paces.
–¿Mamá? – pregunto, porque ella se queda callada de repente.
–Max, estaba pensando en algo – chasquea la lengua – Harvey tiene contactos en el Washington Post, no sé porque no se me habia ocurrido antes, pero ¿Qué te parece si le pido que concrete una cita para ti?
–¡Mamá! ¿Una cita en el Washington Post? Eso seria casi como un sueño – chillo emocionada por primera vez en muchas horas – ¿De verdad crees que sea posible?
–Si, puedo decirle, es solo llamar a algunas personas, ya sabes como son los políticos con todo esto de los contactos.
–Corruptos, ¡Aja! – digo rápido para molestarla.
–Déjame decirte que hoy encabezas mi lista de personas no gratas – yo suelto una carcajada – podrías venir a Washington, quedarte con nosotros un par de días y ver que pasa.
–¡No sabes cuanto te amo en este momento de mi vida! – estoy al borde de las lágrimas, la posibilidad de trabajar en el Washington Post es lo mejor que me podría pasar.
–De acuerdo, hablaré con Harvey y te daré noticias tan pronto como pueda – yo escucho que la puerta principal se abre y me doy media vuelta, Trevor está entrando enfundado en su traje color azul marino.
–Perfecto, hablamos después, Trevor acaba de llegar.
–Dale besitos y saludos por mi – me pide antes de colgar.
Yo corro hacia la sala del departamento, tiro el celular en el sofá y abrazo con fuerza a Trevor, enrollo mis manos en su cuello, él deja su portafolio en el suelo y me abraza por la cintura al tiempo que se ríe.
–¡Joder! Esto si que es una bienvenida – dice en mi oído con su voz ronca y profunda.
Yo sonrío como una niña pequeña, me alejo un poco de él, pongo mis manos en su rostro y lo beso profundamente, meto mi lengua en su boca y el agarre de Trevor se vuelve mas firme en mi cuerpo.
–¿A qué se debe todo esto? – me pregunta con una sonrisa y el ceño fruncido.
–A que te amo – le digo y le doy un pico en los labios – a que estoy profundamente enamorada de ti y a que todo vuelve a tener sentido otra vez.
–¿De qué demonios estás hablando, Prior? – sí, Trevor y yo llevamos tres años juntos y aun asi no ha dejado de llamarme por mi apellido.
Yo lo miro a sus ojos negros y profundos y caigo en cuenta de una cosa, aceptar una entrevista en el Washington Post es abrirme a la posibilidad de mudarme a Washington, lo que significa tener que dejar a Trevor.
En cuanto lo pienso la sonrisa se borra de mi rostro, yo no quiero dejar a Trevor, y sé que por su trabajo él no puede irse conmigo, ¡Joder! Odio ser una adulta, ¿En qué momento la vida se volvió tan complicada?
–Nada, es solo que estoy feliz de verte – le miento en la cara y le doy otro beso – supongo que debes estar cansado, asi que ¿Por qué no vamos a la tina y te ayudo a relajarte un rato? – le pregunto de forma coqueta.
–Esa es una oferta que no puedo rechazar – él me da un mordisco rápido en los labios y camina hacia nuestra habitación.
Yo espero hasta que él desaparezca de mi vista y entonces le envío un mensaje a mi madre.
–"Olvida la entrevista" – texteo.
Vuelvo a dejar el celular en la mesita, y con todas mis ilusiones desinfladas voy con Trevor. Si las relaciones son complicadas, pues las relaciones a distancia lo son aún más, yo no creo que nosotros seamos capaces de soportar la distancia.
¿O sí? ¿Acaso nos amamos lo suficiente como para sacrificarnos de esa forma?
Annabelle Maxwell es una de las mejores novicias del convento de la sagrada caridad, ella tiene claro su objetivo, convertirse en monja y servir a Dios el resto de su vida, pero ¿Qué pasará cuando Bastián Jones se atraviese en su camino? ¿Qué hará Annabelle cuando Bastián le demuestre lo bien que se siente convertirse en una pecadora? De la mano de Bastián, Annabelle conocerá cada uno de sus límites y de sus más bajas pasiones. «El corazón del hombre está inclinado al mal, pues bien, después de esa noche el mío se inclinó y se postró a los pies de Bastián Jones»
Maxine Prior siempre supo lo que quería para su vida, iría a la universidad, conseguiría un empleo y probablemente se casaría con su novio de toda la vida, Nick Scott, sin embargo, todos sus planes cambiarán cuando por cosas del destino, sea obligada a vivir en el mismo departamento con el hermano de su novio, Trevor Scott, un chico problemático, mujeriego, que solo le interesa divertirse. El problema es que Trevor tiene el ojo puesto en Maxine, y ella no sabe si será capaz de resistirse a sus encantos.
Paola Fischer vive un matrimonio aparentemente feliz hasta el día en que, al regresar a casa, encuentra a su esposo, Lucas Hotman, en la cama con su secretaria, Rose Evans. La traición la deja destrozada, y, sin saber cómo enfrentar el dolor, se marcha de su hogar. Esa noche, en un bar, conoce a un enigmático desconocido que le ofrece una compañía inesperada. Buscando escapar de su desilusión, Paola se entrega a una noche de pasión con él, dejando que el dolor de su traición se diluya en la intimidad. Al día siguiente, trata de seguir adelante, pero pronto se enfrenta a una sorpresa que cambia el curso de su vida: está embarazada, y el padre no es Lucas, sino aquel hombre al que apenas conoció.
Su marido traicionó a ella y todo el mundo la consideraba como una asesina. Abrumada por el odio, Maria se divorció de su marido, James, y se fue de la ciudad. Sin embargo, seis años después, regresó con el rival más destacado de su exmarido. Como un fénix que se reencarna de las cenizas, juró hacer que todos pagaran por lo que le habían hecho. Ella aceptó trabajar con él solo para vengarse, pero no se dio cuenta de que ya se había convertido en su presa. En un juego entre el amor y el deseo, ninguno de los dos sabía quién ganaría al final.
Eveline se casó con Shane, un obstetra, a la edad de 24 años. Dos años más tarde, cuando estaba embarazada de cinco meses, Shane abortó al bebé él mismo y procedió a divorciarse de ella. Fue durante estos tiempos oscuros que Eveline conoció a Derek. Él la trató con ternura y le dio el calor que nunca antes había sentido ella. También le causó el mayor dolor que jamás había tenido que soportar. Eveline solo se hizo más fuerte después de todo lo que experimentó, pero ¿podría soportar la verdad cuando finalmente se revelara? ¿Quién era Derek detrás de su carismática fachada? ¿Y qué haría Eveline una vez que descubriera la respuesta?
Mateo Lester, un magnate de 47 años, es un hombre implacable en los negocios y exigente en su entorno. Durante un viaje a Brasil, vive un efímero romance con una mujer. Josabet, una joven aeromoza de 30 años. se traslada a Nueva York al ser contratada por una empresa para un puesto en las aerolíneas de la empresa Lester. Cuando Josabet es presentada ante Mateo como la nueva aeromoza de su jet privado. Ambos se reconocen de inmediato, pero Josabet fingir no hacerlo y todo por un secreto que oculta. Todo cambia en la celebración del aniversario de la empresa, donde Josabet decide llevar a su hijo, dispuesta a enfrentar las consecuencias. La abuela de Mateo, al verlo, queda impactada por su increíble parecido con los difuntos padres de Mateo. La duda queda sembrada y, a partir de ese momento, Mateo comienza a investigar el pasado de Josabet, descubriendo secretos que podrían cambiar su vida para siempre. Sin embargo, una amenaza inesperada surge cuando Natalie, la exnovia de Mateo, una mujer manipuladora y obsesionada con él, descubre la existencia de josabet y su hijo. Consumida por los celos, decide hacerles la vida imposible, dispuesta a cualquier cosa para sacarlos de su camino.
Durante tres años, Shane e Yvonne estuvieron casados, compartiendo noches acaloradas, mientras él aún estaba enamorado de su primer amor. Yvonne se esforzaba por ser una esposa obediente, pero su matrimonio se sentía vacío, construido sobre el deseo más que sobre el verdadero afecto. Todo cambió cuando se quedó embarazada, sólo para que Shane la empujara a la mesa de operaciones, advirtiéndole: "¡O sobrevives tú o el bebé!". Destrozada por su crueldad, Yvonne desapareció apesadumbrada y más tarde regresó, radiante de plenitud, dejando a todos boquiabiertos. Atormentado por los remordimientos, Shane le suplicó otra oportunidad, pero Yvonne sólo sonrió y respondió: "Lo siento, los hombres ya no me interesan".
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".