Alma dejará sus memorias, su historia de amor con Aike, cuando cartas van y vienen, y el mundo del amor se forma en un mágico suspiro. Un mundo de cartas y corazones latiendo acelerados el uno por el otro.
Alma dejará sus memorias, su historia de amor con Aike, cuando cartas van y vienen, y el mundo del amor se forma en un mágico suspiro. Un mundo de cartas y corazones latiendo acelerados el uno por el otro.
¿Habías visto la importancia de una carta? ¿O de simplemente escribir?
¿Habías visto esa importancia de expresar las cosas? Pues aquí está. Cartas van y cartas vienen. Muchas son de amor y belleza, otras de miedo y tristeza.
No puedo expresar lo que quiero decir con palabras, ningún sonido sale de mi boca cuando quiero felicitar a alguien o consolarlo. Simplemente escribo. Simplemente hago una carta.
No soy muy buena con las palabras, pero sí escribiendo.
Todo puede pasar hasta llegar a la última carta.
Aike, aquel chico de las cartas, aquel chico que inundó mi corazón de muchas formas. Esto es por él. Esto es por ti, Aike, aún no olvido la última carta que me diste. No tuve el valor de dejarla en el camino de la vida. La reescribí tantas veces que muchas de esas hojas se humedecieron con el cálido llanto al pensarte.
No puedo explicar nada. No puedo dejar de pensar ni de sentir. Tal vez solo soy una anciana que recuerda a aquel chico que la hizo sentir única y de manera diferente. Pero me tocó vivir una vida por ti.
Recordando la promesa que te hice aquella noche, Aike.
Y posiblemente al escribir todos nuestros recuerdos aún suelte una que otra lágrima. Pero te extraño.
Y nada podrá cambiarlo.
Aike, aún guardo tu última carta...
Las horas bañadas por el sol reflejaban su amor brillante, mientras que las noches iluminadas por la luna encendían un deseo ardiente. Pero cuando Brandon se enteró de que su amada solo viviría medio año, le entregó a Millie los papeles del divorcio y le dijo con frialdad: "Esto es solo para guardar las apariencias. Nos casaremos de nuevo una vez que ella se calme". Millie, con la espalda recta y las mejillas secas, sintió que su pulso se desvanecía. La separación fingida se volvió permanente; silenciosamente terminó con su hijo no nacido y dio paso a un nuevo comienzo. Brandon se derrumbó, y condujo a máxima velocidad, incapaz de dejar ir a la mujer que había descartado, suplicando que ella lo volviera a mirar una vez más.
Cuando Stela estaba enferma durante los primeros días de su embarazo, Ezrah estaba con su primer amor, Piper. Cuando Stela tuvo un accidente y llamó a Ezrah, él dijo que estaba ocupado, pero en realidad, estaba comprando zapatos para Piper. Stela perdió a su bebé debido al accidente, y durante toda su estancia en el hospital, Ezrah nunca apareció. Ella ya sabía que él no la amaba, pero eso fue la gota que colmó el vaso, y su frágil corazón no pudo soportarlo más. Cuando Ezrah llegó a casa unos días después de que su esposa fue dada de alta del hospital, ya no encontró a la mujer que siempre lo recibía con una sonrisa y cuidaba de él. Stela se paró en lo alto de las escaleras y gritó con una expresión fría: "Ezrah, tengo una buena noticia para ti. Nuestro bebé murió en el accidente. Ya no hay nada entre nosotros, así que vamos a divorciarnos". El hombre que afirmaba no tener sentimientos por Stela, siendo frío y distante con ella y habiéndole pedido el divorcio dos veces, se llenó de pánico al instante.
"La misión de Valen era reemplazar a su hermana mayor, por eso se casó con su futuro cuñado. A partir de ese entonces, empezó a llamarlo "Querido esposo". En el mundo de los negocios, era conocido como el Señor Oscuro. Sin embargo, para sorpresa de muchos, consentía mucho a su esposa. Un día, un periodista le preguntó a Valen: "Sra. Lu, ¿qué es lo que más la asusta?". Inmediatamente, se mostró alterada. Había dos cosas que le asustaban. Durante el día, su querido y serio esposo; durante la noche, su querido y salvaje marido."
El amor es ciego. Lucinda renunció a su acomodada vida por un hombre. Se casó con él y se ocupó de todo durante tres largos años. Un día se le cayeron las escamas de los ojos. Se dio cuenta de que todos sus esfuerzos habían sido en vano. Su marido, Nathaniel, siempre la trataba como a una mierda, porque su amor ya pertenecía a otra mujer. Se dijo a sí misma: "¡Ya basta! He terminado de malgastar mi tiempo con un hombre desagradecido". El corazón de Lucinda se rompió en pedazos, pero de todos modos, reunió el valor para pedir el divorcio. La noticia causó un gran revuelo en Internet. ¿Una joven rica que acababa de divorciarse de su marido? ¡La mujer soñada! Innumerables directores ejecutivos y jóvenes apuestos acudieron a ella como abejas a la miel. Nathaniel no aguantó más. Dio una rueda de prensa y suplicó con los ojos llorosos: "Te quiero, Lucinda. No puedo vivir sin ti. Por favor, vuelve a mí". ¿Le dará Lucinda una segunda oportunidad? Siga leyendo para descubrirlo.
La frialdad de Alexander se reveló ante Florrie; incluso le pidió que comprara anticonceptivos de emergencia para otra mujer. Soportar el dolor se convirtió en su rutina, todo porque Alexander era un reemplazo de Alec, su amor perdido. Pero un día lo engañó para que firmara los papeles del divorcio y le dijo: "Nunca te amé". La devastación se aferró a él y su mirada se nubló por la preocupación. "No puedes irte. No firmaré". Entonces Alec regresó como heredero de un conglomerado. Ella buscó amor en su rostro y no encontró nada, hasta que se dio la vuelta. Él se derrumbó, y con lágrimas recorriendo por sus ojos, murmuró: "Lo siento. Te amo".
Kallie era una muda. Su marido la ignoró durante cinco años desde su boda, no solo esto, ella hasta sufrió un aborto por culpa de su cruel suegra. Tras el divorcio, Kallie se enteró de que su exmarido se había prometido rápidamente con la mujer que realmente amaba. Sujetando su vientre ligeramente redondeado, se dio cuenta de que él nunca se había preocupado realmente por ella. Decidida, ella lo dejó atrás, tratándolo como a un extraño. Sin embargo, tras su marcha, ese hombre recorrió el mundo para buscarla. Cuando sus caminos volvieron a cruzarse, Kallie ya había encontrado una nueva felicidad. Por primera vez, él se humilló ante ella y le suplicó: "Por favor, no me dejes...". Pero la respuesta de Kallie fue firme y despectiva, cortando cualquier vínculo entre ellos: "¡Lárgate!".
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