Instalar APP HOT
Genesis

Genesis

5.0
1 Capítulo
342 Vistas
Leer ahora

Acerca de

Contenido

Diez años después de que un virus conocido como La Carne se cerniera sobre la humanidad matando y resucitando al 85% de estos. En pleno mundo post-apocalíptico aparece Edem, mutilado, secuestrado y obligado a cargar dos vidas de dos personas que ni conoce, con esto en mente, deberá descubrir, ¿Quién es?. ¿Que es?. ¿Cual es su objetivo? Y en su búsqueda, encontrará que está más relacionado de lo que cree con la peste que devastó el mundo hace diez años y que el conjunto de otros son la clave para ponerle un fin a esa larga pesadilla.

Capítulo 1 Prologo

No sabia ni donde estaba parado en ese momento, recuerdo que sentía la brisa dándome en la cara pero lo ignoraba completamente, recuerdo que no había comido ni bebido desde hacía semanas, aquellos como yo, podemos morir de cosas como la desnutrición o deshidratación, la hipotermia y el calor, pero es lento y sumamente doloroso.

Podía ver los rayos del sol saliendo, entre las nubes opacas que quedaban después de la lluvia el ruido de los caballo relinchando a la distancia como ovacionando mi llegada o temiendo por mi presencia, la presencia de algo que jamás habían visto, algo que podría lanzarlos diez metros hacia cualquier dirección con una sola mano, mi visión empezó a volver, tenía tantas heridas en ese momento que seguramente parecía un Errante, mi cerebro debía de estar bloqueando el dolor, pero mi apariencia me condenó… Y al mismo tiempo me salvo. Sentí como algo atravesaba mi cabeza, la brisa de la mañana golpeaba mi cerebro con escalofríos punzantes en todo mi cuerpo, empecé a sentir dolor.

Los recuerdos de hay son borrosos, recuerdos cercas y muros, recuerdo ver muchas puertas y armas, plantas e imágenes de caballos y reses pastando.

-¿Dónde estoy?-me pregunté muchas veces.

Sentía como me movía, pero no sentía como si fuera mi cuerpo, mientras avanzaba, empecé a notar un cambio en el aire, ya no estábamos afuera, también empecé a escuchar sonidos diferentes, voces.

-¿Qué le sucedió?-dijo una.

-Un Infectado-le contesto algo exaltada-Le di un tiro en la cabeza, pero se volvió a levantar, lo acribille pero se levantó-explico.

Intente moverme, yo también quería hablar, no me gustaba que hablaran de algo y me incluyeran (Aun no me gusta) pero estaba inmovilizado, sentía que algo presionaba mi cuerpo al mismo tiempo que me retenía, y para remate de cuentas, sentí como algo filoso entraba y salía de mi cabeza en reiteradas ocasiones, tontamente intente mover mi cabeza para intentar de alguna forma atajar el daño.

-¿Ves? Sigue moviéndose-señaló.

Se hizo silencio un momento, un profundo silencio, en ese momento concluí no moverme, parecía que la palabra “Errante” no era graciosa, ni mucho menos tranquilizante.

-Tenemos que llamar a Liam-dijo una de las voces.

-Hay esta el problema-acotó una-Liam salió temprano esta mañana a hacer sus Rondas, no volverá hasta que caiga el sol.

-¡Entonces llama al Consejo!-le dijo con voz histérica-¡Esto no es normal! ¡Si hay más de estos malditos que no se mueren ni con una bala en la frente todo corremos peligro! ¡Llama al Consejo Jasper!-término de forma tajante.

-¡No puedes! ¡Ni siquiera están completos! Elena salió hace dos días por medicamentos y no ha regresado y ya sabes que Hugo no regresa hasta el mediodía de mañana-le replicó.

-¡Entonces escóndelo! Si estoy lo sabe alguien más cundiera el pánico!.

-Eso no lo sabes, y además, se está muriendo-marco una de las voces.

-Es un Infectado, está muerto por omisión.

-Si es así entonces este no es como los demás, su corazón sigue latiendo.

Después de esa frase que de algún modo que no entendía me pareció conmovedora, tuve uno de los sueños más profundos de mi vida, sentí que mi mente se hundió en mi cuerpo,y me desvaneci.

Humedad. Eso senti, agua chocando contra mi cara, me desperté frenético me movía la cabeza de un lado para otro buscando, algo, algo que mi cerebro pudiera procesar, entonces lo vi, a él, sentado debajo de una pequeña luz con sus gafas de lectura, parecía que ignoraba mi presencia, de pronto, cerró su libro y se quitó los lentes para alzar la vista, me estaba mirando.

-¿Quien…

-¿Soy?-terminó la frase-Bueno mi nombre es Hugo Martinez, y hoy, soy tu interrogador-entonces Hugo mostró por primera vez una de sus muchas habilidades, cambiar el ambiente de la conversación-Vas a responderme todo lo que te pregunte-su voz era como un viento frío que se mete dentro de tu mente, torturandote para que respondas y evitar que siga hablando-Si no lo haces, o si lo que respondes me parece mentira...-chasqueo los dedos y entonces aparecieron muchos hombres reunidos en círculo en torno a Hugo y a mí, apuntándome con armas automáticas-Entonces estos caballeros te llenaran de agujeros con mi señal. ¿Listo?.

Analice el entorno, parecía que no tenía demasiadas opciones, los hombres no parecieron vacilar a las órdenes de Hugo, parecían dispuestos a seguirlo hasta los confines del infierno si fuera necesario, no parecía haber forma de negociar, por primera vez intentó moverse.

-Mi cuerpo, no me responde-pensé angustiado.

Hice un esfuerzo gladecial para inclinar mi cuello, solo para descubrir que me habían atado con sogas a la silla y a mis pies y manos, no era una linda situación. Asentí con la cabeza, nervioso.

-¿Quién eres?-preguntó Hugo con voz glacial.

Estaba a punto de responder, cuando el hecho irrefutable que me perseguiría por muchas noches y me haría sentir ajeno en mi propio cuerpo e hice esa pregunta por primera vez.

-¿Quien…Soy?-se manifestó mi confusión.

De la oscuridad una puerta se abrió dejando entrar el ruido de la lluvia y dos figuras ensombrecidas por la noche entraron corriendo por la puerta.

-¡PAPÁ!-gritó una de las figuras.

Era la misma voz que estaba discutiendo por mi y que aparentemente había llenado mi cabeza de plomo y apuñalado repetidas veces en el mismo lugar, las figuras se acercaron a la luz y pude distinguir quienes eran. Una, la voz perteneciente a la persona que me agredía constantemente, era un chica, tenía los ojos color marrón oscuro con una piel color cafe con leche, llevaba una chaqueta de mezclilla arriba de una blusa negra, acompañadas con unos jeans ajustados acompañados con una botines que le llegaban a la mitad de la pantorrilla. Al lado de ella, estaba un muchacho que era un poco más alto que ella, era como la versión masculina de la chica, iba vestido con una camisa de algodon de masgas largas de color marron, un jeans y unas botas de trabajo (Tambien enlodados). Ambos tenían cara de que algo no andaba bien (Es una cara con la que ya me familiarice).

-¡Papa! ¡Una Horda de Infectados se está acercando! ¡Viene directo!-le advirtió exaltada.

-¡¿Qué?!-exclamó Hugo alarmado-¡Victor! ¡Tu tenias la guardia! ¡¿Qué pasó?!-reclamó al muchacho.

-¡No es su culpa!-intervino la chica-Cuando cayó la tarde me fui a hacer las rondas de cultivo y apenas hay cayo la lluvia, era imposible que vieran a la Horda con la lluvia y la noche al mismo tiempo, solo la vimos por el olor, entonces nos dimos cuenta-le explico la chica.

Hugo cayó un momento, parecía que estaba digiriendo lo que acababa de escuchar analizando y planeando una estrategia.

-¡Señores!.

Los hombres armados a mi alrededor se giraron hacia él y lo miraron expectantes esperando su siguiente orden.

-La mitad de ustedes, activen la sirena y llamen a los vigías que están en descanso, y la otra mitad vendrá conmigo y prepararemos las defensas, Victoria ven conmigo-indicó Hugo.

-¿Y qué pasa conmigo?-preguntó Victor.

Hugo se volteó y se levantó el abrigo para desenfundar un arma que le dio a Victor.

-Vigílalo-le dijo señalándome.

Hugo salió por la puerta acompañado por Victoria y su séquito armado hacia la noche y la lluvia, Victor se quedó mirándome un momento, hasta que se sentó en la silla por donde estaba Hugo antes, por alguna razón, Víctor me inspiraba más confianza que Hugo, aunque no hablara y claramente me estuviera examinando con la mirada y tensando todos los músculos de su cuerpo para moverse al instante en el que moviera y vaciarme todo el cargador en la cabeza.

-Así que…¿Tu eres el Infectado Inmortal?-preguntó rompiendo el hielo.

Medite un momento la pregunta, casi no captó la parte de inmortal.

-Claro…¡Que burro soy!-me dije a mi mismo.

-Si, supongo-respondí incómodo.

Victor me miró de arriba abajo, como si quisiera confirmar mi declaración.

-Cuando mi hermana saltó la valla para verificar tu muerte y descubrir que la bala había sido expulsada por tu cerebro, no pensé que fuera real; tu cuerpo estaba hecho una piltrafa. Estabas jodido.

En ese momento me percate que estaba vestido y limpio, mi cuerpo estaba entero, podía ver y oler, podía sentir todo de manera correcta.

-No lo sé, solo recuerda las puñaladas que me dio la chica-le respondí intentando destensar la conversación.

En ese momento sentí como el hielo brotaba de la boca de Victor. Entonces un ruido atronador se repitió igual incontables veces, los sonidos de disparos, llenaron mis oídos, afuera se estaba desatando una guerra haya fuera.

-Ya empezó la fiesta ¿Huh?.

Entonces recordé las palabras que había dicho Victoria; “Horda de Infectados”. Solo eso podía ser, entonces pensé en hacer la pregunta.

-¿Contra qué pelean?-me arriesgué a preguntar.

-Pues de los Infectados, de qué más...Bueno ningún ser humano ha invadido este lugar y vivido para contarlo-comentó el.

-¿Infectados?-pregunte confundido.

-Si, los Muertos, los Podridos, Errantes, la razón de esta mierda de mundo en el que vivimos.

Me quedé callado intentando comunicarle que no tenía idea de lo que estaba hablando,entonces Victor abrió los ojos como platos (Recuerdo que ese dia casi se cae de para atrás en la silla).

-¡No puede ser!-dijo exaltado-¡¿Siquiera sabes quien eres?!.

Lo pensé un momento, fue como si me hubieran echado un balde de agua en la cabeza, esa pregunta que me atormenta y que me hace sentir como un extraño en mi cuerpo, entonces mi mente se llenó de taton pensamientos que no pude replegarlos, me volví un caos.Muerte.

-¿Qué es eso?-pensé.

-Escuchaste eso-le pregunté a Victor.

-¿Qué cosa?.

Muerte.Muerte.Muerte.Muerte. Escuche un rechinido leve, y luego ese asqueroso siseo característico, que significa el peligro, Victor se movió rápido como el rayo, se voltio y descargó un disparo de su arma. El cuerpo cayó al piso muerto, dejando un charco de sangre que se expandía a cada segundo.

-Maldición, debieron haber logrado subir-dijo mientras revisaba el cuerpo-Debo avisar a Papá, si hay otro de los vigías Infectados entonces todo se irá al demonio-me volteo a mirar y luego avanzó hacia mi dirección, se sacó de su bolsillo una navaja y cortó las sogas que ataban su torso y sus piernas dejando solo las de sus manos-Hay que largarnos de aquí.

Me levanté de la silla en donde estaba y empecé a seguir a Victor por el salón en donde nos encontrábamos por la puerta por donde entraron él y su hermana, cuando salimos la lluvia ya no estaba, pero a cambio, un olor que parecía una combinación enfermiza a huevo podrido y carne en descomposición se cernía sobre sus narices haciendo respirar una tarea desagradable.

-¡Dios mío! ¡Pongamos a cubierto rápido!-dijo refiriéndose al desagradable olor.

-¿Por qué le disparaste a ese tipo?-le preguntó.

-¿Qué tipo?-respondió sin voltear.

-El que entró a la sala haciendo ese sonido extraño-le aclare.

-¿El Infectado?...Bueno supongo que como no tienes memoria es mi deber cívico explicarte. Los infectados no tienen conciencia, no están vivos, sus corazones dejaron de latir, si uno de ellos te muerde o te rasguña muy profundo es cuestión de horas para que mueras y te vuelvas a levantar, cuando veas uno, dispara a la cabeza-me explico Victor.

-¿Y si no?-le pregunté-¿Qué pasaría?.

-Te devoraría, en carne viva-dijo después de voltearse para seguir su camino.

Caminaba por un pasillo de lámina metálica, todos nuestros pasos resonaban en nuestros oídos como el olor nauseabundo en nuestras narices, de pronto, otro sonido invadió el aire, ese familiar estruendo de balas rompiendo el aire, Victor se precipitó y empezó a correr por el piso de metal con su arma en mano, yo lo seguí como pude y me detuve cuando escuché los disparos en mis narices, entonces el siseo de antes se hizo presente, mis músculos se tensaron al instante, mis piernas se flexionan y se abrieron, entonces un escalofrío se esparció desde los dedos de mis manos hasta todo mi cuerpo, salte y le di una pata de perfil a lo que sea que estuviera detrás de mí, antes de salir volando, pude concluir que alguien por el sonido de los huesos rompiéndose. Tracs. Corrí de regreso, para ver qué era lo que había pateado, entonces contempló la causa de la caída del mundo, algo que me hizo querer no despertar en este mundo. Mis ojos miraban a un ser en descomposición, con su pecho abierto mostrando sus órganos putrefactos, derramando sus líquidos coagulados y sus costillas ahora rotas por el impacto, el siseo no dejaba de sonar, ese hombre…¿Estaba vivo? Esos dientes amarillentos y esas iris plateadas y sin vida, no esta cosa no estaba viva, en ese momento concluí.

-Esto es lo que llaman Infectado-me dije a mí mismo.

El viento comenzó a venir hacia mi rostro. Muerte. Alimento. Manada. Esos pensamientos repetidos una y otra vez, me lege tambaleando, mi cabeza estaba apunto de explotar, demasiados pensamientos, como si fueran traídos por el viento, el ruido de los disparos empezó a alejarse cada vez más, no como si se desplazara, como si una cortina de agua me impidiera oírlo, intente dirigirme al sonido de los disparos, mi cuerpo empezaba a entumecerse, y sentía una gran hambre y una cantidad incontenible de sed. Entonces lo sentí, ese delicioso aromo, ese fragante olor, mi cuerpo se movió sin mi permiso y empeze a correr en la oscuridad buscando la fuente, hasta que sentí como mis dedos atravesaban una superficie blanda, esto hizo el olor mucho más volátil y excitante, mi cuerpo se sumergió en un frenesí que no pude, controlar, mi visión volvió a nublarse, no sabia como pero cada vez sentía como mi cuerpo se fortalecía cada vez más, cada vez que ese gelatinoso y habeses rígido material, como mis sentidos se agudizan y mi atroces hambre y sed se calmaban, mi visión se empezó a aclarar mi cuerpo se sentía refrescado y mismusculos relajado, todo hast que mi visión se restauró, me eche para atrás con la ayuda de mis pies y mire la sangre en mis dedos con horror, mi cuerpo relajado empezó a temblar bajo el peso de la atrocidad que había hecho, y deseé, con todas mis fuerzas una forma de expiar mi pecado. Me hiperventile durante unos minutos en frente del cuerpo de la persona que había devorado, intente limpiar la sangre de mi cuerpo como pude, pero la demi ropa no saldría.

-¿Qué he hecho?-me dije a mi mismo.

El sonido de los disparo empezó a resonar cerca de mí, levanté la vista para conseguir un respaldo visual de los disparos, mi cuerpo se movió antes de que yo me diera cuenta una bala me rozó la oreja, de un momento a otro, pude ver el avance de las balas, por el aire, por desgracia, ver, y que tu cuerpo se mueva a esa velocidad son cosas muy distintas, en medio de la impresión de mis extraordinario reflejos sentía como mi tejido se abría, seguramente eran las balas que esquivaba por los pelos que rozaban mi piel y la desgarraban, entonces me llegaron los sonidos de siseos a los oídos, me voltee rápidamente y sin saber como, levante mi pierna hasta estrellar y atravesar el cráneo de un Infectado, una recomendación, si se baten a duelo mano a mano con unas de esas cosas, que no sea mano a mono, porque solo la textura de su piel da asco, imagine lo de dentro. Sacudí mi pierna con asco, no pude evitar la sensación de vómito, no tanto por el olor que despedían las entrañas del Infectado, sino por la idea de que era igual ellos, en ese momento, mi cuerpo se estaba moviendo por puro reflejo, apegado a la realidad mientras que mi mente horrorizada estaba pasando por Saturno Intentando comprender porque había hecho esa atrocidad, según Victor, los Infectados devoran personas, ¿Que significa? ¿Entonces a verme comido a ese hombre me convierte en un Infectado?. Mi mente en ese momento era capaza de responder esas preguntas, luego estaba el asunto de lo que harían conmigo en el momento que este desmadre terminará, esta gente no parecía tener una buen concepto de la palabra Infectado, no quería ni imaginarme lo que me harían si se dieran cuenta de que devore a uno de ellos en sus narices.

-¡Cierren el muro!-dijo una voz a lo lejos-Activen las Regaderas! ¡Usen todo el Combustible que encuentren!-exclamaba con urgencia,

Era la voz de Hugo. Entonces el horror se convirtió en mi horror, recordé todo lo que me había dicho Hugo apenas conocernos, me había amenazado con acribillarme hasta la muerte, no podía acercarme a él, no con lo que hice. Estaba a punto de alejarme cuando empezó a escuchar los disparos atras mio, me voltee, eran Victor y Victoria, Victor caminaba rengueando, y desde lejos se podía distinguir una mancha roja en el área arriba de la rodilla, Victoria lo ayudaba sirviendo como apoyo, el verdadero problema era lo que estaba atrás de ellos, había tres Infectado siguiéndoles lento pero seguro, y a la velocidad a la que iban Victoria y Victor los alcazarian, mire a Hugo, él pareció estar demasiado inmerso dando órdenes y planificando, no se dio cuenta de los disparos. Entre en un dilema.

-Si los rescato, entonces me volverían a encerrar y sería malo y si huyo al menos uno de ellos no sobreviviría-me volví hacia Hugo, esperando que mágicamente volteara y viera a sus hijos en peligro de muerte. No sucedió-Ahhh…Maldición…

Entonces escuche el grito, me voltee, vi como Victoria descargaba su pistola sobre uno de los Infectado alejándose del brazo de Victor, Hugo se dio cuenta, inmediatamente, dejó todo y empezó a correr, pero los otros dos¿Infectados no daban espera, como si la desesperación los llamara estaban a punto de abalanzarse sobre ellos. Entonces no dudé en la decisión, aún ahora me lo pregunto, ¿Por que los ayude?. Mi movimiento en ese momento fue más rápido que mi pensamiento, cuando me di cuenta mi puño había atravesado el cráneo del Infectado más cercano a ellos, en cuanto al segundo, sentí como el mismo cosquilleo me recorría las manos, como navajas, mis filosas garras negras atravesaron el cráneo del Infectado, pude sentir la textura del cerebro como algún tipo de queso o un pedazo de plastilina, pero fue suficiente, sentí como mis dedos se deslizaban hacia afuera en esa suave plastilina y como el Infectado caía finalmente inmovil al piso, de nuevo el miedo se apodero de mi.

-¿Qué es esto?-dije mientras me miraba las manos.

Mis dedos estaban completamente negros como mis uñas, o mejor dicho mi garras negras de cinco centimetros, me voltee a ver a Victor y a Victoria, ambos estaban en el piso, respirando muy agistados pero sabia que haian visto todo, pero estaban demasiado cansados (Y practicamente desarmados) Como para hacer algo, pero la mirada deVictoria, anque cansada, se notaba una cantidad desgarradora de desprecio. Entonces Hugo apareció, se deslizó hasta donde estaban sus hijos y al mismo tiempo sacó una nueve milímetros, aunque estaba agachado y una distracción clara que era proteger a sus hijos, solo el arma y su mirada fueron suficientes para hacerme retroceder, ese hombre sin importar la magnitud de su desventaja es el único capaz de hacerme retroceder. Estaba apunto de correr cuando sentí como el suelo debajo de mi se movía seguido de eso un estruendo seguido de una exlosion, el suelo parecía de gelatina, se movía como si bailara, hasta que escuche el único sonido de la lámina partiendose, cuando me di cuenta, me estaba precipitando hacia el suelo, las luces habían desaparecido, pero yo podía ver perfectamente, como si fuera de dia, eso me permitió verlos, vi a Hugo, Victor y Victoria, juntos, abrazados como si quisieran inmortalizar su último momento estando juntos, esa imagen convirtió mi temor en ira, luego en tristeza… Y luego en dolor, me moví lo más rápido que pudo, demoliendo cada escombro y biga que se interponía en mi camino, hasta que rodee a los tres con mis brazos, entonces utilice, toda mi fuerza para moverme,y atajar la caída con los escombros,hasta que sin saber cómo, mis pies tocaron tierra, entonces Hgo forcejeo hasta que no tuve más opción que soltarlo, entonces me apunto con sus nueve milímetros, su mirada lo decía todo; Quería matarme.

-Maldito Fenómeno…¡Alejate de ellos!-exclamó enojado.

Como si sus deseos fueran mis órdenes, obedecí, solo veía pasto y bosques, solo quería irme,cualquier opción en ese momento era mejor que morir, entonces iniciaron los siseos, muchos de ellos, Hugo los escucho, con su nueve milímetros, empezó a matar Infectados eficientemente, un tiro a la vez, entonces los siseos se hicieron más fuertes, me voltee, más de una docena de Infectados asomaba hasta donde alcanzaba mi vista.

-Nos rodean-pene angustiado.

Uno de los Infectados se abalanzo hacia mi brazo se movió automáticamente, empleando un gancho mortal que dejó hecha destrozó la cabeza del Infectado, y así acabe con cinco más cuando me di cuenta de la ausencia de los disparos, Hugo se había quedado sin balas, en cambio, empezó a blandir un machete de mango rojo en una mano, y un martillo en la otra, moviéndose eficazmente en círculo, creaba un perímetro en el que protegía los cuerpo inconsciente de sus hijos, el dolor volvió y mis actos volvieron a ser voluntarios, me uní al círculo de protección de Hugo, este no pareció reparar en mi presencia, o bien

se centraba en el problema mayor, poco a poco me acostumbre al olor podrido de los Infectados, pero más aún ahora, sus rostros podridos, pálidos, destrozados y secos rostros de cadáver, más sus cuero llenos de incontables heridas y magulladuras me siguen provocando pesadillas. Hugo empezó a aminorar el paso, tuve impulso de preguntarle si se sentía bien pero rápidamente volvía a su mortal marcha destroza-cabezas mientras que yo me valía de mis filosas garras, patadas y puños (En ese momento la mayoría era un reflejo) Para defenderme, entonces lo persivi, una fuerte pensamiento en mi mente: Alimento. Entonces me voltee, vi una figura humanoide desnuda de la cintura para arriba, vestida con el pantalón de un uniforme militar árido y desgastado, con un rostro demacrado una melena de pelo que le caía cubriendo sus brillantes y salvajes ojos amariilos, antesde que pudiera alar sus garras, me puse en posicion, como si fuera un balón de fútbol, rozando la cara de Victoria, patee la costillas de aquel Infectado elevandolo tres metros con un satisfactorio sonido de huesos rompiéndose.

-¡HUGOOOOO!-grite como advertencia.

Afortunadamente, captó la idea rápidamente, con su machete en mano, decapitó el cuerpo del Infectado, haciendo que cayera inerte al piso.

-¡Llevatelos!....Sácalos de aquí-dijo Huga cargando sus palabras de todo su cansancio.

No podía creer lo que estaba oyendo, definitivamente en ese momento mi conocimiento sobre relaciones humanos era básicamente nulo, pero no le veía lógica que a la persona que amenazó con matarme tres veces y en seguida de la última te había dicho textualmente que te alejaras de sus hijos , viniera y te confiara sus vidas (Hasta las lunas de hoy no le encuentro sentido). Mi primera reacción fue refutar, de su bolsillo, sacó una granada, después de sacar el seguro arrojó la susodicha a los árboles, desparramando las entrañas de todos los Infectados en esa área, luego, me sujetó de lo brazos y acercó mi rostro al suyo.

-Escucha con atención lo que voy a decir-dijo con su voz helada-Vas a ir por ese camino y te los llevarás contigo, te alejaras lo más posible de este lugar y solo regresarán cuando se oculte el sol de mañana, los tres, ni más ni menos, si llegan solo dos o solo tu, date por muerto.

Y así, con su sepulcral misión y amenaza corri, corri y corri, hasta que la luz del sol de la mañana se asomó y deslumbró mi vista, el sol de un mundo en caos, un mundo en ruinas, a cargo de proteger dos de las que no sabía nada, en un cuerpo del que no sabía nada…Que bellísimo panorama. Pronto descubriría que tenía que correr, tenía mucho que encontrar, vengar y comer y ya era hora de empezar a correr.

Seguir leyendo
img Ver más comentarios en la APP
Recién lanzado: Capítulo 1 Prologo   03-26 08:44
img
1 Capítulo 1 Prologo
26/03/2022
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY