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El aroma del amor de mi vida

El aroma del amor de mi vida

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Una chica con su sueño de ser artista frustrado. Un hombre a pocas horas de convertirse en el nuevo dueño de toda una cadena de perfumes. Y alcohol, mucho alcohol. Gala celebra junto a sus amigos que ha ingresado a trabajar a la empresa de unos rusos perfumistas, como su mejor amiga los cataloga. Alessandro va a distraerse con su hermano del cargo que tendrá que tomar en los siguientes días. El destino es extraño, y las decisiones que ambos llegan a tomar no hacen el camino fácil

Capítulo 1 Observa al galán.

Cuando era una niña siempre soñé con ser una artista, mas no de esos que reflejan su arte con cuadros bonitos y dibujos preciosos. Lo mío siempre fue el caos, el demostrar sentimientos por medio de un desastre a pesar de tener talento nato dibujando.

Pero cuando fui creciendo mi sueño se fue alejando mientras la gente me abrumaba por ser una persona inteligente.

"Pierdes el tiempo pintando cuando puedes ser alguien más importante"

"Recuerdas todo con verlo una vez, pintar sería un desperdicio"

Terminé el instituto antes de tiempo y hace poco me gradué sola en una universidad de licenciada de administración.

¿Qué hice en el tiempo sobrante?

Aprendí varios idiomas, aprendí varias actividades y me dediqué a la pintura, fracasando cuando un crítico valoró mi trabajo con un dos de diez mandando toda mi ilusión a la basura. Fue eso lo que me lleva a este momento, mi entrada al mejor antro de la ciudad en celebración por haber entrado a la empresa mejor pagada del momento.

"Aromaty Volkova"

Los Volkov son una familia famosa gracias a las esencias que han lanzado al mercado, tienen muchos locales por varias partes del mundo, teniendo como punto de venta principal el "Volkov Domoy", en Rusia, donde todo el imperio empezó.

¿Qué puedo decir? Leí un poco sobre el lugar donde voy a trabajar.

-¿Me repites cómo conseguiste las entradas? - Santiago me saca de mis pensamientos cuando estaciona.

Santiago Ferrer, veinticinco años y dueño de un taller mecánico bastante conocido. Lo conocí cuando llegué a Madrid, hace tres años.

-Me acosté con el guardia - la respuesta de Teressa lo hace tomar su cabeza entre sus manos - o con el DJ del lugar. Si te soy sincera no lo recuerdo bien.

Teressa Rodríguez, tiene veintitrés años y es la más descarada y coqueta de los tres. Estudia arquitectura y trabaja medio tiempo en un restaurante de comida italiana.

-Deja de ser tan aventada mujer - habla Santi agarrando sus cosas.

-Y tu deja de ser tan virgen hombre - la respuesta de Tess me hace reír.

-Dejen ambos de ser infantiles - me crucé - que hoy habrá sexo para los tres y nadie va a amanecer de mal humor el día siguiente.

Salí del coche y acomodé mi vestido para que no se viera nada de más.

El corto vestido plateado de brillos me hace resaltar cuando algún tipo de luz se posa en mi, el escote en V que deja ver parte de mis pechos hace que me enderece para que luzcan espectaculares, la abertura en la pierna izquierda no impide que camine como toda una diva a pasos largos y seguros, pues las cadenas que cuelgan de la abertura me hacen saber que el viento no mostrará mi ropa interior.

Ropa interior que solo consiste en una tanga con bordes de diamantes, falsos, pero que logran que me sienta divina. Vamos, que podré sentirme un fracaso pero no luciré como uno.

-Si no fuera gay y virgen te juro que te metería al coche y te dejaría inválida - llega a mi lado Santi y pasa un brazo por mis hombros.

Su aroma rápidamente llega a mi nariz. Bergamota y mandarina.

Raro, pero exótico.

-No me quejo si quieres probar la heterosexualidad conmigo cariño - bromeo.

-¿Qué te parece un trío? - propone Tess a su costado - yo he visto tu verga y la verdad si hay unos dieciocho centímetros que dejaría entrar en mi cueva.

-Mira que yo igual, tienes una polla digna de ser probada - le sigo el juego a mi amiga cuando veo el sonrojo de Santi.

-Cuando deje de ser virgen tal vez lo acepte - intenta seguir el juego pero falla estrepitosamente cuando la vergüenza que lo corroe llega a desvelarse en la punta de sus orejas.

Tess y yo soltamos una carcajada mientras él arregla su cabello.

Santiago es el típico chico gay de coquetería descarada que puedes encontrarte en un parque pero cuando te acercas sale corriendo. Su valentía es un asco cuando la persona a la que anda provocando está a menos de dos metros de distancia.

Pasa lo mismo con nosotras, hay confianza suficiente para hablar sobre todo y vernos desnudos, pero cuando sacamos proposiciones que él sabe que podemos cumplir sin tabúes, se acobarda y se hecha hacia atrás mostrando su vergüenza y timidez por medio de orejas sonrosadas y arreglos de cabello constantes.

-Déjenme en paz desgraciadas.

Decidimos no molestarlo más mientras nos acercábamos a la entrada del "Teatro Kapital". Es un edificio de siete pisos, donde los cinco primeros son parte del desorden y todo el desastre que es la vida nocturna y los dos últimos son un restaurante que no tiene nada que ver con los pisos inferiores.

-Tienen que hacer fila - la voz del guardia me hace mirarlo de arriba a abajo. Se ve muy mayor.

Definitivamente él no era el pase de entrada de mi amiga.

-Soy invitada de Matrix Royal - habló Teressa convencida.

¿Matrix Royal? ¿Quién se pone un nombre tan raro?

-¿De Matt? - cuestionó el guardia - ¿Cuál es tu nombre niña?.

-Teressa Rodríguez.

El entendimiento cruzó la cara del guardia y rápidamente se acercó al cordón que impedía el paso.

-Lo siento señorita Rodríguez, desconocía su aspecto. - Se hizo a un lado - Matt está en la tarima.

Entramos como si fuera pasarela, para que cuando nos perdiera de vista pudiéramos gritar y dar pequeños saltitos a gusto.

-¡Oh por dios, si te cogiste al DJ! - exclamé aún riendo.

-Pero si yo no miento - refutó indignada pero sonriendo.

-Es que vamos Tess - se le acercó Santi - un DJ que toque en el Kapital es algo… vaya, algo grande.

-Pues nació para cosas grandes - digo y comienzo a caminar - ahora a ver que tan guapo es su pase de entrada - la observo - una debe saber que tan bueno es el pastel que llevarás a casa.

-Cállate - su sonrojo me dice que es más atractivo de lo que mencionó.

-Cuida 'o - se atreve Santi - que donde está muy papucho te lo cambio de bando.

-Pues si aceptara un trío no me molestaría para nada - vuelve al tema Tess.

-Maldita desahuciada - Su molestia me hace sonreír.

Y la risa me toma cuando veo cómo cruza los brazos sobre su pecho y mi amiga pone los ojos en blanco.

Es que los amo.

Recorremos el tramo hacia donde se encuentra la tarima con un música electrónica, cuando llegamos hasta él una mirada rápida hacia nuestra dirección ocasiona que el DJ haga un scratching cambiando la música que tenía por un reggaetón.

El tal Matrix Royal deja a un muchacho en su lugar y se acerca trotando hacia nosotros. Antes de que alguno de los dos diga algo nuestra amiga sale corriendo a comerle la boca.

-Bueno, eso no parece un simple pase de entrada - menciona Santi.

-A lo mejor es el agradecimiento y el hecho de que quiere sexo esta noche - intento justificar.

Nuestra amiga es la típica rompe corazones que sale de fiesta todos los fines de semana y tiene sexo desenfrenado, solo la vimos enamorada una vez y fue de un hombre que le rompió el corazón al decirle que era casado luego de ilusionarla.

Y el hecho de que se revise la garganta con el DJ frente a nosotros antes de presentarlo es tan sorprendente como el hecho de que Santiago nos diga que ya no es virgen.

-Tal vez tengas razón - susurra mi amigo cuando nos acercamos y ellos se separan.

-Hola, soy Gala - me presento - la mejor amiga de la chica que acaba de comerte la boca.

-Y yo soy Santiago - me sigue Santi - el mejor amigo gay de la loca que tienes agarrada de la cintura.

Mi vista recae en la mano del chico y miro a mi amiga con una sonrisa que indica que intuimos que es más que un pase para una noche de fiesta.

-Un placer chicos - nos saludó a ambos - soy Matthew, el DJ.

-Lo notamos - respondí sonriendo.

El chico era alto, tal vez media cabeza más que mi amiga si le quitamos los tacones, sus ojos no se veían por la interferencia de luces en el entorno, su cabello era naranja, pero no natural, y tenía una bandana verde que hacía par con el resto de su atuendo.

Nada mal conociendo los gustos de Tess.

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