Trabajé de jornalero en una pequeña granja y allí encontré mi pasión -- Los caballos.
Conocí a una hermosa chica de la que me enamoré ciegamente. Cuando iba a proponerle matrimonio apareció un hombre mayor de buena posición económica y la hermosa rancherita decidió que era mejor casarse con un hombre rico y no oír su corazón que según ella me amaba a mí.
La vi pasar por un año entero con su esposo frente a mí. Me coqueteaba a espaldas de su marido y yo joven y tontamente enamorado esperaba que un día lo dejará por mí. Hasta que un día me dijo que jamás dejaría su vida de comodidades por un pobreton como yo.
Su humillación y el hecho de que jugará con mis sentimientos llenó mi corazón de más decepción y enojo contra las mujeres. Odie ser objeto de comparación y sentir que siempre perdía.
Tomé mis cosas y mis ahorros ganados con tanto esfuerzo y salí en busca de mi futuro. Lo hallé un año después cuando el dueño de un pequeño criadero de caballos con el que yo trabajaba enfermó y su hijo vino por él para llevárselo y así poder cuidarlo.
Fue en todos mis años el acto de amor y de agradecimiento que marcó mi vida. El noble anciano y su hijo me vendieron el pequeño criadero de caballos en una suma ridícula. Pero que yo podía pagar.
Sus palabras me dieron fuerzas y mucha esperanza. Aun las recuerdo y me dan fuerzas apesar de que él murió dos años después de marcharse con su hijo. Me dijo: Escucha Peter, nadie puede robarte tus sueños si fijas tu meta en conseguirlos. No escuches a quien te diga que no puedes. Escucha tu corazón y persigue lo que deseas. Con esfuerzo y trabajo conseguirás hacer crecer este pequeño criadero y tener una gran hacienda -- Tienes todo lo que necesitas para ser un vencedor.
Sus palabras me dieron la fuerzas y su gesto de venderme su criadero me dio las herramientas para conseguirlo.
Y tal como me lo dijo, trabaje muy duro y año tras año poseía más tierras y más caballos. Luego reces y después ovejas y mi hacienda tomó lugar entre las mejores y más cotizadas de la zona.
Ahora era un hombre muy rico..
Mis hombres me respetaban y contaba con buenos trabajadores y el respeto de otros hacendados. Ahora yo era el objeto de deseo de señoritas de la alta sociedad. Empecé a creer que podría elegir a la mejor y a mi antojo. Mi orgullo me llevó a elegir la peor de ellas.
Hermosa, engreída e hija del gobernador. Codiciada por muchos. Estuve a punto de casarme con ella. Por su belleza y por su apellido. Hasta que una tarde llegué a su casa de sorpresa con un hermoso regalo de compromiso y la escuché hablar con sus amigas sin que ella se diera cuenta.
Tienes que ir de viaje a París con nosotras Tania después de que te cases con ese ranchero.
Lo haré Julia, una vez que me case me fingire enferma y que necesitaré descanso y me iré a casa de mi tía y allí pasaré mi verdadera luna de miel con Fransua -- Él está de acuerdo en esperarme y una vez casada y con suficiente dinero para gastar dejaré a Gallager con las ganas y me iré a disfrutar con Fransua de su dinero.
¡Eres increible Tania! -- ¿Como has podido fingir que lo quieres todo este tiempo?
Papá no quiere a Fransua -- ¡Pero yo lo amo! -- Y si tengo que casarme con Peter Gallager para complacerlo ¡lo haré! Y después de seis meses me divorciare de él y me iré a vivir con quien amo. Engañare a ese idiota igualado y sin que se entere me llevaré la mitad de su fortuna.
Jajaja -- ¡Te envidio! -- Tiene tanto dinero y además es guapo.
Puedes quedarte con él cuando me vaya. O convertirte en su amante -- A mi eso no me importa.
Entonces -- Yo me apunto -- Cuando te vayas a París con Fransua yo tomaré tu lugar en su cama -- Jajaja..
Las risas de esas mujeres y oír como hacían planes con mi vida y mi dinero me hizo sentir asco.
Salí de esa casa y me fui a París con una jovencita del pueblo. Humillando a la hija del gobernador. No sin antes hablar con su padre y decirle todo lo que había oído.
No pudo desmentirme, al oír el nombre de Fransua sabía que decía la verdad.
Una vez en París, sentí lástima de la pobre chiquilla y le di un trato digno. Una habitación junto a la mía y dinero suficiente para su presente y para que pensará en su futuro.
Se quedó en París, aprendiendo pastelería en una escuela de cocina. Y yo volví dispuesto a jamás entregar mi corazón.
Año tras año trabajando duro y viendo coronados mis logros. Año tras año volviéndome más duro y cerrado ante el amor. Mujeres venían y buscaban conquistarme y yo las repelia como a moscas.
Hasta que un día mi veterinario en jefe se enfermó y envió al doctor Lasiter.
Patrón el doctor llegó -- Esta con Destello -- Le dijo Tulio su jefe de cuadra.
Espero que no me diga que hay que sacrificarlo, no ha querido comer nada en días y no quiere levantarse desde que murió su madre.
Se lo mucho que significa para usted Destello patrón y créame que lo siento mucho.
Gracias Tulio -- Veamos que dice el nuevo veterinario. Williamson lo recomendó por encima de los otros veterinarios. ¡Veamos que dice!
Cuando iba llegando a la calleriza donde estaba mi caballo oí risas -- Risas de mujer.
Jajajaja -- ¡Así no se comporta un caballero! -- Pero te perdonare si me regalas tu última manzana o esta zanahoria --¿Que dices?
Jajaja -- ¡Esta bien! Son tuyas -- Toma cometelas todas -- Jajaja -- ¿Sabes qué? Ya que tienes tanta hambre, debería prepárarte un cereal -- ¿Que te parece? Avena, manzana y miel.
Mi caballo jugaba con ella como potro enamorado. No se había levantado en más de tres días y esperaba oír que lo tenía que sacrificar porque no quería vivir. Y ahora ante mis ojos comía y jugaba como un potro feliz acariciado por esa preciosa mujer que reía junto a él.
¿Voy a prepararle el cereal patrón? Ahora que está tan animado con la veterinaria -- Sí, Ve Tulio -- Estaba asombrado, alegre, confundido, aliviado y extasiado ante la belleza de esa mujer.
Caminé hacía ella sin quitarle la mirada de encima, me miró y se quedó inmóvil mirándome acercarme a ella. Sus ojos me decían que le atraía y los míos decían lo mismo -- ¡Me gustas!
Quedamos frente a frente y sus ojos color miel se me metieron en el alma, quite un mechón de su cabello y acaricie su mejilla.
Jamás me imaginé acercarme así a una desconocida y que ella sintiera las mismas ganas de besarnos como las que sentia yo y que podía ver también en sus ojos. Estábamos sumergidos en un hechizo desconocido para los dos.
Acaricie sus labios y sentí como le robaba el aliento y como el mío se entrecortaba. Cuando iba a besarla Destello puso su cara entre los dos.
Y ambos empezamos a reír..
Con cara de sorpresa al oírme reir, Tulio apareció con el cereal para Destello.
¡Aquí tiene patrón! -- Dijo extendiendo el balde con el cereal para mi caballo.
¿¡Patrón!? -- Dijo, dando dos pasos hacía atrás y su rostro palidecio y luego se sonrojo y volvió a palidecer.
No se preocupe señorita. Yo tampoco me presenté -- Soy Peter Gallager.
Un gusto señor Gallager -- Soy Camila Lasiter. La veterinaria que cubrirá al doctor Williamson mientras él este en recuperación -- Si -- Si no le molesta claro..
¡No! En lo absoluto. De hecho usted ha hecho un milagro con Destello y le estoy muy agradecido -- Esto deja muy en alto su capacidad como doctor. ¡La felicito! Y le doy la bienvenida.
--¡Gracias señor!
Tulio, quiero que te encargues personalmente de que nadie y dije -- ¡Nadie! -- Moleste a la doctora. Vino a trabajar -- ¡Está claro!
¡Si señor! -- Esta más que claro patrón.
Bien -- Me alegro de que este aquí señorita -- Sea bienvenida doctora.
La timidez que dibujaba su rostro me llenaba el pecho de un calor singular que no había sentido nunca. Y aún no me recuperaba de las emociones que me llevaron a acariciar su rostro y casi -- lamentablemente casi -- a poder besarla.