/0/708/coverbig.jpg?v=1e3705b4b569b8960de57bab0c9f0a0f)
El día que fue a un bar a buscar a su novio, confundió a un extraño con él. El beso que aterrizó en sus labios fue solo por alcohol. Sin embargo, ella ya había encendido la llama de su corazón. Sabía que ella era la que quería. No importaba que tratara de huir de él, él siempre podría recuperarla.
La ciudad de noche vibraba y resplandecía. Las calles estaban llenas de tránsito de autos y autobuses, mientras los letreros titilaban sin parar. Durante estas noches largas y solitarias, mucha gente trataba de encontrar formas de aliviar el estrés y desahogarse, dando vida a la ciudad.
En un club privado exclusivo en el principal distrito comercial de la ciudad, hermosas acompañantes ligeras de ropa se paseaban de acá para allá. En este lujoso establecimiento, el olor a alcohol y toda clase de perfumes caros impregnaban el aire. Las mujeres, que vestían de ropa preciosa y reveladora, llevaban mucho maquillaje.
Junto a la puerta de un cuarto privado, había una chica de vestido beige, de aspecto inocente y fuera de lugar. No llevaba maquillaje y, como era de esperarse, sus grandes ojos llorosos llamaban mucha atención en un lugar tan exuberante.
Tenía el ceño fruncido y el rostro un poco pálido. Con la mano derecha, se aferraba a la correa de su bolso.
"Señorita, ¿la puedo ayudar en algo?", preguntó amablemente un camarero que la observaba con curiosidad al pasar junto a ella.
Sin embargo, la chica solo le dirigió una mirada fugaz y dijo: "No, gracias". El corazón del camarero dio un vuelco al ver esos ojos tan tristes.
Y la voz, aunque rasposa, era bastante serena, con un aire desesperanzado.
Al escuchar su respuesta, el camarero se alejó de ella al instante.
Ivanka Su respiró hondo, extendió la mano y giró el picaporte de la puerta. Apenas la entreabrió, se oyeron risas y música a todo volumen. Mordiéndose el labio, abrió la puerta con todas sus fuerzas. La música estridente, la risa estruendosa de los hombres y las mujeres encantadoras, que coqueteaban con ellos, junto con el olor a cigarrillos y vino, recibieron a Ivanka.
Nadie parecía haber notado su llegada; todos seguían hablando, comiendo y bebiendo. En el largo sofá, un grupo de hermosas mujeres se le echaban encima a un hombre de aspecto desaliñado. El hombre era increíblemente guapo, de nariz griega, ojos tentadores y una sonrisa encantadora apenas perceptible. Parecía un cazador que podría conseguir lo que quisiera, del que ninguna mujer podría escapar.
En ese momento, su rostro estaba un poco sonrojado. Sostenía a dos mujeres en su brazo y no dejaba de besar y tocarlas por todas partes.
Ivanka se acercó a él sin decir nada. Pero lo miraba fijamente, sin ocultar su decepción.
Una linda chica junto al hombre le dio unas golpecitos suaves mientras observaba a Ivanka con sus ojos lustrosos, luego, con el ceño fruncido, dijo: "¡Pero si es la nuera de la familia Xu!".
Ivanka fijaba la mirada en el hombre, hizo todo lo posible por contener su ira y por fin dijo: "Bruce, tienes que venir a casa conmigo".
Bruce Xu la rechazó con una mueca de desprecio y gritó: "¿Qué dijiste? ¡No te oigo!". Al decir eso, rodeó con el brazo la cintura de la mujer a su lado, y la gente a su alrededor se echó a reír.
A pesar de esto, Ivanka logró mantener la calma. Levantando la voz, repitió con calma: "Bruce, ven a casa conmigo".
"¿Ir a casa?". Con una leve sonrisa, Bruce la miró y respondió: "¿Qué casa?". Besando a la mujer a su izquierda, continuó: "¿La casa de Mary?". Luego, dio un mordisco amoroso a la mujer a su derecha y dijo en un tono juguetón: "¿O quizá la casa de Candy?". Echó un ojo a Ivanka y comentó de una manera bastante provocadora: "Tengo muchas casas. Si no lo aclaras, ¿cómo sé a qué casa quieres que vaya?".
Para entonces, el rostro de Ivanka se había vuelto pálido, pero las luces de la habitación lo iluminaban, dándole un color azul eléctrico.
Mirando a Ivanka, Bruce simplemente se burló de nuevo y expresó en tono burlón: "Ivanka, ¿de verdad crees que eres parte de mi familia solo porque nos casamos?".
"Ven conmigo a casa", repitió Ivanka por tercera vez.
"¡Está bien!", le gritó Bruce mientras acariciaba el muslo de la hermosa mujer a su lado. Todo el mundo los estaba observando. Alguien apagó la música y la habitación enmudeció.
Con una leve sonrisa, Bruce miró a Ivanka y señaló una docena de copas de vino en la mesa. Prosiguió: "Si puedes beber doce copas de vino, me iré a casa contigo".
Aturdida, el rostro de la chica empalideció aún más. ¿Doce copas? ¡Ni siquiera había probado un sorbo de vino!
Bruce, levantando las cejas, se burló de ella y le preguntó: "Entonces, ¿lo harás? Si no, ¡deberías irte de aquí!".
Ivanka cerró los ojos y respiró hondo. Después de juntar coraje, tomó una copa de vino y se la bebió de un trago. Se sentía desagradable, como si el vino le hubiera prendido fuego a la garganta. Apenas podía terminar una copa, mucho menos doce.
"Solo beberé una". Bruce tan solo sonrió y dijo: "¿No escuchaste lo que dije? ¡Tienes que beber las doce copas!". De repente, la multitud comenzó a vitorear entusiasmada. Los gritos y aplausos eran tan fuertes que Ivanka se sentía aturdida.
A la vista de todos, no tenía más opción que beberlas. A medida que pasaban los minutos, se veían más copas vacías sobre la mesa. Con cada sorbo, se sentía cada vez más incómoda.
"Seis...".
"Siete...".
"Ocho...".
"Nueve...".
"Diez...".
"Once...".
La multitud siguió vitoreando y gritando, sin percatarse de que Ivanka estaba empezando a actuar de manera extraña.
Poco a poco, se le nublaba la vista. Sentía el estómago caliente, al poco tiempo, tenía todo el cuerpo afiebrado.
Era obvio que ya no podía seguir bebiendo.
'¡No, no puedo darme por vencida! ¡Bruce debe irse a casa! Porque...'. Si él no volvía con ella esta noche, no sería capaz de perdonarlo jamás.
Apretando los dientes, se quedó mirando la última copa de vino en la mesa. Con la cara enrojecida por el alcohol y las manos temblorosas, trató de agarrarla y echó una mirada a Bruce.
El semblante de Bruce se oscureció apenas la vio. Todos observaban entusiasmados cómo Ivanka se tomaba la última copa. Nadie pudo evitar aplaudirla por su valentía.
Pero, a diferencia de los demás, que parecían estar pasando el mejor momento de sus vidas, en el rostro de Bruce solo había indiferencia.
Ivanka dio vuelta la copa vacía, que no cayó ni una gota de vino. Luego, miró a Bruce y le sonrió sutilmente, como si se estuviera burlando de él.
"Listo. Ya está. Ahora tienes que venir conmigo", dijo esto con cuidado, palabra por palabra, como si no estuviera borracha en absoluto. Sostenía la cabeza erguida, tan tranquila y orgullosa como siempre.
Esto enfureció tanto a Bruce que lo único que quería era derrumbar esa fachada de calma y aplastarla. Quería verla llorar arrepentida y pedir perdón, ya que de no haber sido por esta mujer, habría podido quedarse con el amor de su vida. Además, no tendría que vivir así a diario.
De repente, Bruce dijo con desprecio: "Parece que puedes aguantar el alcohol después de todo, Ivanka. Pero, ¿por qué actuaste tan inocente antes?".
"Bruce...". Antes de que ella pudiera terminar, Bruce la interrumpió. "¡Basta! ¡Deja de decir tonterías! Dijiste que querías ir a casa, ¿verdad? ¡Iré contigo!", gritó, perdiendo por completo la paciencia. Después de decir eso, abrazó a una mujer hermosa y la besó apasionadamente. Le acarició la cara con delicadeza y le dijo con pesar: "Cariño, tengo que irme a casa por ahora. Nos vemos mañana". La hermosa mujer le dedicó una sonrisa picarona y miró a Ivanka, como burlándose de ella por no haber conseguido el amor de un hombre.
Tras ser expulsada de su casa, Harlee se enteró de que no era hija biológica de su familia. Se rumoreaba que su empobrecida familia biológica favorecía a los hijos varones y planeaba sacar provecho de su regreso. Inesperadamente, su verdadero padre era multimillonario, lo que la catapultó a una inmensa riqueza y la convirtió en el miembro más apreciado de la familia. Mientras esperaban su desgracia, Harlee poseía en secreto patentes de diseño valoradas en miles de millones. Por su brillantez, fue invitada como mentora a un grupo nacional de aviación, atrajo el interés de varios pretendientes adinerados y llamó la atención de un misterioso personaje, ascendiendo a la cima del mundo.
El día de su aniversario de boda, la amante de Joshua drogó a Alicia, que acabó en la cama de un desconocido. En una noche, Alicia perdió su inocencia, mientras la amante de Joshua llevaba a su hijo en el vientre. Desconsolada y humillada, Alicia pidió el divorcio, pero Joshua lo consideró una rabieta más. Cuando finalmente se separaron, ella se convirtió en una artista de renombre, admirada por todos. Consumido por el remordimiento, Joshua se acercó a su puerta con la esperanza de reconciliarse, solo para encontrarla en brazos de un poderoso magnate. "Saluda a tu cuñada", dijo este.
Hanna Müller es una atractiva estudiante de medicina, que tiene a su cargo a su hermana de ocho años Mia, tras la muerte de su madre hace ya dos años, ella es su única familia. Para poder mantenerla a ambas, Hanna, de día, estudia medicina, pero por la noche hace de acompañante en una agencia de hombres millonarios. Dentro de sus normas, está no tener sexo con sus clientes, además ella tiene novio. Por otro lado, Roy William Miller, es el CEO, tras su padre, Norman Miller, retirarse el año anterior, lleva la dirección del Grupo Miller, aunque comparte sus acciones con sus hermanos, entre ellas está su melliza Alian. La razón por la que trasladó a la sede central de Miller en Londres es porque quería estar cerca de su hermana, ya que no se fiaba del marido de ella. Una noche descubre a su cuñado con otra mujer, una atractiva y deseable mujer que despierta su interés, al igual que su irá al descubrir que esa preciosidad es una mujer que se vende por dinero. Cosas suceden al mismo tiempo que lo cambia todo. Lo principal Mia, la hermana de Hanna, sufre un accidente, que necesita de una operación y una rehabilitación muy larga. Sólo le queda aceptar la propuesta del maldito CEO de ser su amante por un año, sin ninguna restricción por su parte, excepto la de enamorarse.
Como simple asistenta, enviar un mensaje al CEO en plena noche para solicitar películas pornográficas fue un movimiento audaz. Como era de esperar, Bethany no recibió ninguna película. Sin embargo, el CEO le respondió que, aunque no tenía películas para compartir, podía ofrecerle una demostración en directo. Tras una noche llena de pasión, Bethany estaba segura de que perdería su trabajo. Pero en lugar de eso, su jefe le propuso: "Cásate conmigo. Por favor, considéralo". "Sr. Bates, está bromeando, ¿verdad?".
Allison se enamoró de Ethan Iversen, el futuro alfa de la Manada Moonlight Crown. Siempre quiso que él se fijara en ella. Sin embargo, Ethan era un alfa arrogante que pensaba que una débil omega no podía ser su pareja. El primo de Ethan, Ryan Iversen, que había vuelto del extranjero y era el verdadero heredero de la manada, nunca intentó conseguir el puesto ni mostró ningún interés por él. Era todo un alfa playboy, pero cuando regresó a la manada, una cosa cautivó sus ojos y fue Allison.
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".