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Astrid no es lo que parece, le hizo imaginar a Matt que era lo mejor para su vida y que él tiene la culpa de todo, principalmente de que hayan perdido a su hijo. Una manipulación absolutamente fuera de control, a tal punto de tratar de hacerlo abandonar su banda, con la cuál ha conseguido ser alguien en esta vida, mejorar económicamente y pasar momentos inmejorables. Es ella o el heavy metal, eso es lo que le hizo elegir ubicándolo entre la espada y la pared. Matt, volverá a encontrarse con Abi, una chica totalmente distinta, una excelente persona, aunque llena de miedos y con un pasado deprimente. Establecerán un nuevo romance, muy difícil al principio pero que irá mejorando con el tiempo. Astrid, celosa y sabiendo que ha perdido todo lo que tenía, intentará romper este vínculo.
MATT:
No lo puedo creer, no caigo, mi mente no me deja progresar, son dos amores, son mi vida entera ¿Cómo hago? No quiero quedar como un idiota delante de la gente que por lo menos un poco de aprecio tiene hacia mí, aunque deben pensar que lo soy de tantas advertencias que me han dado. Es una elección muy difícil, nadie me puede ayudar en esto. Si pido opiniones, me confundiré aún más. ¿Necesitaré un psicólogo? Me lo han recomendado muchas veces, pero me niego, no sé qué es lo que me hace negar a ir ¡Estoy tan mal! ¡Tan mal! Creo que voy a perderlo todo, siento que va a ser así. No creo merecerlo, o quizás sí. Parezco bipolar, doble personalidad, ya ni se quién soy. Dos amores que me han acompañado en los años más bellos de mi vida. Basta Matt, deja de ser un tonto, me digo a mí mismo.
Este camino que lleva al gran parque de la ciudad me hace recordar viejas épocas en las que volvía a casa sin importar nada, donde fui totalmente feliz, o eso creía. Es todo verde, con grafitis en las paredes de la casa, que pintábamos con mis amigos que hoy ya no están, todos con nombres de bandas que nos gustaban, y algunas que otras calaveras estilo demoniacas. Que lindos recuerdos, que lejos quedo todo eso, el éxito arruina, cada vez estoy más consciente de eso.
Un hermoso recuerdo me viene a la mente y me saca una sonrisa, una sonrisa con mucho dolor a la vez por todo lo que ha pasado en este último tiempo. Miro hacia la derecha del camino, y veo el kiosco donde la conocí a ella. Recuerdo que estaba vestida de negro, y el impacto que género en mí con sus ojos azules y su sonrisa que le generaban los hoyuelos en sus cachetes fue muy grande, simplemente me enamore a primera vista.
¡QUE HERMOSA MOROCHA! Decía en mi interior...
Era inalcanzable para un pobre metalero con pelos locos como yo...
En ese momento estaba con los chicos de la banda, excepto Axel el bajista que se había ido a la casa de su novia apenas había terminado nuestro show, entonces habíamos quedado cuatro: Frank (Baterista), Gianluca (Guitarra principal) Eddie (segunda guitarra) y yo, el cantante.
Nos sentamos todos en un banco frente al kiosco. Íbamos allí después de cada recital a tomar cerveza, siendo que se nos hizo costumbre, como una tradición de la banda.
Eddie la ve primero, agarra un par de envases de cerveza vacío y al oído me dice:
-Mira esa morocha, que linda que es. ¿Vas tú o voy yo? Pregunto, porque eres medio miedoso.
-Voy yo, siento que esta vez me toca a mí. Le respondo entre risas.
Había ido a comprar un par de cervezas pero con la intención de hablar con ella, algo raro en mi porque me costaba arrancar las conversaciones con las chicas porque siempre me han mirado raro por mi forma de ser, de vestir, creían que era un tonto todo de negro, con zapatillas Jordan que no combinaban con lo demás, para ellas, que no eran de mi tipo en realidad, era un hombre ridículo, además de un drogadicto, pero no, era diferente, sabía que me podía aceptar o por lo menos dirigirme la palabra. Lo que más me gusto de Astrid fue su actitud ante mí, y me compró totalmente con su remera de Ratt y su campera de cuero con parches de Metallica e Iron Maiden. Para mí, que era un rarito (si, perdón, ave ces parece que me odio) ella era la perfección en persona. Siempre fui de idealizar a la persona que quiero que esté a mi lado y ella cumplía todo lo que me imaginaba aunque todavía me faltaba conocerla, conocer su personalidad, sus miedos, objetivos y demás. En ese momento estaba lleno de preguntas, porque todos los de nuestro estilo, nos juntábamos en el bar, que antes era una discoteca, donde con mi banda, cada tanto subíamos a tocar música pesada para unos cientos de "fans" que por aquellos tiempos eran nuestros fieles seguidores ya que éramos solo una banda local de Santa Fe, Capital. Argentina. Este lugar se llamaba: Bar Metalhead, nombre muy básico para los que conocemos y estamos involucrados en este género musical. Para otras personas era un bar que los excluía con su nombre y su ambiente ya que no encajaban con nuestra forma de ser. Estábamos siempre en una zona de confort, era lo mejor de la ciudad. Tenían las mejores pizzas de la zona, nunca encontré un lugar que las haga mejor. ¡Además hasta sushi vendían!
La pregunta era: ¿Por qué nunca había visto a Astrid?, lo cual me generaba una intriga tremenda, pero era buena forma de seguir la conversación, ya que es algo típico preguntarle a alguien de donde es, con quien se junta y demás, para romper el hielo, claro.
La sonrisa se me borro de la cara cuando recordé lo que me agobiaba...
TENGO QUE ELEGIR ENTRE EL PUTO METAL Y LA PERSONA QUE MAS AMO, LOS DOS AMORES DE MI VIDA, LO QUE MUCHO ME HAN DADO. No lo puedo creer. Estoy entre la espada y la pared.
Hanna Bastem, es una mujer lobo que está enamorada de su jefe. Mateo Handrick es un humano con demasiados problemas de ego, multimillonario y jefe de un sector de la mafia dominante en la ciudad de Nueva York, quien siente lo mismo por su secretaria. Saben que se gustan, pero que su amor, es algo sumamente prohibido, más para Hanna, quien oculta su verdadero ser. Mateo está casado con Emma, mujer que lo ha acompañado durante un gran tiempo en su vida, pero que tiene ciertos secretos oscuros. La ciudad está atravesando una serie de hechos que llevan al caos y a la incertidumbre sobre quien manda en Nueva York. ¿Los mafiosos? ¿Los lobos? ¿O los vampiros evolucionados? ¿El amor lobo y humano es posible?
Acusada de asesinato, la madre de Sylvia Todd fue considerada una traidora por toda la manada, condenando a Sylvia a vivir el resto de su vida sola y humillada como una humilde esclava. Lo único que quería la chica era demostrar la inocencia de su madre de alguna manera, pero el destino nunca parecía estar de su lado. A pesar de todo, Sylvia nunca perdió la esperanza. Como el futuro rey licántropo de todos los hombres lobo, Rufus Duncan poseía un gran poder y estatus, pero tenía una inexplicable reputación de ser cruel, sanguinario y despiadado. Sin que todo el mundo lo supiera, había sido maldecido hacía mucho tiempo y se veía obligado a transformarse en un monstruo asesino cada luna llena. Aunque el destino no siempre favorecía a los dos, unió a Sylvia y Rufus como pareja predestinada. ¿Se hará justicia para la madre de Sylvia? ¿Podrán ella y Rufus desafiar todas las normas sociales y permanecer juntos? ¿Tendrán estas dos almas desafortunadas un final feliz?
Durante diez años, Daniela colmó a su exesposo de un amor inquebrantable, solo para descubrir que no era más que un chiste para él. Humillada, pero decidida, se divorció de él. Tres meses después, Daniela regresó a lo grande. Ahora era la CEO oculta de una marca líder, una diseñadora codiciada y una rica magnate de la minería, y su éxito se reveló en su triunfal regreso. Toda la familia de su exesposo se abalanzó sobre ella, desesperada por implorar su perdón y suplicar otra oportunidad. Sin embargo, Daniela, ahora querida por el famoso Sr. Phillips, los miraba con gélido desdén y dijo: "Estoy fuera de su alcance".
Henrik, un joven paranoico de una familia rica, creía que las mujeres eran oportunistas y materialistas. Y por eso que consideraba a Noreen una mujer frívola que lo desdeñaba por su discapacidad. Para vengarse de la muchacha, se disfrazó de mecánico de automóviles y se casó con ella. Al principio, se puso la máscara de un esposo amoroso que se preocupaba por su esposa, pero en realidad, no sentía nada por ella. Todo era una estratagema para que ella cayera en su trampa. Sin embargo, una cosa llevó a la otra y el plan de Henrik lentamente se salió de su control. No fue hasta que finalizó el divorcio que se dio cuenta de lo tonto que había sido. Comprendió que Noreen no era como otras mujeres en absoluto y que estaba locamente enamorado de ella. Hizo todo lo posible para recuperarla. Pero Noreen frunció el ceño y se burló: "Señor Sanchez, debes haberme confundido con otra persona. Nunca me casé contigo. Mi exmarido era solo mecánico de autos, y tú eres el hombre de negocios más rico del país. No creo que comparten ningún parecido entre ustedes dos. Por favor, te agradecería que dejaras de molestarme". Devanándose los sesos para encontrar la forma de reconquistarla, Henrik soltó: "Para ti, puedo volver a ser ese mecánico de autos. Estoy dispuesto a renunciar a todo lo que tengo para reparar los daños. Por favor, regresa a mí, cariño". Eso dejó a Noreen totalmente soeprendida. ¿Qué le estaba pasando a ese hombre arrogante?
Lucía Balstone pensó que había elegido al hombre adecuado para pasar el resto de su vida, pero fue él quien acabó con su vida. Su matrimonio de diez años parecía una broma cuando su esposo la apuñaló con una daga. Afortunadamente, Dios nunca está ciego ante las lágrimas de las personas. Lucía tuvo una segunda oportunidad. Ella renació a la edad de 22 años, antes de que sucedieran todas las cosas terribles. ¡Esta vez, estaba decidida a vengarse y dejar que aquellos que la lastimaron pagaran! Hizo una lista elaborada de sus objetivos, y lo primero en su lista era casarse con el peor enemigo de su exmarido, ¡Alonso Callen!
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Recibí un video pornográfico. "¿Te gusta este?" El hombre que habla en el vídeo es mi marido, Mark, a quien no veo desde hace varios meses. Está desnudo, con la camisa y los pantalones esparcidos por el suelo, empujando con fuerza a una mujer cuyo rostro no puedo ver, sus pechos regordetes y redondos rebotan vigorosamente. Puedo escuchar claramente los sonidos de las bofetadas en el video, mezclados con gemidos y gruñidos lujuriosos. "Sí, sí, fóllame fuerte, cariño", grita extasiada la mujer en respuesta. "¡Niña traviesa!" Mark se levanta y le da la vuelta, dándole una palmada en las nalgas mientras habla. "¡Levanta el culo!" La mujer se ríe, se da vuelta, balancea las nalgas y se arrodilla en la cama. Siento como si alguien me hubiera echado un balde de agua helada en la cabeza. Ya es bastante malo que mi marido esté teniendo una aventura, pero lo peor es que la otra mujer es mi propia hermana, Bella. ************************************************** ************************************************** ********************** "Quiero divorciarme, Mark", me repetí por si no me escuchó la primera vez, aunque sabía que me había escuchado claramente. Me miró fijamente con el ceño fruncido antes de responder fríamente: "¡No depende de ti! Estoy muy ocupado, ¡no pierdas el tiempo con temas tan aburridos ni trates de atraer mi atención!" Lo último que iba a hacer era discutir o discutir con él. "Haré que el abogado le envíe el acuerdo de divorcio", fue todo lo que dije, con la mayor calma que pude. Ni siquiera dijo una palabra más después de eso y simplemente atravesó la puerta frente a la que había estado parado, cerrándola con fuerza detrás de él. Mis ojos se detuvieron un poco distraídamente en el pomo de la puerta antes de quitarme el anillo de bodas de mi dedo y colocarlo sobre la mesa. Agarré mi maleta, en la que ya había empacado mis cosas y salí de la casa.