Un juego del destino

, Estado

la empresa. Emma era un analista de riesgo en una importante empresa internacional que tenía la cede en Alemania, era la mejor en su trabajo, había sido la mejor empleada consecutiva dura

rritado. Emma abrió los ojos y presionó su mandíbula con dureza, giró su mirada hacia la puerta que vio a través del cristal humedecido por el agua y el vapor. — ¿Emma? —volvió a gritar, ella una y otra vez se había preguntado por qué estaba comprometida con un hombre que era todo lo contrario a ella. Al comienzo había sido amable, la adoraba, le daba sus

smo la corbata? —él inten

nsé qué la habías

ido sarcasmo contenido de su parte. — ¿Recuerdas donde la pusiste

e la puerta del armario.

asintió regresando a buscar la corbata, Emma regresó y a toda prisa recuperó lo que tenía que hacer para salir exactament

amioneta para marcharse a trabajar, Jamie subió en el a

eando en su celular, ella detuvo el auto cuando escuchó eso, él giró a mirarl

cuatro días? Quedamos que la boda sería lo más senc

n amigos de

ay cierta cantidad de platos que se dará a los invitados, no puedo

lar y tecleó mientras ella intentó controlar su molestia. Regresó la mirada a la calle y siguió manejando, cuando iba en el camino repasó todo lo de la boda: Ella había pagado TODO. Toda la recepci

aban, Jamie era el jefe de personal y ella una ana

es de que cada quien subiera a su elevador que los llevaría a

ración, —“¿Cómenos juntos como siempre a la misma hora?” —dijo en voz alta en un tono irónico. Al llegar a su área, hizo s

irecta, levantó la mirada de

a Byrne la miró

talla con clave, siguió a la señora Byrne y entró con ella a su oficina. Le ofreció la silla y Emma se sentó, esperando su jefa empezara a decir algo. —Bueno,

ora Byrne.

de ahora una vez que te cases? —Emm

o no tienes q

sis y el cuantificar todos los riesgos que has hecho con bancos y otr

s…—sonr

s días. —Emma asintió. — ¿Qué te parece si a partir de ho

—pregu

i cuenta, ve al spa, a la sauna, relájate para lo qu

almuerzo? Quiero hacer u

en tu boda, —la señora Byrne

antes de irse dos semanas de vacaciones, se entretuvo toda la mañana ordenando su oficina y reacomodando todo, cuando llegó el almuerzo, llamó a su prometido, pero no contestó. Le

bre giró su ros

¿Ya vas a i

Jamie, ¿Lo has visto

a almorzar, dijo algo

ó pensando por qué Jamie no le avisó que saldría a comer fuera, diez minutos después estaba llegando al edificio de departamentos, bajó la caja bajo su hombro y mientras subió las escaleras repasó mentalmente la cantidad

levantó sus zapatillas para llevarlas al armario, cruzó el pasi

Jamie, Emma entró al armario y se acercó al mueble donde tenía una pared con todas las zapatillas de tacón alto y en el hueco acomodó las que tenía, llenando el espaci

sas, llévate esas sábanas, no

que vas a decir? —ex

a tu asistente a mi espalda, te lo estoy haciendo fácil:

cruzó de brazos—Por favor, no vamos a perder todo, es solo un desliz, desp

iento brusco tiró de las sábanas blanc

y te las envío a casa de

tó Jamie raz

ado de esa manera, la mujer morena salió corrie

boda, cariño. —ella cortó la

YO fui quien PAGÓ todo, a

e haces eso? —ell

ropia cama con tu prometida? Perdona, me corregiré: EX PROMETIDA. Así que más vale qu

tranquilices, ¿Sí?

tras vidas, Jamie. Oficialmente, —Emma se quitó el anillo de compromiso y se lo entregó en la mano—No somos NADA

hada, Emma cerró la puerta en su cara cuando este se volvió a ella para int

bía lágrimas