img La Isla (El Otro Infierno)  /  Capítulo 2 Cap. 1 Hospital San Cruz | 100.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 2 Cap. 1 Hospital San Cruz

Palabras:6139    |    Actualizado en: 04/05/2023

1 de 1987

torio; tomaba un chocolate caliente y un poco de pan que le habían compartido sus compañeras. Necesitaba mantener su gluc

dinero a su propia madre para que le cuidara a su niña tres o cuatro veces a la semana. Aunque a su madre no le importaba que fuera su propia nieta a quién cuidaría, esta no perdonaba un retraso en la hora de llegada de Luisa a casa, así

nseguida la mamá corría —no sin antes llevarse el buen pago—, e iba a e

su madre siempre había tenido una preferían obvia por su h

y porque era más exitosa y bonita por

aba esos pensamientos.

o. Él era médico, así como ella enfermera. Ellos se habían conocido hace tiempo en otro hospital cuando aún eran

l mismo hospital en el turno nocturno. P

últimamente Eduardo sentía

oco podía hacerse a un lado y que lo olvidarán de alguna forma. Esto los llevó a tener algunas discusiones. Fue hasta hace algunos 3 meses atrás que Luisa empezó a cubrir guardias en el área de terapia intensiva o también llamada unida

ente en el área de shock. Ahí es donde ella recibir

—¿te hace falta algo?— le preguntó. Refiriéndose a si tení

mano donde apretaba una jeringas empaquetad

que se las presté a Sandra para su paciente grave que ti

tó David, refiriéndose al medicamento c

los ojos co

uisiera que la jefa se enterara que lo dejé en desabasto.— Y siguió preparando el cuarto de shock, el compañero de a lado llegó para auxiliarla

ando un poco más de lo usual la l

vez no recuerde que le dijimos que nos hablara de

ón sobre la gravedad de pacientes que llegaban exclusivamente a shock, así el

sus labios, estaba pensativa sobre esa información

so sobre el carrito rojo de los medicamentos, sonó la chic

con cara de pocos amigos, algunos destellos de cámaras fotográficas podían ilumin

lo qué pasa?

ro este ya estaba buscando vía ve

xígeno, abrió el equipo para intubación, preparó la

una buena vena permeable y, comenzó a

go, esta es muy grande!— gr

ero residentes!— gritó la

e de trauma, el quirófano ya es

dentes en esta ocasión!—

e dijo, pero esto al equipo de quirófano les pareció algo incrédulo y solo le dijeron que cuando

mó a la jefa lo que sus

ta el área de descanso de los médicos, abrió la puerta sin tocar, tomó un vaso de agua que s

ltó y la miró entre

tes de que pudiera hacer otra pregunta

itos que se necesiten, no importa que s

ad de las Montañas; no era común que se alarmara tanto la jefa en turno y que le pidiera tan exigentemente que requería a todos los médicos necesarios y no

guntó con sig

e la familia Gwyddyon Bisset, tuvo un accidente automovilístico y, este hospital es el más cercano, solo necesitamos ponerla fuera

stá?— pregunt

, fractura expuesta de tibia y peroné, seguramente estallamiento de viseras, y que

s eran caritativos con varias instituciones, pero en su lado obscuro eran aliados de personas con las que nunca quisieras toparte. Sabía que si la hija menor de esa familia tan poderosa se les moría en ese instante ellos

a aún no sabía que esa chica pertenecía a una familia rica y de influencia, aunque algo sospechaba, pues esos hom

nces llegaron más persona

aba y una joven de cabellos castaños y piel muy blanca los acompañaba, al parecer venía la familia

y Gabriel. Ellos sabían que los familiares no

necesitaban dejar trabajar a los médicos y enfermeras, que pronto vendría

tamos esperar afuera, no podemos hac

endo internamente que

de Eileen

rla, necesito ve

la madre de Eileen corrió y abrió la corti

era como un costal de piel que tenía en su interior huesos triturados, el rostro esta

da una de sus manos...

erte. —¡¿Qué te h

boca, no podía creer que su hermana

e, así que tomó de los brazos a su esposa y la sac

estaban im

iente toda la ciudad de las montañas ya sabía sobre el acontecimiento. Los periódicos llenaban sus titulares con la noti

a que volvería pronto si le decía lo que había ocurrido. Además que la última vez que se había ido su hermano K

o menor que Morgana y mayor que Eileen. Pero también era el ú

Gwyddyon pudo ocultar muy bien mandando a su hijo al extranjero y restringiéndolo económicamente. Pero la última vez que regresó el joven chico a la ciudad había sido a escondidas de su padre, así que cuando se enteró la familia, lo castigó seve

rumbo a la unidad de cuidados intensivos, caminaba con esa seguridad que siempre lo aco

r de almorzar, unas enfermeras vieron al joven y apuesto Kenn

que claramente mostraba una marca muy famosa y costosa. Su cabello negro destacaba en su rostro pálido. Sus ojos azules parecían destacar cada vez más cuando mir

se les acercó y casi

nil, pero jovial, —estoy buscando la uni

movían de una forma sensual, e hizo que más de

espués les sonrío, lo que hizo

ustedes me po

antes de que pudieran o

tención a las enfermeras. —Vamos, mis padres

rmeras y se despidió con una ligera inclinaci

on la gentuza— se expresó con desdén, l

osa?— pregu

is padres se enojen contigo— lo repren

— preguntó ya c

o y colocó su ma

ó una mano, su cara parece que va a rev

lo describas con tanta ligereza, es g

th se asombró con solo ver los innumerables tubos que entraban al cuerpo de su hermana. La

tó de que él había llegado, se giró y s

e hice mal como ser humano para que dios me esté castigando de esta manera

ebería ser él el que estuviera en esa cama con todas esas máquinas conectadas para ayudarlo a sobrevivir. Su hermana había sid

o Eileen era otro asunto, ella ni siquiera sabía de la obscuridad que habitaba cerca de ella. Sim

un castigo por medio de la señori

abía que ella no le respondería con esa tierna sonrisa. Se sintió decaído y sus ojos azules empezaron a ponerse vid

ría a descripción de los empleados de la empresa. Se decía que sonreía p

igido, incluso Kenneth se sor

n poco más entrado en su papel frívolo. Ese que siempre acompañaba a una f

pequeña hija, que le diera esperanza o algún tipo de consuelo. Aunque debía esperar e

ó su nariz y l

onto posible al extranjero— dijo la

le dijo que hicieran los preparativos en el extr

y que pasaban a comer algo antes de irse a sus casas. Se decía que la cafetería que estaba abierta al público era mejor que la cafetería p

tomaba su taza de café con sus dos manos. —Pero tengo entendido que era el más cercano a d

pero aun así estaba agradecido de que

e aclaró la gargant

dudoso, pues era claro que ellos no

la mirada y enco

o con un tono frío —¿o sí?— La comisura de un lado de su

n suspiró con ob

muchas personas estarán en su vida, incluso te presentas cuando quieres en

hija sentía que le pertenecía el poder de la empresa y no a su desobligado hermano que so

esponsable. Al menos sé un maldito adicto que se encarga de la empresa, así puedes seguir manteniendo tus vicios— dijo molesto el jefe de la familia

s cejas y le mostró las pal

a Kenneth, instándolo. —

así que no se resistió y ella también los siguió. —Madre, ya vuelvo— dijo y, caminó rápido para llegar a tiempo. A ella no le convenía que su herm

la mesa, recordaba el rostro de

muere su pequeña Eileen, pero también le afligía el s

d. También estaba el problemas con las demás cicatrices visibles, pero lo realmente grave era su daño cerebral. Ella no s

n su pecho y juntó sus cejas con tri

ba junto a Kenneth para reunirse con su p

o, escuchando lo que su interlocutor le decía, —Ajam, sí. Yo enviaré a Morgana, estamos dispuestos a comprar esa propiedad, así qu

con molestia. Ella sabía que la persona con la que h

hubiera enamorado de él, pero nunca se imaginó que Sedrick fuera tan firme en decir un rotundo no. Aunque ella ya había alardeado de su

ntos sociales o de caridad que él mismo patrocinaba. Siempre estaba en su mansión o en las empresas de las cuales era dueño. Y si se le veía salir tarde

y abuelo de él, pero en si alguna pareja sentimental ya sea hombre o m

no el señor Cearbahll,

habló

sigue como un ma

bación, sabía que había alg

es tan valioso su tiempo qué no puede gastarlo en

eja ese asunto de lado— intervino Morgana, deteniendo p

xtranjero él se ofreció a ir en el helicóptero. Es un buen muchacho a pesar de que hemos tenido nuestras diferencias—. Los hermanos Gwyddyon se quedaron callados con molestia, pero sin rechistar a lo que decía su padre. —Así

mar las riendas de mi futura empresa...— dijo K

octurna entraba la enfermera Luisa a trabajar;

pitaba para alcanzarla en el

David en broma. Y aunque Luisa sabía que alguien importante era la chica que había recibido aquella no

gión lejana a esa, así que no estaba tan familiarizada con los ap

rse del puesto que tenía al futuro que tendría. —Aquí estoy, me ha tocado en la terapia.— Suspiró. Ella sabía que podrían asignarle a esa i

—¡Yo estaré en urgencias, t

un ademán con la mano,

bres de negro. Saludó por lo bajo y, los grandes homb

dores y se puso su traje

os pacientes me tocaran?— preguntó

llaje exagerado pero sin llegar a vulgar, con cabellos

sala 4— dijo la jefa y sigui

cejas y sonrío apr

ue ni siquiera la sa

a algo co

n era como un tipo privado para la gente de clase media. Aun así tenía sus ventajas, ya que había muchas habitaciones privadas e

dulo y tomó el expe

signos. Después se acercó a la sala y la vio; definitivamente la jefa anciana la odiaba. Le había dado u

inconada en la obscuridad, se encontraba sentado con sus manos entre

esa persona. —Las horas de visita han acabado, puede volver al área de nuevo mañan

ntir esa pesadez en ella, al parecer la estaba observando, y esto hacía que se sintie

e e hipnotizante, pero sin dejar de ser varonil y jovial. —Es lo má

abía sentido eso último a pesar de haberlo dic

a había

escuchado. «Y por cierto, ¿quién habrá sido ese hombre...? ¿El hermano de la paciente, el novio? Defin

ddyon Bisset no había podido trasladar a su hija al extranjero por la graved

cuchar sobre el horario de visitas. Aunque quiso dejar muy en claro que debían tratarla cuidadosamente, y eso al parecer

había tenido un paro respiratorio, pero que afortunadamente la pudieron reanimar. Aunque eso no la sacaba

los apretó. Morgana cubrió su rostro con sus manos y se arrinconó. El s

ré en unas horas de aquí, si es necesario llevar

rvioso, buscó las palabras correcta

nte lo del paro respiratorio, si la trasladamos en ese estado ella...—

nas gritaría de furia

édico. Tal vez pueda convencerlo,

se dirigió con el medico y le pidió ir a un lugar más pri

pequeña sonrisa dibujada en su blanco r

ó un poco exasp

uatro médicos especialistas, y si quieres que vaya Sedrick solo avísale

por fin su hija según sus perspectivas tendr

*

da, la enfermera Luisa regresaba de tomar café, y la

ba a que tal vez el destino de esa joven terminaría ahí, en ese hospital. Aunque era a

ía dejado una nueva nota médica. Luisa la leyó y se sorprendió un

lgo había de raro en esa nota, así que buscó a la jefa y le preguntó si sabía dónde estaba el médico pues necesita

después iría a revisar unos formatos— la jefa l

hoja médica. La jefa la tomó de mala gana y la leyó, después levantó

ormas cualquier responsabilidad caerá sobre él en todo caso si es que está mal...— y v

ía que una firma en una institución médica valía mucho, y en todo caso ella se

el médico había puest

desde las 3:30 hasta l

sala. Se le veía muy feliz, extrañamente feliz, pero Lui

raslado? Me parece que habían ca

el médico creía que la paciente estaba mejorando, tanto que podía ser trasladada?» se

o, señora. Pero probablemente una trabajadora soc

s— dijo

ando llegó esa mañana. El caso es que ya debí

y se fue a buscar a la jefa. —Jefa, aún no l

y, de pronto le habló ha

e, ahorita busco a la compañera que se quedará

o Betty y se f

ero la auxiliar Betty dijo que ella no sabía muy bien el rol de especialista

o!— gritó alguien, llamando a la enfermera que supuestamente debí

rminar de hablar y ya est

o estabas. No te preocupes— Betty parecía despreocupada, así que Luisa aceptó y se

paciente Eileen Gwyddyon Bisset

_____________

tin

.

Anterior
Siguiente
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY