img La viuda de mi amigo.  /  Capítulo 5 Bebé. | 15.15%
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Historia

Capítulo 5 Bebé.

Palabras:3687    |    Actualizado en: 06/05/2023

ren

sin protección fue la noche del lago, y Leo me compró la píldora, pero se la di a Amara, pensando

éfono me saca de

¿S

ue mi voz no tiemble, no me atrev

ómo está todo? ¿

aré mañana. — eso quiere decir qu

nés ¿solo? Acaso

spérame, mañana a esta

lo logré traerle problemas al úni

e merec

nar

la a

un tierno beso, que me dio un sabor maravilloso, estos días lejos de ella, me sentía como si estu

te extrañé

os, y lo que comenzó como un saludo de bienvenida, se convirtió rápida

chos que jamás me cansaría de saborear, y la sensa

sus manos rascando mi

ilón. — dice con u

mi hada

tu barba… te hace

todas las noches con mis camisas como pijama, eso

mientras te duchas p

la. — le pido o mej

deber, ¿eres mi hombre o no? — mi corazón

uería recuperar el tiempo perdido, quería verla y grabar su rostro en mis pupilas,

ué o

dices? — res

o. — le exijo y es que jamás fui un hombre paci

onde, dejándome aún más ansioso que antes. Se levantó y salió de la habitaci

é esta

uí el delicioso aroma

icioso. — alago

toma a

— esa pequeña línea entre sus cejas me desquicia, la quier

No pude evitar tensar mi cuerpo, sabía muy bien l

o? — pregunto

rmoso sueño y debe llegar a su fin. — observo como las

llamada de mi madre?! — el pánico se apodera de mí, no puedo permitir

lado, estés feliz o triste, nadie que te apoye, que te dé un abrazo, la soledad absoluta, y no quiero que pases por eso!... No soportaría

nieguen, ni estar fuera de las empresas, soy inteligente, soy el mejor empresario puedo asegurarte que viviremos sin carencias, solo te necesito a mi lado, lo d

por mí? — no puedo creer la cara de asom

, si mis padres quieren ser parte de ella o no

sus ojos se llenaron de lágrimas, oh la emoción

e anoche te siento rara, ¿dime que e

o y asentir, para que continuara, me costaba entenderla al cien po

— Rompió a llorar con más fuerza y cubrió su rostro con ambas manos

iño. — acaricie su espalda buscando ca

estoy e

cto. Me levanté y la tomé en mis brazos, luego de calmar su llanto con besos y caricias, asiéndole ver lo feliz que estaba, la deje en pie

quí, lo demás no me importa. — Me levanté tome su rostro entre mis manos, para poder

ahora y siempre, dame la oportun

alabras, tus besos, yo… solo tengo miedo, de arru

día te encuentra, solo si yo mu

, de hoy en más, cualquier cosa mala que tuviera destinada para ella o nuestro hijo, que con gusto tomab

ren

uy bien, te recetare hierro y ácido fólico, seguirás tomando un comprimido

imos de la consulta y podía notar

Tiene sus bracitos, incluso diminutos dedos, es maravilloso, y recién tiene

enerme firme y tratar de que no me perturbara, pero apenas termina de decir eso y estaciona fuera de la casa, bajo corrien

oras? — sus ojos tan puros me mue

.... lo se… vi el cuerpito de mi hijo cuando.... ¡yo lo maté! ¡¿Lo entiendes?! ¡Yo mate a mi hijo! — Él solo me

brazos y me l

a, herida, no tuviste ayuda psicológica, tú no eres una asesina, debes de entenderlo, la vida te está dando otra oportunidad, debes estar bien, nues

de el día que nací, me llevó a su lado, incluso el hecho de ayudar a Amara er

cirme. - Dije ya más tranquila,

n de ser, yo por ti haría todo lo posible e

besarme, me deleite tocando sus hombros, sus brazos con esos músculos bien marcados, su espalda

irroja muy hermosa estaba parada

Era ella, era la mujer que estuvo com

r llega a su lado, con unos años e

uí? — Leonardo se levantó de in

a fijamos la fecha y dimos el anuncio, tienes que volver

por modelo miraban a Leonardo con aire de suficiencia, y me ignoraban como si solo fuera una polilla parada al

re de mi hijo debe descansar. — Leonardo recalco cada pa

¿QU

ás osada, esquivando a Leo y tirándose sobre mí, mi primera reacción fue cubrir mi vientre y darle una pata, juro que fue

alabras de Leo provocan un dol

pequeña ¿pued

acias cariño. — la pelir

ero lo que más me dolió fue lo que hizo Leonardo. Él la tomo en braz

a nada, pediré que te traigan la merienda y la cena. — Mi pecho dolía

ar aquí, no lo soportaba. Leonardo me acababa de despreciar, tanto me juro

n rumbo por el bosque, llorando como solo una mujer traicionada lo hace, y eso me recordó que tengo amigas. Pensé en llamar a Diana, pero recordé que ayer

expliqué a su hermano, pero hoy eso iba a terminar, era yo la que la nec

e de lo más feliz. Si

. — mi voz suen

ando? — su preocupación aplaca un poco m

cesitaba escucha

re me dices que estás bien, pero es la segunda vez que llamo a tu casa porque tu móvil está apagado y me dicen que estás

ra que

la voz de un hombre, aunque no es muy clara. — ¡AMARA! — no puedo evi

ponía el altavoz, es que… me terminé de hacer la manicura y casi enganché una uña con mi ca

to. — le digo a modo de regaño

ndo? ¡Hola Leo! — ella re

del bosque. — Mi voz tembló, Y mientras hablaba miraba a

o, ¿qué es l

zada, por eso est

¿Cuándo, cómo? — Su e

dió la discusión con Kevin y me olvidé de comprar otra, y ¿cómo?... b

e la caracteriza— Olvida esa pregunta,

me desmorone porque estaba tú hermano y no quería verme tan débil en frent

no importa en este momento, dime ¿acaso L

a tendría que ser tu amiga... no soy digna, no merezco ser feli

éjala hablar— no tu cállate. — creo qu

blas no eh

do quieres salir por la tangente, ahora explícate. — Tome aire y me abrí con ella, le conté todo, como lo hice con Leo, se sentía bien

ero mi hermano estuvo siempre a mi lado cuidándome, tú no tienes la culpa de nada, disfruta tu embarazo sin culpas. Aho

mi garganta se intensifica a la vez qu

¿Q

tención sobre él, en algún medio de comunicación?

o tiempo de caridad con mi hermano en Dubái. – re

que hablemos luego. — respondo al darme

se te ocurra!

recuerdos de... mi otro bebé... Leo me estaba reconfortado y ellas llegaron, entraron en el dormitorio, exigiéndole a él que volviera a California, que ya había

e dé tú lugar. — casi puedo i

persona violenta solo quise proteger a mi bebé, levanté el pie y entre su corrida y el empuj

ja, tú porque no la conoces es una verdadera pe

recordar a Leonardo levantando a esa mujer como hacía unos minutos lo h

r ¿Qu

y no solo eso, le pidió a su madre que lo siguiera y me dijo... que me quedara en la

e cree ese idiota! ¡

os días eran más cortos por la llegada del otoño y el frío se hacía presente mucho más fu

rdida! — Dije en u

so, Leo tendrá que ex

rme, ya anocheció aquí, Dios ¡soy una estúpida! — En ese

enda el GPS— ¿qué? — ¿

que no sé si habla conmigo o con el homb

era... de ac

icación por WhatsApp y

ó, mandé mi ubicación y me senté en un tronco, esperando la ayud

saje y la ubicación a Leo, pero en

erda voy

raré, confiare en Amara, y si se pone más frío comenzaré a caminar, a

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