a
da jer
ido p
a mafia
i deberíamos decirle ahora mismo y saber que podría desatarse una especie de guerra entre todo el mundo. Nos
blar de una situación delicada como esta—Luka...Si en algo se parecen los miembros de esta familia es en que no piensan realmente
en acompañarme o pueden huir —se encogió de hombros. Me di p
él, debido a que no deseaba que
rse loca y querer matar a alguien. Sabes que ella es un poco, bastante, difícil en realidad. L
eamos, ella ya no se encontraba allí—Oh, creo que tu plan acaba de
s ojos—Ella sabe lo que hace, así que solo vayamos a hablar con nuestro padre mientras Ka
uerte o más que nosotros —indicó al mismo tiempo que caminábamos hasta encontrar
nto con mi madre, nos dirigimos a otro lugar para poder
rmuró, bebiendo d
que siempre hemos vivido en Rusia, le ha dicho que tienen tres hijos, nuestros nombres y aquello que nos identifica. Padre, ese hombre ha causado que ellos es
se sentía muy molesto—Le declaro la guerra, aunque no debe enterarse de aquello. Deben disfrutar de esta fiesta, y mañana organizáremos un p
imos al unísono. Luego, nos alejamos de
ra en el rostro—Sean felices por veinticuatro horas —imitó la voz de
verle la cara a De Angelis —le confesé—Y esta fiesta, a decir verdad, es una b
stando loco, que he obtenido algo positivo para mí gracias a ti, gracias a lo que he hecho para hundirte. Si Ka
e Angelis? —Sugerí, sin pensar realmente en si
mafia roja y la mafia siciliana. Y eso, al mismo tiempo,
omprendí su
entro de la mafia, es lo que me exige convertirme y actuar como una persona que no soy, lo que me convierte en
n mi más reciente viaje a Moscú, el mismo que fue causado por los conflictos en los que se inv
ar si me involucro demasiado con él, porque como he mencionado anteriormente, toda la vida que aparento te
o momento a solas. Sin embargo, el teléfono sonó, obligándome a
d. He estado pensando en ti, y en cuánto me gustaría verte otra
estado pensando en ti, tanto o más de lo que tú lo has h
o me tenía que haberme metido en un pri
a se me permite enamorarme de alguien que yo elija. Gracias a ti,
supongo. Aunque siempre he prefe
a
do a tener un romance lleno de deseo, mentiras y prohibiciones. Franco es el hermano de Francesco, quién acaba de convertirse en uno de los enemigos más grandes de la familia Romanov. En
en mi rostro cuando
, lo alejé de mí. Estaba molesta con lo que acababa de suceder, por lo que necesitaba hablar con él sobre
, cruzándome de brazos. Tengo un carácter y temperamento fuerte—Ah, joder, solo quie
es que no he podido hablar mucho con él en los últimos días y el v
uno de ellos tanto o más peligrosos que el capo, y que además de todo aquello, siempre ha vivido en Rusia y que tan solo abandona el territorio cuando se ve envuelto en algún enfrentamiento
las —se acercó un poco más a mí y comenzó a dejar pequeños besos sobre mi rostro—Hablaré con mi hermano en cuanto la fiesta llegue a
odere de mi ser —rodé los ojos—He venido a decirte todo eso, y ahora mismo lo ú
ueto— ¿Vas a desperdiciar la maravillosa
iz
e me encuentren contigo. Se convertirán en los enemigos más grandes de mi familia cuando mi padre se entere, y estoy segura que no podré verte c
a. Bien dicen, al ma
la pared y la tentación comenzaba a sentirse. Joder, este hombre me volvía loca cuando se acercaba
merece, con tener sexo tanto como me sea posible y darle cuerda a
odo lo que puede pasarnos si alguien llega a enterarse de esto que hay entre tú y yo? —Hice que se separara un poco de mí, debido a que estaba empezando a ponerme caliente y si no lograba que se detuviera de una vez, estaría a punt
lia Romanov —me dijo totalmente sincero y asentí. Er
amos conocido —besé la comisura de sus labios y volví a alejarme de él—No habríamo
tinados a amarnos, seguramente nos
mucho en mis palabras, ya que lo que en verdad quería era excitarlo y largarme de allí, para que la próxima vez que nos viéramos, una atmósfera de placer y deseo nos
susurró en mi oído, estremeciéndome por completo. Mierda, y
os, tratando
olle como se lo ordene en la cama. He de admitir que nuestra relación empezó por un buen camino, no obstante, hubo un momento en el que nos odiábamos y el odio que cabía en nuestros corazones, nos llevó a adorarnos al final. Franco es mi hombre, el homb
ble de ninguna de mis acciones —murmuró y me contuve para no
rezca —confesé. Estaba excitada, más de lo que me gustaría en este tipo de situación. Si nos encontráramos en un lugar d
es de perdernos en el otro—Ya tendremos otra oportunidad para volvernos locos mientras n
re voy a e
to prohibido que no hace