chica había llegado a realizar su práctica laboral en la empresa de arquitec

ado entre ellos. Me parecía dulce y gracioso a la vez, pues la confianza y e

quiero —exclamó con un dejo de culpabilidad—.

umpí dete

pliques. Yo te conozco, hombre. Jamás me has m

llenos de lágrima

con una sonrisa—. Sabe lo

ntesté enfática—. Menos ahora, que comienzas co

No quiero cometer errores con Lily. Tú eres parte de mi

la barbilla—. Además, Lily se lleva el p

refregaba las man

Nina, te quier

vas de

o lo s

cono

ó—. Si eres u

a, pues una cosa es que Lily no se haga problemas en que

intió pensativo—. Pero

Porque yo no tengo ningún in

—. Créeme que lo hemos hablado con Lily y

osa—. ¿Ya no tolera p

r! —Se rio nervioso—.

manos—. Es más que normal

ó ahora él—. Y lo más resp

ndo ya contaba una nueva relación, era algo incongruente. Pero él era parte de mí. Había sido mi compañero por tantos años. Habíamos vivido tanta

en ese pen

¿A dónde

tierra—. Digo, tienes razó

io no te

e la f

fática—. No es la primera vez qu

o que sea algo cerca de acá —argument

a casa cerca de la universidad —

laron, esperanzados—. Igual yo, dentro de la s

iempre giraba de la misma forma, y que so

lamé—. Cualquier

ajado—. No es mucho lo que tengo que llev

nreí—. Mejor que te

upado—. Me siento súper ilusionado, p

además que dentro de poco me voy de vacaciones, y eso me ayud

tó medio temeroso—. Me encantaría verte feliz,

pretender encontrar a alguien mejor. Lo que tenga que ser, será. Aparte que, e

el cigarro y se levantaba—. Ya, bueno, me

nar el año, ¡andan

eza y me acari

mos a hacer un asado el fin de semana y Lily, y b

patidifusa—. G

dió—. Te agradezco la

ncé u

decer, Pali. D

ero muc

a ti,

dientes, sino porque no quería importunar y menos recibir una queja de Lily, que por muy relaja

novio, pues ya me estaba dando la impresión que tanto ellos como Romi y el resto de mis amistades pensaban que yo estaría sumida en la pena o en la necesidad de encontrar a alguien, que por más fuera ciert

almuerzos de domingo, llegó la charl

untos —concluyó toda coqueta Lily—. S

eo —agregué con una sonrisa un poco inc

en tono sincero—. Y

con el rabi

Lily? —pregunt

n cigarro,

entó observando el suelo—. Y esta

, lo que me llevó a e

il

illó—. Todo esto pa

ese solo fumaba y fumaba, por mied

me dio cierto celillo —confidenció

fumando

mbién tengo buena relación con mi ex. A

había consumido. Al parec

fregué las manos sobre mis piern

s ojos

la situación, y yo -suspiró-, en todo este tiempo, te he apre

iné a sonreír—. Lo

ca mostró ser el típico tipo sufrido que ve

el con

ó para ofrecer

imas o utilizan el recurso clásico de estar buscando

tienes razón —reconocí recibiendo l

a su birra—. Por eso hubiese sido muy inmaduro de

se encontraba la c

r —reí inquieta

el querubín apareció con un

n una sonrisa de oreja a oreja—. ¡Y

tolondradas. Lo que no tardó e

¿Qué tanto

ndió la chica—. Gracias, a

coman, que yo voy por las bebi

mos en

A Pali lo adoro y no sabes cu

serio

a una de las empanadas—. Así como a ti te

itó—. Alg

morado y feliz q

rio? —interpeló ans

testé mientras soplaba la

tida —sugirió—. Pero noso

ta de que la empanada se me esta

un par de toallas de papel—

bí con rapidez—. Eso sí, tienes q

ó con

lla! —Me reí—. Tr

con la sonrisa en la

e sentara junto a mí—. De verdad, graci

Pali apareció con las b

, niñas,

sorna—. A ver, pásame una

ó con cara de niño preocupad

amor —contestó Lily—. So

ensilios para el asado—. Mientras

a lengua—. Y así dicen que l

rró un ojo