LUCIANA BROWN

el amor de su vida. Desde hacía cinco años había dejado de dormir, y aun

itarla a salir pensó que sólo era una fachada, pero no había sido así, él era transparente, tanto así que la enamoró, luego de terminar la universidad, Diego le propuso matrimonio, ella había aceptado de inmediato, llevaban casi cuatro años juntos y realmente lo amaba, al igual Diego a ella, estaban realmente enamorados, tanto que Diego le dio un plazo de s

a, hacer negocios, era una mujer fría y solitaria, excepto cuando estaba con su padre y abuelo, con ellos sonreía y lo hacía de verdad, tr

había pasado con Diego, giró su cabeza hacia la mesa de noche, ahí había una hermosa foto de ambos juntos, de hecho era lo único que conservaba de Diego eran la fot

aban nuevos inversionistas, su padre quiso que se expan

inó sus zapatos y bolso en color negro. Su cabello natural era castaño pero lo se había hecho un balayage rubio y le gustó el cambio y era algo que realmente nece

pero sin ganas de seguir con la vida, sus ojos ya no

padre que al igual que

incesa? Estás muy hermo

— Su padre padecía del corazón y había s

ada — su hija lo miró

aso estás loco? — el h

como Santiago O'Brien — Luciana había escuchado de ese hombre, pero sencillamente no lo conocía en persona y tampoco era que el

guro que quieres volver a la empresa? Yo puedo encargar

y bien, además sabes que cuando hay nuevos inversionistas mi debe

n mi auto, ¿irás conm

r antes cariño, así que no

d, sino hablaré con el abuelo. — Ron

ya verás, además no soy un niño p

ientes y luego salió rumbo a la empresa, su padre ya se había ido, ese hombre siempre hacía lo mismo, casi

jo al contestar, pero por el tono

os? — Luciana frunci

escuchó a su amiga r

r amiga? — la nombrada se extr

te estoy en

vas a estar conmigo en los preparativos de mi boda, sino voy a aceptar la ayuda de la hermana de Saul, mi cuñada estaría encantada de participar en la boda de

la oficina y fuera de ella y no sólo eso, había olvidado el celular en casa y mi amada secretaría no estuvo a

ana a las cuatro. ¿Cree

además seré la madrina, te ayudaré a que tu día

llevar bien cuando se conozcan. — Luciana torció los labios al oír

brá nuevos inversionistas en la empresa.

ve, te quie

staba en el pasillo que iba a la sala de juntas oyó un llanto, cosa que le extrañó, siguió el sonido y se encontró a una pequeña niña, hermosa, de cabello n

la niña la miró con sus

con voz dulce — y creo que ahora lo hará mi papá — los ojos de la niña empezó a derramar muchas más lágrimas al mencionar a su padre y eso le causó mucha ternura y tri

— no quería mencionar nada sobre el tema de su mad

an detrás de él y puede que algún me deje. Yo solo sirvo para

ho eso? — la niña n

papi y él ya no va a quererme. — Luciana frunció el ceño al oír a la niña y justo

estas? — la preocupac

o debajo del escritorio que había delante de él, quién encontró a su pequeña hija al lado de la mujer más