img La Obsesión Del Millonario  /  Capítulo 3 Coincidencia | 5.66%
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Historia

Capítulo 3 Coincidencia

Palabras:1066    |    Actualizado en: 18/07/2023

villó Eloísa de la mansión

erto toque melancólico. El lugar era tan grande, qu

más bien di

iempo sin verla que cualquier palabra que saliese de su boca

go que tie

o Eloísa deteniéndose p

viaje de negocio

O

ntirle, pero no podía decirle que a su “esposo” le importaba muy poco su llegada y que, además, no tenía tiempo para recibir a su cuña

por mucho tiempo. Necesitaba ingeniárselas para que Henrick le colaborara y

ostraré tu

ática, Helena salió de la recámara de su

ayuda, por favor—pidió

gió el hombre demostrando su po

que te coment

ick

po para record

Henrick!—se exasperó la mujer ant

e interesa—dicho aque

o una vena se abultaba en su frente. Ese

parece? ¿

, Helena, per

as, es p

ra ella. Ella no podía ni siquiera pensar en probárselo al ver aquellos precios tan exo

, prué

el

eme, esto no es nada para todo el d

venganza por no querer ayudarla. Su hermana llevaba dos días que había lleg

no me

atelo—insist

as lo hacía no podía evitar pensar en lo extraña que se comportaba su hermana. Def

gó su hermana al verla u

ú c

staurante que prepara una comida delic

na ya le había explicado que su esposo los había contratado para mantener su seguridad. A todas estas, le seguía pareciendo sospechosa la actitud de Helena cada vez que le preguntaba por el hombre. Er

una res

elena

asto para que aquella recepcio

to, señora

poso—le recordó. Ella nunca había ido a ese restaurante, per

chica en voz muy baja,

s escaleras, luego de unos minutos llegaron a un área igual de elegante pero carente de personas, o, al menos, esa fue la primera impresión que recibieron de aquel espacio.

sa?—se preocupó

ron a la pareja, descubriendo algo que la dejo con la sangre helada. Ella no conocía al marido de su hermana, pero en esos años lo había vis

rían gruesas lágrimas, no fue necesario confirmar nada, todo estaba al alcance de su vista. No supo en qué mom

ito in

n tal intensidad, para mirarla con una furia

n demo

o explicar—interrumpió la ma

blas? ¿Acaso no

mo era que Helena podía actu

irando con dolor al hombre que

nto

ó jalarla del brazo, para que se m

a encontrarse con los del hombre, aquel fue un duelo de miradas q

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