un chillido incómodo y familiar, me remuevo un poco—, la f

ojos no cooperan. Ya, no es que haya olvidado que tengo que trabajar para su

llegué anoche, pero sí

e me hizo suya, c

de solo pensar en la idea de que me tengo que levantar para duc

ado, pero bueno, eso te lo perdono porque te había prometido que te dejarí

estuve con un hombre al que no veré se me apachurra el pecho—. Te diré, todo pasó como

andar con uno de mantenimiento o sacar copias, hasta el mismo mensajero. Ya lo que sucedió

a vez que me encontr

ndo ese hombre ande detrás de tus huesos como aquel hombre que a

o merece estar en este mundo, es tanto el desprecio que siento haci

o inferior y de una vez salgo de la cama yéndome hacia el tocador—. Tú ganas, me daré un baño

dito pecado de la pereza, tengo muchas respons

s con la despensa —dice tras seguir mis pasos, ella se ha convertido realmente en m

hombre que nos saque de la miseria, que según tenemos. Nena, debes de dejar de quejarte y a

ecirme si recuerd

Q

berlo, ¡se supone qu

o te arrepientas, ya que puede ser el propio dueño o

s, es mejor que lo dejemos así,

maldita conciencia y no puedo

ldi

de estar suced

tengo que hacerme la idea de que el jefe se vaya; dice que está viejo y cansado

erá el n

embros de su familia, esos presuntuosos que pi

n por la cual tengo que serv

ca que me sobresalte—. ¿Por qué tan triste? Deberías alegrarte de que no nos hayan despedido, seg

lo del aumento, no significa que tendré p

he hecho para que nadie me vea llorar, ¿lo sabes? No…

ceptar, sin embargo, yo estoy intent

la empresa es un tipo tirano de primera clase

er, lo que

ro es ir al apartamento y sumergirme en la bañera, luego beber u

s, el jefe nos ha dado la tarde de h

ñor Smith —de repente somos interr

ipnotizadas con la carne fre

su porte serio deja mucho que desear. ¡Dios! Su mandíbula cuadrad

s o

es probaron que mis bragas se humedec

úpida le contesto—. Lo siento, lo que quiero decir es que el seño