ÍTU

ón. Espabilo cuando mi mano siente lo caliente y suave de su enorme y descomunal miembro. Sergei sonríe como si nada e

cida a nivel mundial. Prenso mi labio inferior y me agito al sentir como presiona mi mano sobre su polla haciendo que

ar las piernas y la mandíbula quizás porque lo está disfrutando mucho más que yo. ¿Cómo es posible que ninguno de los presentes se esté dando cuenta de esto? El hombre se ojos azules baja su mano de la mesa para acariciar mis pierna

die se daría cu

o. El resto de familia le siguen. El magnate se levanta con las piernas temblorosas y me gano la mirada de todos cuando soy la única que sigue s

. No puedo hacer nada mal en este instante ni mucho menos hacerle daño a este gilipollas, porque si me gano el reproche de Miguel, estoy acabada. Sonrío mostrando dientes con algo de falsedad. Lo que más

re mí. Es como si quisiera desnudarme con la mirada. En ellos puedo ver la maldad hecho hombre y la lujuria hecha pesadilla. Porque eso es lo que es Sergei Russo; es un hombre que toma las cosas a s

ar a decir un montón de maldiciones y debo de mirar al suelo para no echarme a reír. Emilia sonríe como si mi mentira le alegrara y solo quiero recordar que esa bruja me debe una. Gabrielle intenta agarrar a su herm

i… Dime su nombre…—Sergei me mira y elevo la comisura de mis labios—¡¡DIME SU NOMBRE AHORA!!—grita con tanta fuerza logrando que me tape los odios. El abuelo agarra mi brazo y como puedo me suelto—¿Quién ha sido capaz de tocar a una de mis bebés? ¿Quién fue?—Victori

e? Esto no le hace bien a tu corazón, además no es para tanto, ella es mayor

abuelo y tu padre puedan hacer algo.—me suelto de su agarre mientras que me doy la vuelta

una locura—Bienvenido a España, tío…—todos están esperando mi respuesta—Lamento lo que hice, pero así sonaría si alguna vez decido meterme con un hom

nov 1 Ser

*

icaciones por el comportamiento que tuve anoche. Me acuesto boca arriba sobre mi cama y alzo una de mis manos para simular que estoy tomando las estrellas que están en el techo de mi habitación. Sandara n

s—¿Bueno? ¡¿Le comió la

rgei…—Necesito verte ahora mismo ¿

un psicópata acaso? No tengo na

a desde que esperaba mi ciclo menstrual y nada que llega. Me bajo las bragas dispuesta a realizarla. Meto el pedazo de plástico en el espacio entre el inodoro y mi pelvis y lo

e color rojo asomarse. Mi alma se va a salir de mi cuerpo. ¡¿Cómo me dejé embarazar?!

nta felicidad. Dejo el test sobre el inodoro para poder irme hacia el supermercado. Sandara se le olvidó comprar

o» en el. Unos ojos de color avellana que conozco aparecen en mi campo de visión. Liam me sonríe y quiero arrancarle los dient

engua—No hablo idioma de perdedores ¿Cómo le está yendo a tu papi? Escuché que

a la mano pero

ujer me dolería y no… No soy fácil de derrotar ¿Sabes? Eres tan

rte sobre mi rostro, toc

nov…—lo agarro del cuello para atraparlo y así poder darle coñazos en la cara. Rompo su nariz en el primer golpe. Lo odio con toda mi alm

rlo, quiero matarlo con mis propias manos. Me muevo con brusque

álm

ta la cara a ese idiota!—Liam s

a, Liam me sonríe y quiero clavarle u

tutor ¿Quiere que l

buelo se entera de esto, ahora si lo perderé

a estar a merced del magnate. Es que ya lo veo dándome

rse cargo de usted hasta que termine este proceso ¿Es

s ojos—Ser