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Historia

Capítulo 4 ¡NEGOCIANDO MI SOLTERÍA!

Palabras:3521    |    Actualizado en: 13/03/2024

donde pude conseguir un modesto motel donde descans

ortura y fue solo cuando sentí calor que me des

de la habitación que marcaba las cuatro de la tarde y por las ventanas

hogar, estaba cansada y con el cuerpo adolorido por conducir por todo ese

quité toda la ropa que tenia puesta para entrar al baño con todo los materiales para el cambio de look exprés q

gar donde terminé escondiéndome. Sinceramente no estaba segura de dónde estaba parada exa

y me mire con admiración al ver mi cabello negro y mis ojos grises brillando en el reflejo de form

deportivo, y tomé un bolsito para meter un poco d

onde conseguir un celular, me la indicó y con ganas de salir a conocer un poco, me fui

un lugar así de hermoso, no dejaba de son

pude ver el pequeño centro comercial

na más confiable a mi parecer y terminé adquiriendo un celular inteligente

evara el teléfono y la línea telefónica y con to

a atención de los empleados de la misma y con una sonrisa y con más tranquilidad al

cakes para comer algo y no andar con el estomago vacío

llegué a una dónde me recibió una persona externa de la tie

iudad. Con ganas de explorar la noche, terminé entrando a una tienda dispuesta a encontrar un vestido sencillo que se adaptara a la noche y

ión, terminé eligiendo un vestido negro a medio muslo pegado a la piel de mangas largas y ho

guridad, volví al hotel para

a que me ayudara a no pensar en lo que sería mi vida cuando v

la caminata y para prepararme mentalmente para la noche, solo quería div

e vi envuelta en esa segunda piel color negra. Me sentí bonita y deseable y salí nuevamente del hotel a las di

estaba dentro de la misma aturdiendo mi mente con música electrónica y un juego d

se unos billetes por la barra al bartender y me quedé apoyada de esta mientras miraba el ambiente y bebía de la botella q

la barra dispuesta a seguir explorando el lugar, y a medida que iba caminando iba observando cómo el ambiente iba

tad de la pista y dejé que mi cuerpo se moviera al ritmo de la músi

. Subí las manos hasta mi cabello y mis uñas acariciaron lentamente el cuero cabelludo mientras sentía la melodía de la canción. Me sentía sexy e inalcanzable. Normalmente no era presumida c

paz y tranquilidad mientras movía su cuerpo co

ba sentir la música, me encantaba moverme sincronizadamente con ella. Al rededor de mi, habían muc

is manos subían y bajaban por mis curvas hasta que sentí como unas manos m

la persona a mis espaldas solo siguió mis movimientos mientras nos

sintió el escalofrío porque inmediatamente se erizó, me mordí el labio inferior reteniendo el jadeo que amenazaba por salir y cuando pensé que el momento no se podía poner más sexy, el tipo subió una mano de mi ca

candente que mi casi inocente

esconocido de una manera nada decente y recatada, si mi m

uí disfrutando del momento hasta que

momento de quedar frente la persona, mi vista quedó a la altura de un pecho masculino fornido y macizo cubierto por una camisa blanca con los tres primeros botone

que era ese hombre, se me secaron los labios y por un momento detuve mis movimientos por la impresión

uscar estabilidad y me pude dar cuen

rando con normalidad y no era por el baile, era por la impresión q

ando la música volvió a cambiar por otra un poco más movida, y simplemente por educació

arse, se acercó a mi rostro, encorvando un poco su espalda y me susurró en el

iel, sentí un poco de corriente, que por inercia nos

o alto para que me escuchara por sobre la música: — Lo siento, mi n

era espontánea haciéndome sonrojar. —Per

haciendo que un hoyuelo se le formara en la

lo que había visto en

cias, Enzo.

n trago? — p

mente a los ojos. No vi nada ra

eca hasta llegar a un área reservada, supongo que era un cliente VIP del lugar, ya que la estancia

bailó conmigo y me invitó un trago, la noche puede prometer.

que tenía el espacio y con u

ía escuchar mejor, su voz era mucho

, ¿Qué de

s con ese iris verde azulado i

acias. —respondí tímida y

la cabeza con alcohol, quería

ico de la barra y se giró a

preciosa. —me m

ontar, la verdad —l

barra nos sirvió las bebidas y

siguiera al apartado con mueb

omo lo estoy haciendo, pero tomando en cuenta que no creo que lo v

moda? —me pregunt

i. —fui sin

espondí y me sonrió c

una risita porque dijo lo mismo que había p

la música sonando, pero no tan fuert

inal. —me encogí de hombros. —Venir de tan lejos solo para morir en u

ado. Mientras más enigmático fue

es? —me pregunt

aquí. —respondí evadiendo un poco su curiosidad, no dándole

s tú. —soltó una risita ronca y le dio u

bebí de m

soy, solo me escapo de m

curiosidad y

los suyos, mientras él

rrastró mi nombre en su boca de una m

a. —me volví a en

rcanía, pero no lo quería involucrar en mi estúpida vida, no quiero que se ale

agen. Era mejor no decirle la verdadera razón de mi huida y

en eso. —soltó

yudarme? —lo mir

pero mi mente estaba trabajando a mil por h

rá mi vida, entonces, puedo ofrecerte un escape de nuestra realidad por unos días y luego... cada quién toma su camino. —se mordi

una irresponsable de primera, pero es primera vez que lo veía, no podía hacer esto. Mi mente aun recatada me gritaba que no y me estaba aturdiendo, además,

ión entre nosotros, pero acabo de conocerte y no quiero dar una mala impre

ón entre sus dedos índice y pulgar de manera suave, per

o venir a este apartado, y tú amablemente aceptaste a pesar que fuera raro h

palabras y seguí

ioses del Olimpo, pero al ser un rostro descon

pero como no veía intenciones de obligarme a alg

a que mi yo racional revivió y apartó la mirada para luego da

hora. —le dije

isculpa si te ofendí con mi propuesta, no era mi intención ser un id

s me ponía de pie con la botella en mano para dejarla en l

rimera hora de la mañana de hoy a un lugar más alejado de esto, ya había sido

ro me acompañó hasta la barra donde él

mi de una manera tan lenta que hizo que m

incera. —Pero me encan

a. —dijo para luego darme una sonrisa lobuna,

miré con confusió

mi mano entre la de él y se la acercó a su ros

r ese gesto, sonreí con ti

pasos hacia atrás tomando distancias de él. —Adiós, Enzo

uego, Mi

e esas palabras que p

adictiva, y con un

a luego de los estragos que me produjo su voz y ne

l hotel, al llegar eran pasadas las dos de la madrugada, sin embargo, estaba la chica de la tarde activa en

etín que llevaba, dejé todo en orden y apenas cambiándome los

or el servicio y sin más

e cambiarme de ropa y comprar pr

aron los huesos y no fue porque lo sentí como

go que sé que no podrá ser, prefie

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