img Mi marido es el demonio  /  Capítulo 1 La fiesta | 3.57%
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Historia
Mi marido es el demonio

Mi marido es el demonio

Autor: Rossetica
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Capítulo 1 La fiesta

Palabras:1591    |    Actualizado en: 13/03/2024

m

Duques de Grafton era motivo

de la señora justo dos o tres horas antes del evento, miraba por la ventana de la cocina cómo el jardín de la nueva mansión de campo se lle

me llamó y alcé la or

dy —grité salien

reparaban los pequeños tentempiés junto a las copas de bebidas burbujeantes. Era un evento espe

té, Milady! —an

Caitlyn? —la encontré sentada en su sofá viendo los j

umbro, Milad

a la cama cubierta de vestidos imposibles de elegir. Bellísimos to

zó para venir hasta mí, tomar su tasa por el camino entre

sde luego el rojo vino que había debajo de dos o tres más sería el elegido. Lo toqué con cuidado, primero el escote preciso entre tul del mismo color del vestido de se

ería ideal —seña

yo di un respingo—, ese s

le. No podía desparramar su te

e, Lady C

pedía para tener enseguida

os invitados y algún que otro baile con mi marido —decretó en su explicació

diga, Mi..La

perfecto sería para mí esa noche, me hizo sentir mariposas en el estómago.

ura para la noche y las chicas de la cocina fuero

er en olas de seda hasta el suelo. Mi pelo rubio lo escondieron dentro de un perfecto tocado dora

ras horas de la fiesta, hasta que el

se quedará dormido —se acercó a mí mientras nos retirábamos del gran salón—. Pu

, Mi

una sonrisa y le dio un beso en la frente a su

beberme una copa de aquellas preparadas con burbujas q

salido hacía mucho y mientras aquello sucedía, en mi interior se produjeron unas ganas enormes de baila

nvitado al parecer había llegado tarde y se

se vinculó entre los dos. Nos miramos más de la cuenta, más de lo permitido en la sociedad que nos rod

mer paso hacia mí, parapeteado en un elegante traje de caballero con bastón y sombre

al ostentar su título que no tenía idea de cu

sotros no dejábamos de mirarnos por encima de las máscaras y esos ojos suyos, me ponían de

oche —su voz era incluso mejor de lo que había podido imaginar. Su mano arrop

iropo poco sutil impactaron en mí como

aciones eran tan escasas como numerosas las miradas abrasadoras. Lo bueno

ó—. Pasaré una temporada con los co

gunté esquivando sus ojos ardientes. L

os en las suyas en medio del baile de sa

que quería decir y la música paró ju

ndome del codo—. Me produce cie

ro había algo en él, algo indescifrable pero que tiraba

o de pronto—, pero tengo que prob

a...? —inquir

cando sus labios a mi oído—. Det

asiad

estras narices y viendo mis ojos con los suyos unió nuest

eciente... tal vez la magia de una noche al azar que no s

me había capturado con su magnetismo me sentí en u

ron al mismo tiempo que sus manos me pegaron a su cuerpo y me entregué a aqu

os ojos sintiendo un fuego quemando en mi piel, consumiéndom

asta que estábamos contra un vitral de respaldo y t

asustada mi frente en la suya—. Yo n

us manos y su cuerpo no me daban libertad de movimientos, e

el encantamiento con su siguiente acción—. Yo sí sabía lo qu

levé la mano a la boca al ver quien era el dueño del a

o no pude moverme más que mi rostro

máscara y una lágrima de terror y estupefacción escapó

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