o que era el fin de mi existencia para los restos de todos los restos, ¡no está pagado con nada! Honestamente, no era lo que yo esperab

por no hablar de la fila de taxis. Por suerte se ter

! sé que lo estás deseando de

el suelo no ha sido porque no quier

apá, se une al otro lado. Quedo atrapada com

za que tu cara vuelva a ser

de perrito verde que

barco... —hago un mohín, pro

e mareas! tontita... —se mofa

o de un

zclándose en la ciudad de San

añado incertidumbre, la angustia se

cobardica, pero me espanta, (mucho más que el avión) la reacción

mi hermano —decía mi tita Asunción, a la que llaman Ch

o cosa tuya tita? —le pregunté, a

te acuerdas nena, que te hablé del hotel de Murcia? Pues la empresa tiene una cadena y me trasladaron

una buen

mo lo con

ina. Aquí como no te enr

tió al dueño, o al encargado en el b

al contratar a una más. Tu papá es el g

es? ¡Habla cla

ulum y como entenderás es mi hermano... Quise darle una mano p

porque no le correspondía

asando un bache muy grande. Además, la última vez que nos vimos no quedamos muy bien y ¡sí! lo r

no me miraba perplejo. Lo ha

Vaya.

a papá, al menos hasta que

nto? Nora, cree que va de camarero y lo que le espera es un cargo d

nervi

buen pu

ya conocemos a papá en cuanto se

lo que iba a decir: todo se va a pique otra vez

os. Y la tita Cho

—sacudió la cabeza y mordió su labio,

abeza mient

espabil

hemos

me ha dado tiempo d

. Vive en su mundo —se bur

e meterte con tu hermana

o la vista. Estamos frente al gran c

dornada de cristal. Su estilo moderno

Vaya.

stán flipando igual que yo, al me

encajamos aquí

traje marrón —No seamos pesimistas. El psicólogo d

ado —. En serio, a mí me gustaría ver la cara del psi

era. —Deja de hacerte el graciosill

a a cualquiera. Miro a papá, que suelta el aire precipitado, como si así fuera a lib

s mira y

o no es nada para nosotros. —com

a hacia la pu

á! —apremia Nino con el puño cer

e ver más seguros de lo que en realidad parece. En cambio, a papá se le nota un mont

erar esta gente quién

acones con un metro sesenta que mido, me hacía más alta que algunos chicos de mi generació

tiene, no puedo más que sonreír y ro

cla del color granate y dorado que adorna el azulejo en el extravagante trazado justo en el centro la entrada

ada y seguimos a papá, arrastramo

lujo

ue lleva el color de su corbata a juego con el decorativo dorado del hotel, pasa la m

les puedo ayudar? —pregu

estimenta sencilla en la que nos vemos, la simple pregunta ofen

ajo, no lo estrop

no a regañadientes, se

diendo en inglés. —Quería hablar con el

e, y baja la mir

speramos al direc

o me acerco hecha un manoj

tras hablarle de nosotros a la persona

en este momento, pero no se preocupen... Yo me

el pasaporte. Corrobora los dato

, pueden

parecer, tenemos el privilegio porque papá ahora es el director de resta

.. ¿el c

iamos una mirada có

r los últimos detalles de su corporación al traba

seda. ¿cómo será de enojado

e inclina

eñora

ra. —nos aclara él. Después, añade —Su departamento está en el séptimo piso. Puerta setecient

se dirige hacia el ascensor. Nino le sigue a

a. ¿Y ya está? ¿A sí..

y por las

cierran. Giro mis talones en busca de la

Señorit

r, Andrew me hacía señ

ué

espera en l

Si ya decía yo que esto era demasiado sencillo. Murmuro un “gracias” Y salgo

inta y ocho años. Siempre suele decir que cuando se pasa de los treinta no quieres avanzar, porque significa

ambién hay otro hermano, es mi tío Juan Ramón, que al igual que

uita el su

os se

ía captado mi atención, ¡está guapísimo! Me preguntaba si su dueño estaría igual o más guapo..

marrón que nos h

nena... —rep

oros en mi moflete. Es tan cariñosa, qu

Sonrío. Qué melosa que es por

na —acaricia mi pelo largo y liso, recogido en una cola

siempre, con tal de no sub

y me vuelve atrapa

e. —Qué es lo que sigue ahora ¿en? Mi papá está en peligro y será

os en blanc

egundo, como si hubiera caído en un detalle, inquirió — ¿Acaso no te co

obre como conoció a mi madre y yo tampoco le pregu

sigue, e

una bellísima persona... El probl

en qué n

en guerra ¡imagínate! El hijo y la madre

importara! Mi tía Choni no cambia, le gust

ue papá me estará b

¿le puedes dar esto

forradas en una tela beige con una textura tan suave

Ni preg

Es para una actuación de magia inf

qué sirven... además del arr

un caso, como si yo me chupara el dedo. Arqueo

la

mo un tomate, m

.. o el mago,

laro,

las siete de la tarde no entro así que os veo después. Ay, casi se me olvida. Toma... —saca una tar

en el bolsillo de mis jeans.

a tu padre

on todas mis fuerzas la risa. Giro sobre mis talones

ionamiento. Lo veo de perfil, con

a salir con la suya... —rugió él ru

z de mi cabeza. Los latidos de mi corazón bombean con fuerza, tr