img El alfa prisionero  /  Capítulo 4 4 | 4.49%
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Historia

Capítulo 4 4

Palabras:1848    |    Actualizado en: 06/04/2024

viril de ese hombre desnudo. Aunque llamarlo miembro era no darle la importancia adecuada, quizá debía llamarlo un arma de dest

s, o mejor sería decir que eran nulas. Puede que hubiera crecido con su hermano Ethan, pero a ella nunca se le ocurrió pe

culinidad que tenía frente a ella la atraía d

bía tenido un padre que la cuidara, su madre nunca quiso hablar demasiado de él. Siempre decía que

se mantenían cautivos de ese enorme hombre. Se erguía frente a ella con esa actitud dominante sin importarle lo más mín

labios llenos que parecían hechos para darse unos buenos besotes y entrar en calor. Su rostro era masc

o una locura, pero cuanto más miraba a ese espécimen masculino más se le antojaba comenzar a

r en dirección contraria, ambas cosas eran válidas y más por la forma en que mostra

malidad, no sabía en qué momento su hermano había corrido para colocarse a su c

y parecían estar decidiendo quién levantaba la p

hermano en un siseo y le frotó la co

. ¿Cuánto mediría? De alto, porque esa parte tan interesante que tenía entre las piernas ya había quedado claro que era grande. Quizá rozara los dos metros. Con sus

e, ¿qué me tengo que limpiar?

es que pierden la cabeza por el primer hombre algo atractivo que se les cruza de frente —las palabras de

creer que su cabello volvería a ser r

n color plateado muy extraño, brillante como el de su hermano y del mismo color de sus ojos. Ambos

elirrojo estaba relacionado con el fuego y en ese instante parecía tener un ardor interno que se emp

lo o entraría en com

no pudo ocultar, se sentía avergonzada por haber sido tan obvia—. Estaba perdiendo lit

o volvió a emerger de su pecho como si la hubiera escuchado. Incluso dio un paso al frente que los tensó a ambos

ue dispuesta. Un jadeo escapó de su garganta ante ese pensamiento. ¡¿Qué le estaba ocurriendo?! Emma no era a

ue Emma pudiera decirle que tenían una magnífica audición y q

nsar en que no tenía el mínimo interés en ver al otro hombre igual de desnudo a pesar de ser también muy guapo. Al parecer, ella no podía apartar la visión de ese espécime

era la única explicación que encontraba a ese r

Emma pensaba llamarlo «el hombre vestido» mientra

mar su atención, al que había llamado

s que jamás en mi vida vi alguien a quien le pegara tanto que lo llamaran alfa como

su cabeza hizo un movimiento brusco hacia dela

as —masculló su hermano en un susurro y aquello provocó que Emma la

y miró a su hermano

rtó la distancia con el macho desnudo y le ofreció la mano—. Hola, mi nombre es Emma y él

a la espera de que se la estrechara sí lo hacía. Le temblaba de frí

ucia y le asqueara. Emma perdió la sonrisa y cuand

n paso más porque te

te. Se tropezó y terminó con las nalgas en la nieve, además de muy avergonzada. Ethan, que no se

la cabeza eres tú! —gritó su hermano en un

abeza del cuerpo. Ethan no era pequeño en comparación con ella, pero no era tan corpulento como es

e a su cuerpo para cubrirlo. Así sería siempre, juntos ll

sé qué se cree. ¿Es porque no somos nudistas? Si ese es el problema ahora m

la y el macho grosero y dominante. El hombre amable le tendió la mano e intentó colocar una expresión dulce en s

de que la mirada furiosa que el hombre desnudo

Pensilvania,

e son para venir hasta nuestra propiedad y tratarnos de esta forma? Vamos, Emm

e. Tenía que reconocer que Ethan tenía razón, ellos no habían hecho nada para qu

mientras se alejaba y recibía una mirada llena de odio. Era tan intensa que incl

le gustaba y parecí

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